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Rafael Radi recibirá título Doctor Honoris Causa de la Universidad Autónoma de Madrid
El investigador Rafael Radi será distinguido nuevamente por su contribución al conocimiento científico. En diálogo con el Portal de la Udelar indicó que la necesidad actual de acudir a la ciencia para la resolución de problemas «seguramente quede establecida en forma bastante permanente en la sociedad y esté alentando nuevas vocaciones científicas de jóvenes, niños y adolescentes».

Radi es presidente de la Academia Nacional de Ciencias del Uruguay y miembro del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) del gobierno nacional para el control de la epidemia de COVID-19.
Es Profesor Titular del Departamento de Bioquímica de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República y Director del Centro de Investigaciones Biomédicas de la Udelar, donde lidera un grupo interdisciplinario y multinstitucional que reúne investigadores y proyectos en áreas de conocimiento de la química, bioquímica, biología celular, fisiopatología y farmacología de procesos de óxido-reducción.
Es también el primer uruguayo nombrado por la National Academy of Sciences de Estados Unidos como científico extranjero asociado a la organización, lugar que ocupa desde 2015 junto a otros 20 científicos que dirigen grupos de investigación fuera de Estados Unidos.
Se ha desempeñado como Profesor Visitante en decenas de universidades del mundo y ha recibido numerosos premios y distinciones internacionales. La Universidad Autónoma de Madrid (UAM) resolvió en julio pasado otorgarle el título de Doctor Honoris causa por iniciativa del Departamento de Biología Molecular de su Facultad de Ciencias.
En diálogo con el Portal de la Udelar, Radi explicó que la fecha de entrega del título en Madrid no se ha definido, «obviamente hay que esperar que las condiciones sanitarias para viajar estén resueltas y la actividad presencial en la UAM todavía es bastante baja, así que seguramente habrá que esperar un poco. Estimo que la entrega oficial será en algún momento en 2021». Además, respondió algunas preguntas:
¿Qué significado tiene para usted esta distinción?
Esta distinción es muy relevante porque la UAM es una de las universidades más importantes de Europa, reúne a un conjunto excelente de académicos y profesionales, muchos de los cuales se han formado fuera de España y han vuelto a la UAM. Recibir esta distinción de una universidad europea me halaga en términos del impacto que nuestro trabajo científico desarrollado en la Udelar ha generado en distintos lugares, asociado a la cooperación internacional en el área del conocimiento de la bioquímica y la biomedicina.
Como consecuencia de la pandemia actual el trabajo de los científicos es hoy más visible y altamente valorado por gobiernos y ciudadanos. ¿Se puede esperar que en adelante continúe así?
Esta experiencia vivida a nivel nacional y mundial a raíz del impacto y la necesidad de acudir a la ciencia para la resolución o mitigación de los problemas relacionados con la epidemia, seguramente quede establecida en forma bastante permanente en la sociedad y esté alentando nuevas vocaciones científicas de jóvenes, niños y adolescentes. En el caso de Uruguay, el propio gobierno nacional ha valorado muy positivamente esta experiencia, pero también estamos teniendo múltiples consultas de gobiernos y organizaciones internacionales. Soy bastante optimista de que, pasada la epidemia, estas interfaces entre el sector científico y el gobierno, con clara delimitación de los campos de acción de cada uno, quede como una metodología de trabajo que contribuya a la resolución de problemas nacionales y a una estrategia de desarrollo nacional. Creo que es una forma de trabajo que vino para quedarse y que se irá a repetir en otras áreas del conocimiento que no tengan que ver en absoluto con la pandemia que estamos viviendo.
Al igual que la comunidad científica uruguaya, usted sostiene que es necesario defender y sostener el desarrollo científico nacional. ¿Por qué es importante?
El desarrollo científico nacional es muy importante en primer lugar porque necesitamos capacidades científicas endógenas para dar respuesta a los problemas del país. Tener una comunidad científica sólida no solo permite generar conocimiento a nivel local, que pueda tener impacto local, regional, internacional y universal, sino que además hace posible que esa comunidad científica procese y estructure de forma racional el conocimiento disperso que hay en el mundo, jerarquizándolo, estratificándolo, integrándolo.
Por otra parte, las redes científicas construidas a nivel internacional permiten, como en el escenario de la epidemia que estamos viviendo, la obtención de herramientas de investigación, reactivos y procedimientos que en el caso de Uruguay fueron obtenidos inicialmente a partir de colaboraciones con el exterior, lo que ayudó a nuestros científicos a desarrollar más rápidamente los tests diagnósticos propios.
