El Dr. Ricardo Fraiman Maus comenzó sus estudios en la facultad de Ingeniería de la Universidad de la República en 1968. En 1972 tuvo que dejar el país y retomó sus estudios en la Licenciatura en Matemáticas en 1973 en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires. En 1976 obtuvo la Licenciatura en Matemáticas y en dicha casa de estudios se graduó como Doctor en Ciencias Matemáticas en 1980.

Fue profesor adjunto de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales Universidad de Buenos Aires desde 1982 hasta 1986. En el año 1987 regresa al Uruguay, junto a varios de sus colegas matemáticos que se encontraban en el exterior, y se desempeña como profesor titular en el Departamento de Matemáticas de la antigua Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad de la República, pasando luego al Centro de Matemática de la nueva Facultad de Ciencias. También desde el año 2003 y hasta el 2012 fue director del Departamento de Matemática de la Universidad de San Andrés, en la provincia de Buenos Aires, manteniendo un cargo con muy baja carga horaria en Uruguay. A partir de entonces se reintegra al Uruguay en régimen de dedicación total a mediados de 2013.

Actualmente es profesor titular y director del Centro de Matemáticas de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República, coordinador del Centro Académico de Análisis de Big data CABIDA, y miembro de la Academia Nacional de Ciencias del Uruguay. Integra además la Comisión Central de Dedicación Total de la Udelar.

Su labor científica se ha caracterizado por la introducción de nuevos procedimientos estadísticos que requieren para su desarrollo la resolución de problemas matemáticos de cierta complejidad. Por lo tanto admiten dos lecturas. Una de interés estrictamente estadístico y está vinculada a los métodos propuestos. La segunda lectura, de interés matemático, consiste en las demostraciones de las propiedades de esos métodos.

¿Qué significa para usted ingresar a la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (ANCEFM) de Argentina?

Mi reciente ingreso a la ANCEFM de Argentina ha sido para mi un enorme honor, que agradezco mucho. La Argentina me acogió durante mi exilio, donde tuve momentos difíciles y otros muy buenos. Dos de mis hijos nacieron durante ese período. Mi formación en matemática, y en particular en estadística matemática se produjo en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. Tuve formidables profesores de quienes aprendí mucho, colegas con quienes me inicié en la actividad de investigación y amigos entrañables en las fáciles y en las difíciles. Tengo un enorme cariño por la Argentina y lo sentí como una caricia en el corazón.

¿En qué fecha se realizará la ceremonia virtual donde formalmente ingresa a la Academia Nacional de Ciencias Argentina?

A mediados de mayo en fecha aún a confirmar.

¿Cuando ingresó a la Academia Nacional de Ciencias de Uruguay?, ¿qué significó para usted?

Ingresé a la Academia Nacional de Ciencias de Uruguay en 2014. En esa ocasión tuvo a cargo mi presentación el profesor Enrique Cabaña, fue para mí muy emocionante y un honor haber sido nominado para integrarla. La Academia aún tiene pocos años desde su creación, creada por la Ley Nº 18.582 en setiembre de 2009. A pesar de ello, ha tenido una gran influencia en distintos ámbitos de nuestro país, en los que aspiro a poder contribuir positivamente.

A inicios de la pandemia en una entrevista radial opinó que era necesario que en Uruguay se implante en forma urgente una cuarentena total para aplanar la curva de contagios de COVID-19, ¿qué medidas le parecen que se deberían tomar de manera urgente?

Puede parecer inusual que un matemático opine acerca de las políticas públicas de gestión de poblaciones. Sin embargo, la situación de la pandemia era ya alarmante en otras partes del mundo y aún había gran controversia acerca de cómo lidiar con el crecimiento exponencial de los casos. Las medidas de restricción de la movilidad, en particular, generaban mucho desacuerdo en Uruguay.

A inicios de la pandemia nos encontrábamos en la siguiente situación:

a) estábamos iniciando el estudio de un fenómeno complejo que recién aparecía en el país, y lo hizo con un pico importante, produciendo una estimación inicial del valor R de reproducción alto y potencialmente peligroso.

b) de la experiencia internacional y de los modelos matemáticos utilizados para analizar los datos, se sabía que en algún momento la curva de contagios tendría un crecimiento exponencial como el que estamos observando hoy.

c) restringir en todo lo posible la movilidad de la población fue la medida que se tomó en prácticamente el mundo entero, y las medidas tomadas oportunamente por nuestro país fueron mucho más estrictas que las que tenemos hoy en día en plena explosión de los contagios, aunque en su momento no se haya optado por una cuarentena total estricta.

d) poco tiempo después se formó el grupo asesor GACH, integrado por excelentes científicos que en forma honoraria dedicaron muchas horas diarias desde hace casi un año al seguimiento de la pandemia.

e) lamentablemente el gobierno ha desechado algunas medidas importantes para reducir la movilidad propuestas por el GACH en los últimos tiempos para dar tiempo a que el avance de la vacunación actúe como moderador de la situación y finalmente como solución. En el último año se han presentado modelos matemáticos que analizan la regulación de la cantidad de infectados reduciendo la movilidad en las mejores revistas internacionales. Se trata de medidas de escasas semanas, y, lamentablemente, es poco lo que sabemos acerca de las razones por las cuales no se implementan en este momento en Uruguay.

La pandemia demostró la importancia de la inversión de los países en Ciencia, Tecnología e Innovación, ¿qué rol jugó el desarrollo de la ciencias básicas en Uruguay para poder enfrentar la pandemia?

Es claro que nuestra ciencia y nuestros científicos jugaron un rol fundamental en este gran problema socio-sanitario. En particular, aquellos del Instituto Pasteur que junto con el Instituto Clemente Estable y la Facultad de Ciencias han realizado un aporte invalorable.

Imagine que si lamento que los gobiernos anteriores no cumplieran la promesa de destinar el 1% del PBI para la investigación científica, hoy percibo la situación con muchísima preocupación. Uruguay debe apoyar el desarrollo de la Ciencia y la Tecnología con fondos, no solo para enfrentar la pandemia, sino para afrontar los enormes desafíos que representan los cambios inminentes que nos plantea la década corriente en las formas de producción y trabajo. Este ha sido uno de los reclamos permanentes tanto de la Academia Nacional de Ciencias de nuestro país como de nuestra querida Universidad de la República. Ignorar estos requerimientos expone al país a un futuro muy poco alentador para su población.

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