Para conocer más de las actividades que se llevan adelante en esta línea, El Portal de la Udelar dialogó con Miguel Olivetti, director del Programa Apex y con Pablo Pereira, docente del Subprograma Atención Integral a la familia en Udelar del Apex.

Estrategias en el marco de la epidemia

Olivetti resaltó que el Apex tiene una tradición de casi tres décadas de articulación interinstitucional y con actores sociales y organizaciones locales, enfocada a atender problemáticas emergentes en el territorio. Señaló que en el contexto de emergencia sanitaria la institución optó por la estrategia de estar más cerca que nunca de las problemáticas de la comunidad en el territorio. Instrumentó a nivel local instancias de trabajo en mesas integradas por grupos intersectoriales temáticos, así como la articulación de estrategias conjuntas con el Programa Integral Metropolitano (PIM).

A través del trabajo conjunto los programas integrales de la Udelar crearon el Plan Apex – PIM. Este Plan estructura la intención institucional de pensar en conjunto algunos ejes y problemáticas vinculados con la emergencia, como forma de crear y fortalecer conocimientos, complementar experiencias, desarrollos temáticos, formas de hacer y pensar desde lo territorial. En ese marco se definieron algunos ejes de abordaje como producción de alimentos, soberanía alimentaria con enfoque agroecológico, salud comunitaria, la vivienda y el habitar los espacios públicos, el empleo vinculado a la crisis laboral y el pasaje de las iniciativas productivas a emprendimientos laborales. Olivetti indicó que el Plan permite mirar los dispositivos creados en el territorio para colaborar con el derecho a la alimentación, pensarlos en conjunto en las mesas de articulación interinstitucional, y abordarlos como espacios de formación. En este contexto se generó una pasantía para estudiantes, vinculada a algunos espacios de huerta de los teritorios del Apex y el PIM.

El director del Apex explicó que en el eje productivo los programas desarrollaron la pasantía de huertas en conjunto y en otros trabajaron diferentes estrategias de acuerdo a sus conocimientos y experiencias. No obstante en los ejes que trabajaron por separado generaron articulaciones con el fin de fortalecer a los Programas en su proyección comunitaria. «El Apex tiene un acumulado importante en salud comunitaria con el que el PIM no cuenta, en cambio vivienda es una temática que el PIM ha desarrollado más ampliamente» , apuntó.

Olivetti indicó que en los espacios de articulación local la Udelar a través del Apex, dialoga con las instituciones que tienen presencia en el territorio oeste, entre ellas la Intendencia de Montevideo, el Municipio A, policlínicas municipales y de la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE). En estas instancias también participan las Usinas culturales del territorio, dependientes del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), escuelas, liceos y escuelas técnicas de la zona, y las organizaciones sociales locales.

Destacó que estas instancias de articulación interinstitucional o pensadas con una lógica intersectorial, surgieron con el fin de «construir una agenda grande que priorice el territorio y las personas que lo habitan antes que las instituciones». De estos encuentros salieron una cantidad de problemáticas y abordajes con los que el Apex se comprometió, en los que comenzó a trabajar y continúa atendiendo hasta hoy, entre ellos el derecho a la alimentación y la soberanía alimentaria.

La alimentación como un derecho

Pablo Pereira explicó que «soberanía alimentaria es la capacidad que tienen los pueblos de definir no sólo las formas de abastecerse de los alimentos que consumen, sino también de cómo se producen y qué soberanía tienen en relación a esa producción». Añadió que surge de los movimientos campesinos y se colocó en la agenda internacional a partir de la cumbre mundial de alimentación de 1996. La soberanía alimentaria se basa en los principios de solidaridad y sostenibilidad, se opone por tanto al modelo implantado por el agronegocio de grandes terratenientes y apunta a pequeños productores y a la capacidad de las familias de producir sus propios alimentos. Acotó que aunque «alcanzar la soberanía alimentaria es complejo ya que requiere muchos cambios a nivel macro, también se puede trabajar a nivel micro» y resaltó el rol de los colectivos sociales en este proceso.