La colaboración en red implica que a nivel local haya un nodo creíble, sólido y muy bien formado porque en definitiva, no solo se realiza en base a relaciones institucionales sino también a relaciones humanas. Por lo tanto es de esencia que haya una comunidad científica local potente que genere conocimiento original y que permita decodificar y aprovechar la información existente a nivel universal y, entre las varias dimensiones posibles de su uso, poder aplicarla a temas de interés nacional. A la vez que sea capaz de mantener redes de intercambio que permitan una mayor riqueza y mayor a calidad de las soluciones que se pueden generar con el aporte científico.
¿Qué lugar tiene en nuestro sistema científico la Udelar y qué diferencias se pueden encontrar en relación con el funcionamiento de estos sistemas en otros países?
La Udelar representa más del 75% de la producción nacional de conocimiento original. Por ejemplo, dentro del GACH una enorme mayoría de científicos y académicos son de la Udelar. Además la Universidad aporta e interacciona en forma muy fértil con otras instituciones de investigación, muy notablemente con el Instituto Pasteur de Montevideo (IP), el Instituto de Investigaciones Clemente Estable, el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias. Forma parte de un sistema, tanto a nivel institucional como de sus investigadores, que participan en proyectos de esas instituciones y en casos como el del IP forman parte de su staff en forma temporal.
La Universidad aporta sus docentes a la integración de múltiples comisiones a nivel nacional, como las que asesoran y evalúan en el Sistema Nacional de Investigadores o en los ministerios. También aporta a la red de universidades regionales, por ejemplo a través de la Asociación de Universidades Grupo Montevideo. No solo aporta y articula decisivamente ciencia a nivel local, también lo hace a nivel regional e internacional y realmente es una gran puerta de entrada de las redes de cooperación científica. Por lo tanto el aporte de la Udelar es decisivo.
El sistema de financiación nacional de la ciencia se compone de una parte que proviene del propio presupuesto universitario y otra parte proveniente de agencias de financiación como la ANII. Este modelo se da en muchos países del mundo, pero en el caso de Uruguay tiene la limitación del muy bajo presupuesto destinado a I+D, que no llega históricamente al 0.4% del PIB.
¿Qué repercusiones tiene sobre la comunidad científica local e internacional su papel como integrante del GACH del gobierno nacional en esta crisis sanitaria?
La repercusión en la comunidad científica local ha sido muy grande, principalmente porque el GACH interacciona directamente con distintos colectivos: con la Academia Nacional de Ciencias, la Academia Nacional de Medicina, ambas han estado muy activas en el apoyo a los grupos de asesoramiento del gobierno y el Ministerio de Salud Pública en el curso de la epidemia. Por supuesto todos los investigadores de la Udelar, el IP y las demás instituciones de investigación interactúan con nosotros, a nivel local se da un intercambio súper fértil porque muchísimos investigadores, ya sea porque forman parte o interactúan con el grupo, o porque han sido protagonistas en la generación de los distintos tests, tecnologías y herramientas del área de la biomedicina, de la bioquímica, de la biología molecular, de la virología, tenemos un diálogo permanente que ha sido muy valioso. El GACH es muchas veces un articulador o una correa de transmisión entre lo producido en los laboratorios y la información que las autoridades nacionales necesitan sobre el alcance y el impacto de las herramientas tecnológicas y metodológicas que se desarrollan.
A nivel regional hemos recibido múltiples consultas de universidades, de organismos de salud, de autoridades de los países vecinos, de embajadores. También hemos tenido consultas de institutos de investigación del exterior como el MIT o el Robert Koch-Institut de Alemania, especializado en epidemiología, para comentar algunos. Hemos tenido solicitudes de prensa de todo el mundo incluyendo medios brasileros como Folha de São Paulo, radios argentinas, Washington Post, Le Monde, Deutsche Welle, la TV y radio finlandesas, la BBC, National Public Radio de Estados Unidos, un conjunto enorme de medios.
Además, desde organizaciones como la propia UNESCO, el BID y agencias internacionales que trabajan sobre la interfaz academia-gobiernos y las decisiones basadas en evidencia a nivel gubernamental, nos han convocado y nos están convocando a transmitir la experiencia de Uruguay. Con lo cual tanto Henry Cohen como Fernando Paganini y yo hemos estado muy ocupados en ese nivel de intercambio con el periodismo, con agencias internacionales y con gobiernos, siempre sabiendo que nuestro rol principal es el asesoramiento al gobierno nacional, pero sí pudiendo transmitir experiencias que desde lo científico y académico puedan ser fértiles para que otros gobiernos puedan aprovecharlas en una mejor toma de decisiones para afrontar esta pandemia.