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Día Internacional de Enfermería
El 12 de mayo se conmemoró el Día Internacional de Enfermería, hoy más que nunca, con el contexto de pandemia, se hizo visible el rol fundamental de las enfermeras y enfermeros en el equipo de salud. El Portal de la Udelar dialogó con Andrea Lucas, asistente académico de la Facultad de Enfermería (FENF) de la Universidad de la República (Udelar), y con Iara Alonso y Karina Scanzerra, Licenciadas en Enfermería del Hospital de Clínicas Doctor Manuel Quintela (HC), de la Udelar, acerca de los desafíos que implicó la tarea en el marco de la pandemia y la situación actual del personal de enfermería.

Lucas recordó que el Día Internacional de Enfermería conmemora el nacimiento de Florence Nightingale, «el mojón inicial de la enfermería profesional en el mundo». Señaló que Nightingale era una joven inglesa, de posición económica alta y que se convirtiera en enfermera significó derribar barreras de género y sociales. Además a partir de Nigrtingale, quien hizo grandes aportes a la ciencia, trabajó en la metodología científica y estadística, la enfermería comienza a crear su cuerpo de conocimientos. También permitió «incorporar a un mundo de hombres un rol de mujeres poco reconocido o mal visto para la época», expresó. Señaló que por todo esto para la FENF es muy importante celebrar el Día Internacional de la Enfermería.
«Los 365 días, las 24 horas en todos los lugares»
Añadió que en el contexto de pandemia el rol de los enfermeros, «que están los 365 días, las 24 horas en todos los lugares» ha sido vital para el cuidado de la salud de las personas en todos los niveles de atención y se ha visibilizado como fundamental. La pandemia dio luz también a un problema: la escasez de profesionales de enfermería.
Entiende que la pandemia a mostrado también la necesidad de mejorar los números y la inversión de los países en preparar enfermeras profesionales, lo que está demostrado que mejora la calidad de la atención y como consecuencia salva vidas. Acotó que esto es un debe a nivel mundial, estudios recientes de la distribución de recursos reflejan que de los 27 millones de profesionales que existen en el mundo sólo un 30 % están en las Américas y el 87% de ellos en Canadá y Estados Unidos, lo que significa que América Latina tiene un desabastecimiento de enfermeras profesionales.
Señaló que en Uruguay en cuanto a la distribución del personal de salud se da una pirámide invertida, mientras en el mundo se considera que por cada médico debe haber tres enfermeras, en el país se da la relación inversa, por cada enfermera hay tres médicos.
Lucas apuntó que otro de los aspectos de la profesión es que 89 % de las personas que la ejercen son mujeres, lo que implica una situación vinculada a la desigualdad de género y analizar el llamado «techo de cristal». Si se observa quienes acceden a cargos de liderazgo institucionales, «no son ni las enfermeras ni las mujeres, creo que nos queda un gran camino a trabajar», expresó.
Asimismo subrayó la escasa presencia de mujeres enfermeras en cargos políticos a nivel mundial. En Estados Unidos es la primera vez que una enfermera es jefa de cirujanos del presidente. Señaló que incorporar más a la profesión en la política, «es una oportunidad y un reto, porque es allí donde se pueden hacer visibles nuestras condiciones de trabajo, su importancia en la salud y que no sólo necesitamos una pandemia para que nos visibilicen y que eso haga que los países inviertan en enfermeras», sostuvo. Recordó que un estudio en salud demuestra que cuanto más profesionales hay, mayor es la calidad de vida y menor la mortalidad.
Señaló que existe también un problema en cuanto a las condiciones de trabajo de enfermería, en Uruguay hay bajos salarios para las funciones y responsabilidades de las enfermeras y enfermeros. Esto va acompañado de una muy buena calidad de la formación de los profesionales de enfermería.
Lucas tuvo un recuerdo especial para «las familias y todas las persona que perdieron la vida tratando de salvar la de otros, en los trabajos de la salud en el país y en el mundo, en el marco de la pandemia». Destacó que a pesar del camino duro que significa arriesgar la vida, «las enfermeras no dejaron de ir a los servicios a trabajar, nunca bajaron los brazos y han sido líderes en los procesos de cuidados», manifestó.