Pereira señaló que este tema fue un emergente en el contexto de epidemia ya que en ese marco se agudizó la vulneración del derecho a la alimentación, aunque se mantuvo la alimentación de las escuelas a través de bandejas, se cerraron los comedores. «La institucionalidad del Estado se replegó en muchas situaciones y la gente quedó expuesta, gente que vive del día a día quedó sin ingresos y eso repercutió directamente en la alimentación», apuntó. Este contexto provocó la reproducción masiva de ollas solidarias en todos los barrios de Montevideo e interior del país. En el Cerro un relevamiento de la organización solidaridad.uy marcaba la existencia de 133 ollas populares en el territorio, aunque se estima que este número vaya en descenso porque se hace difícil para los vecinos con el transcurso del tiempo conseguir los insumos para sostenerlas.

Añadió que a partir de la epidemia ante la falta de alimentación adecuada, surgen también otras demandas y necesidades como la de organizarse para poder producir, y especialmente generar aprendizaje colectivo y hábitos de trabajar la huerta, porque los que se logra producir en los espacios comunitarios no cubre grandes demandas.

Pereira acotó que antes de la epidemia ya existían instancias de articulación entre el Programa Apex y colectivos que trabajan en algunos espacios como el Parque Tecnológico Industrial (PTI) del Cerro y el espacio público Parque Público Punta Yeguas. En estos espacios colectivos trabajaban temáticas vinculadas a la huerta y la alimentación pero las estrategias y fines de estas iniciativas se modificaron en este contexto. Añadió que las necesidades emanadas de los colectivos en el marco de la epidemia, llevaron a instrumentar talleres de capacitación y jornadas colectivas en huerta con un enfoque agroecológico y sustentable, propuestas en las que los vecinos también forman parte.

Relató que en una de las jornadas una vecina enseñó a hacer pequeños invernáculos para las cosechas utilizando cañas. Resaltó que todas estas iniciativas de intercambio de saberes fueron construyendo un proceso de articulación más amplio en el eje alimentación, en el que se profundizó el accionar en red. Esta estrategia ha permitido que se trabaje con una gran diversidad de huertas (familiares, colectivas, comunitarias e institucionales) y con numerosos espacios (ASSE, Parque Público Punta Yeguas y PTI). «Esta forma de trabajo da una riqueza al proceso que hace que sea más interesante aún que el resultado, lo que redundó además en una riqueza en la formación de los estudiantes», expresó Pereira.

Olivetti por su parte señaló: «en el eje alimentación el Apex priorizó algunos espacios de trabajo que entiende son fundamentales para acompañar procesos comunitarios». Consideró que estos espacios son esenciales también para establecer dos vías de aproximación, una de ellas es qué reflexión se hace sobre las categorías y los dispositivos que van surgiendo vinculados al eje alimentario y cómo producir conocimiento entre todos los actores involucrados, a partir de esas reflexiones. Olivetti indicó que la otra vía está enfocada más en la acción e implica cómo se sostiene, apoya o colabora con esos dispositivos que están funcionando según los distintos contextos y etapas.

Espacios de práctica

El director del Apex apuntó que en lo que se refiere a la segunda vía el Programa visualizó tres grandes espacios, uno de ellos la red de ollas populares del territorio oeste, especialmente las ubicadas en la zona del comunal 17 y algunas áreas cercanas (La Teja, Nuevo París). En esta red de ollas los vecinos junto con instituciones y organizaciones, empezaron a pensar estrategias para palear la problemática de la alimentación en el contexto de crisis. Olivetti relató que el intercambio acerca de este tema derivó en la necesidad de reflexión y empoderamiento respecto a todo lo que implica el derecho a la alimentación y a la soberanía alimentaria, y se concluyó que las ollas populares no tienen porque ser el dispositivo estable o por el cual pelear o construir para un futuro. «En el eje alimentación en clave de derecho, el Apex junto con los distintos servicios de la Udelar tienen mucho para aportar, porque es un eje que atraviesa la salud, la educación, los derechos, el aspecto territorial, la biología, la física, la ingeniería, entre otras disciplinas», manifestó.

