El viernes 4 de diciembre se realizó la firma del convenio específico para el acceso a la educación superior de estudiantes que se encuentran en privación de libertad, entre el Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) y la Universidad de la República (Udelar). 

El acto se realizó en la Unidad penitenciaria n° 4 del INR ubicada en Santiago Vázquez (ex Comcar), en el local destinado a la actividad de los estudiantes universitarios privados de libertad. El espacio, denominado Comunidad Educativa, es uno de los dos locales destinados a la enseñanza formal -primaria, media y terciaria- dentro de este complejo que aloja a más de 3000 personas privadas de libertad. Se trata de la unidad penitenciaria más grande del país y como tal se encuentra en un proceso de división administrativa. Pasará a constituirse en un grupo de unidades más pequeñas que, aunque cuenten con servicios comunes, serán gestionadas separadamente. 

La Udelar está presente dentro de la unidad desde hace seis años, el trabajo allí se ha ido consolidando y actualmente incluye a unos 30 estudiantes privados de libertad (EPL). Cursan en las facultades de Psicología, Derecho, Ciencias Económicas y Administración, y Ciencias Sociales. 

Alicia Álvarez, integrante del equipo del Programa de Respaldo al Aprendizaje (Progresa) que trabaja con estos estudiantes, explicó al Portal de la Udelar que a Santiago Vázquez concurren dos docentes de Progresa y siete tutores, actualmente dos veces por semana. Los integrantes del equipo acompañan a los estudiantes en su trayectoria académica e integración a la dinámica universitaria, facilitan el vínculo entre ellos y sus respectivas facultades y con los docentes de las carreras que cursan (pocos docentes concurren a las unidades), les asisten con el manejo de las plataformas informáticas que se usan en la Udelar y les hacen llegar los materiales de estudio necesarios.  

A través del convenio firmado en esta oportunidad, gran parte de las acciones que se vienen realizando quedan establecidas formalmente, asegurando el acceso de los estudiantes privados de libertad a la educación universitaria y tomando en cuenta los obstáculos que se pueden presentar. Según este acuerdo la Udelar se compromete a brindar el acceso a la inscripción y el avance de carreras de grado dentro de las unidades del INR así como garantizar una educación de calidad y el pleno desarrollo de las funciones universitarias. También asegurará el acceso e ingreso de materiales de estudio necesarios para las personas que estudian dentro de las unidades de reclusión, el acompañamiento de los estudiantes en su trayectoria educativa y generar los mecanismos de solicitud y cobro de becas del Sistema Central de Bienestar Universitario para los EPL. Por su parte, el INR se compromete entre otras acciones a fomentar y en ningún caso restringir el acceso a la educación superior de las personas privadas de libertad, propiciando espacios y tiempos de estudio. Además, permitirá el ingreso sin autorización previa de materiales de estudio tales como libros, fotocopias, cuadernos y lapiceras a cualquier docente o estudiante de la Udelar que ingrese a la unidad de reclusión y gestionará con los organismos competentes para garantizar en las unidades una buena conectividad a Internet.

Alguien que estuvo preso

En el evento estuvieron presentes el rector de la Udelar, Rodrigo Arim; el director de convivencia y seguridad ciudadana, Santiago González; el director del INR, Luis Mendoza; el comisionado parlamentario para el Sistema Penitenciario, Juan Miguel Petit, y docentes, funcionarios y EPL de la Universidad.

Mauricio Amoroso, uno de los estudiantes universitarios de Santiago Vázquez, manifestó que alrededor de nueve de cada diez personas que realizan actividades en contexto de encierro lo hacen con «el único fin de descontar e irnos para la calle lo antes posible». Posteriormente perciben que el aprendizaje «es otro», van encontrando otras metas y adquiriendo herramientas «que en un futuro les resultarán indispensables». Agradeció la oportunidad de estudiar en su situación, algo que hace unos años «era una utopía y hoy es real, tangible».

Por su parte, Raúl Carrasco, otro de los estudiantes de la unidad que hicieron uso de la palabra, agradeció a las autoridades del INR y de la Udelar, docentes, referentes, operadores penitenciarios y todos los que acompañan y apoyan el proceso de formación de estudiantes en privación de libertad. Señaló que para él estudiar es una herramienta de superación y que al salir en libertad tiene la posibilidad de ser «no alguien que estuvo preso sino alguien que hizo una carrera». 