«Trabajar juntos más que nunca»
Alonso y Scanzerra trabajan en piso de internación e integran además el equipo de licenciadas de enfermería de la Unidad de Ostomías del HC. «La situación del personal de enfermería es compleja», planteó Scanzerra. «Nosotros también tuvimos que ser pacientes, muchos de nosotros tuvimos que guardar cuarentena, otros han cursado la enfermedad, lo que ha llevado a que haya una falta de recursos humanos», expresó Alonso. En este sentido Alonso explicó que cuando se daban situaciones en los que se detectaba un paciente con Covid -19 y quedaba el personal de un turno entero en cuarentena, tenían que traer enfermeros de otros pisos para cubrir esa guardia y resolverlo a veces media hora antes de comenzar el turno o dentro del mismo. Destacó que ante esto «se contaba siempre con la buena voluntad de otros compañeros», todo el grupo de enfermería colaboró de alguna forma, ya sea cambiando sus descansos, haciendo horas extras o quedándose fuera de horario. Subrayó que esto implicó otros esfuerzos como dejar sus familias «que aceptaron nuestras ausencias», a veces en fechas especiales como el primero de año o navidad, dejar de ver a sus padres cuando había algún paciente positivo en el piso, los hijos que tienen que estar solos.
Scanzerra añadió que enfermería también ha hecho un esfuerzo cubriendo otros servicios o áreas como farmacia o laboratorio cuando se requiere, todo lo cual significa una sobrecarga importante. Señaló que el personal del HC tiene un gran sentimiento de pertenencia no sólo a la institución sino también al servicio en el que trabaja, por ello el cierre temporal de pisos por estas situaciones fue otra realidad que golpeó a los funcionarios.
Alonso subrayó que se han dado dificultades cuando no se logran las coberturas aceptables, pero no se ha dejado de atender a los pacientes. Explicó que en las áreas de internación en alguna ocasión se tuvieron que redistribuir los pisos y las salas, porque aparecían muchos pacientes que habían tenido contacto con alguna persona infectada por Covid-19, y se disponía una sala para alojarlos y era necesario más personal de enfermería por la sobrecarga de tiempo que implica colocarse los medios de protección.
Resaltó también el rol de quienes realizan la gestión del personal, viendo cuantos funcionarios hay en un turno, en qué servicios están y a quiénes de ellos pueden recurrir para cubrir los faltantes que se generan en estas situaciones. «Enfermería ha sabido adaptarse a todas estas problemáticas, no voy a negar que nos cuesta a veces pero sí nos hemos adaptado, a pesar de todo seguimos fuertes en ese sentido», expresó Alonso. Resaltó que las mujeres además tienen el doble trabajo de enfermeras con un aumento de horario laboral y el cuidado de la familia, que saben que las espera, se preocupa y que es su sostén emocional. En este sentido destacó la importancia de este apoyo emocional en una coyuntura de tanta presión, tanto el que necesitan ellas mismas como el sostén que deben brindar a sus compañeros del equipo de salud.
Entienden que los desafíos a los que les enfrentó la pandemia y la información que les llegaba fueron cambiando desde el comienzo, en un momento se estableció el uso de tapabocas para todo el equipo de salud (enfermería, higiene, cocina, médicos), lo que requirió el esfuerzo de lograr que todos cumplieran con esta medida. Más adelante se incluyó también el uso de sobre túnica y máscara para atender a los pacientes. Lo mismo sucedió con los protocolos de actuación frente a pacientes positivos y contactos y a la suspensión de visitas para disminuir la circulación y bajar los riesgos de contagio. Esta medida requirió contemplar las situaciones en las que el acompañante era imprescindible como en el caso de los pacientes muy mayores que se desorientan durante la noche. Scanzerra apuntó que enfermería se adaptó muy rápidamente a esos cambios «el Hospital nos dio libertad y herramientas para empezar a incorporar esos cambios y nos dio conocimientos como para empezar a aplicarlos», expresó. «Aprendimos a trabajar juntos más que nunca y a cuidarnos», manifestó Alonso
Alonso reflexionó que algo que falta en la salud es que los integrantes de los equipos tengan esos espacios para expresar lo que sienten, y recibir un poco de empatía, de apoyo emocional. Recordó que cuando veían a veces que los medios de comunicación criticaban el trabajo de las enfermeras pensaban: «no saben realmente lo que es estar acá, lo que sentimos, las enfermeras le ponemos mucha pero mucha garra a este trabajo, y también somos humanas y tenemos sentimientos». Concluyó que «está bueno que haya un Día de Enfermería y nos reconozcan pero también está bueno que nos escuchen». En este sentido consideró que enfermería necesita el régimen de descanso de dos días por cada cuatro trabajados, «un día no alcanza» y una remuneración económica digna, porque muchos tienen dos empleos con una carga horaria de 12 horas diarias.
Informe del Consejo Internacional de Enfermeras
La situación de enfermería en la región de las Américas
Video institucional del Hospital de Clínicas en conmemoración del Día Internacional de Enfermería