Añadió que otro de los espacios fundamentales vinculado a este eje son las huertas, que apuntan a la producción de alimentos pero también a ser un ámbito social y espacio de inclusión para personas con problemáticas de salud. Las iniciativas de huertas están atravesadas por todos los temas y ejes emergentes de las mesas interinstitucionales. El Apex trabaja en esta línea con varios colectivos del territorio en distintos espacios, el PTI del Cerro, la Red de huertas Casabó, el Movimiento para las Autonomías y el Parque Público Punta Yeguas, con los que pudieron generar un espacio de acción y pensamiento vinculado a las huertas.

El tercer espacio tiene que ver con la cogestión de una cocina comunitaria que surge en el PTI y lleva adelante actividades en las que el Apex también participa. Olivetti señaló que esta propuesta es muy importante para pensar la producción de alimentos y para darle herramientas a los colectivos de emprendedores o economía social y solidaria, para que puedan desarrollar sus iniciativas con todas las garantías (derechos laborales, requisitos bromatológicos y certificados). En este espacio junto con el Apex participó la Escuela de Nutrición, Facultad de Agronomía.

Pablo Pereira explicó que además a raiz de la generación del grupo Producción de Alimentos, que integran el Apex, PTI, ASSE y los diversos colectivos del territorio, se inició el Programa Agronomía huertas en casa. Se formaron pequeñas brigadas integradas por docentes y estudiantes, que concurrían a trabajar a la casa de las familias que querían iniciar una huerta, estas huertas familiares se podían fortalecer además en los espacios de aprendizaje colectivo de las huertas comunitarias.

«Romper las barreras y muros de las disciplinas»

Olivetti apuntó que la articulación interinstitucional en el territorio que se inició para atender los emergentes surgidos en el contexto de epidemia, fue una estrategia que terminó siendo una herramienta fundamental y va a quedar incluida definitivamente en el plan de acción del Apex.

Señaló que existen ámbitos universitarios fundamentales en la Udelar con una lógica y un concepto interdisciplinario que conectan diversas disciplinas a través del trabajo conjunto de las facultades, como el Espacio Interdisciplinario. «No obstante los programas integrales de la Udelar brindan un espacio diferente para que la Universidad pueda desplegar otras herramientas conceptuales y metodológicas, que no se podrían abordar de otra forma», expresó. Sostuvo que una de estas herramientas tiene que ver con la concepción transdisciplinaria, «que no implica poner a dialogar disciplinas sino pensar en un objeto o problema de estudio de concepción interdisciplinaria o transdisciplinaria e involucrar otros saberes en esa conjugación, y el territorio es un lugar privilegiado para este tipo de abordaje».

Añadió que pensar y desarrollar acciones en los temas alimentación, soberanía alimentaria y derechos a la alimentación requiere de los vecinos que organizan y llevan adelante dispositivos como las ollas populares y de los que piensan innovaciones en las formas de resolver estos emprendimientos. Asimismo se necesita la articulación de disciplinas para poder pensar en protocolos de sanidad en clave nutricional, de ingeniería química, de arquitectura apuntando a los espacios y la construcción de ciudad, y al urbanismo en relación con la participación y la democracia.

Olivetti resaltó para finalizar como aspecto interesante que estudiantes de diversas carreras, ingresan a formarse en las distintas propuestas de práctica integral que ofrece el Programa. «Con estas formaciones se van rompiendo las barreras y muros de las disciplinas y generando una multiplicidad de saberes en la propia formación, permitiendo que egresen profesionales con esta apertura en la forma de conocer y aportar a la sociedad», expresó Olivetti.

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