En diálogo con el Portal de la Udelar, Carrasco comentó que al igual que Amoroso comenzó a estudiar Derecho luego de culminar el bachillerato estando en la cárcel. Agregó que el local de la Comunidad Educativa está acondicionado para que puedan tener clases y consultas con docentes o tutores, para leer e intercambiar con compañeros. Los internos que cuentan con mayores niveles de confianza tienen más facilidad para circular y utilizar el espacio educativo, explicó, pero otros deben pedir autorización y ser acompañados, y no siempre pueden asistir. Sobre la relación con otros compañeros que no estudian, comentó que es buena, «cuando ven que estás cambiando te dan para adelante». A la vez, los que lo hacen tratan de alentar a otros pero estudiar en privación de libertad puede ser muy difícil, es complicado encontrar el momento para dedicarse y concentrarse «por cosas que pasan adentro y afuera», explicó.

El director del INR, Luis Mendoza, señaló que la misión del INR es trabajar para dar oportunidades a todas las personas privadas de libertad para que puedan rehabilitarse a través de la educación, el trabajo, la cultura y el deporte. Añadió que el convenio se enmarca en esa misión de darle a los privados de libertad las oportunidades para que su encierro «no sea solo para cumplir la pena establecida por la justicia, sino una oportunidad para que puedan trabajar y estudien una carrera universitaria». Acotó que la meta es que en un futuro cuando las personas privadas de libertad salgan a la calle se puedan presentar como profesionales universitarios o con un oficio para competir e incorporarse al mercado laboral.

Enseñanza en la diversidad

Por su parte Arim indicó que la Udelar tiene un mandato legal y un imperativo institucional que es democratizar el conocimiento avanzado; «como universidad pública, como principal ente autónomo de educación superior, la Universidad tiene la obligación de asegurar el acceso al conocimiento a todos los ciudadanos del país. y esto es reconocer la diversidad de circunstancias, situaciones y localizaciones de nuestros compatriotas», explicó.

En este sentido, el rector recordó que la Udelar en los últimos años ha intentado avanzar en este camino democratizador con ofertas educativas y centros universitarios en todo el territorio nacional. Mucho más recientemente comenzó a recorrer junto al INR el camino de intentar construir oferta de calidad en condiciones de privación de libertad. Afirmó que para que esto suceda son necesarios acuerdos interinstitucionales que construyan los espacios propios de la formación universitaria en condiciones que no son las habituales. Es así que este convenio tiene «un componente de institucionalización, de construir circuitos estudiantiles en condiciones de encierro que permitan dar exámenes, estudiar, llenar los espacios del tiempo necesarios para que la formación sea de calidad». Construir estabilidad e institucionalidad asegura el derecho a la educación, afirmó.

Asimismo, Arim reconoció a los EPL al igual que a los estudiantes del programa Tutorías Entre Pares que concurren a las cárceles, como a otros centros educativos, para acompañar y fomentar el proceso de educación terciaria. «Tenemos que ir generando mejores condiciones de estudio, ampliando la posibilidad de que otros estudiantes privados de libertad accedan a esta formación, pero tenemos otro desafío: generar conocimiento sobre las políticas vinculadas a la privación de libertad», concluyó.

González expresó que este convenio demuestra que en la cárcel no solamente hay dolor y problemas, sino rehabilitación real y sueños a concretarse. Al igual que Mendoza afirmó que desde el Ministerio del Interior se busca construir la posibilidad de que las personas privadas de libertad sean profesionales universitarios dentro de la cárcel y tengan herramientas al salir. «Estamos dando un paso importante con la convicción de que vamos hacia una sociedad mejor, una cárcel más justa donde estar, donde la posibilidad sea de miles de poder soñar con ser universitarios», dijo. Acotó que se trata de una construcción difícil que no arranca de cero, que tiene mucho de frustración y que requiere de la ayuda de todos.

Finalmente Gabriela Pasturino, docente de Progresa e integrante de la Comisión central de Estudios en privación de libertad de la Udelar, realizó un reconocimiento a policías, operadores penitenciarios y docentes de Educación Secundaria que con su trabajo comprometido aportan al sostén de la propuesta de la Udelar para la enseñanza de los privados de libertad. En nombre de la comisión y de Progresa, algunos de estos funcionarios recibieron diplomas en reconocimiento a su trabajo. Pasturino también agradeció a los EPL por comprometerse con la propuesta de enseñanza universitaria.

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