Alonso fue electo por la AGC en una sesión virtual con 60 votos, 35 correspondieron al orden docente, diez al orden de estudiantes y 15 votos al orden de egresados. Su candidatura fue presentada por la comisión cogobernada creada para ese fin, de acuerdo a la Ordenanza sobre los cargos de los prorrectores. El nuevo prorrector es profesor titular del Taller Alonso del Instituto Nacional de Bellas Artes (IENBA)  y fue director general de ese Instituto por dos períodos, entre 1999 y 2007. Antes y después ha desempeñado numerosas tareas como integrante del cogobierno universitario.

¿Cuál es la principal motivación que tiene para este cargo y qué significa?

No estaba en mi agenda ser prorrector. Tengo un grado 5 en el Instituto Escuela Nacional de Bellas Artes (IENBA) y entré en la Universidad en 1959 cuando la Escuela de Bellas Artes y la Escuela de Música pasaron a ser parte de la Universidad. Me gustaría recordar que en ese momento me encontré con una Universidad pujante y con una Federación de estudiantes universitarios que promovía la extensión y la reforma universitaria y tenían un rol fundamental. Me encontré con una Escuela de Bellas Artes que estaba en pleno cambio y lo consiguió, yo entonces me involucré en el movimiento de renovación del plan de estudios. Uno de los temas que planteaba esa renovación era la extensión como una herramienta fundamental para vincular al artista formado en la Universidad con el medio social. Esa idea quedó en mi forma de pensar y de ser y perdura hasta hoy. Eso implicó que desde temprana edad, practicara la extensión universitaria a partir de estrategias vinculadas con el arte y de conexión con el medio social, los vínculos con los barrios y con el interior del país.

Entiendo que las tres funciones universitarias, en conjunto con la gestión, siguen siendo hoy una propuesta educativa altamente significativa y que para la formación universitaria implica una ética y una moral. Es importante vincularnos con la sociedad y estar atentos a lo que necesita, así como que las instituciones educativas estén coordinadas y no compartimentadas como lo están ahora. Por estos antecedentes y mi vínculo con la extensión universitaria es que acepté la propuesta de Arim, que me ofreció sustituir a Mariana, quien me instruyó muy generosamente sobre esta función que estoy intentando desempeñar porque considero que la función de extensión es muy importante.

¿Por qué la extensión debe mantenerse como una de las tres funciones principales de las universidades públicas y en particular la Udelar?

En el manifiesto de Córdoba de 1918, las universidades latinoamericanas emprendieron una cruzada que tenía que ver con romper una tradición académica que estaba por fuera de las necesidades del pueblo y en ese manifiesto se habla de una Universidad transparente y una «universidad de puertas abiertas», lo que significa que es autónoma y la separa del poder político de turno. Por tanto, significa que la institución es del pueblo, es de todos y todas.  Este concepto está incluido en el artículo 2 de la Ley Orgánica, sintetizado de manera brillante y ejemplar. Esto significa que todo el conocimiento humano tiene que estar en la Universidad, no se puede privilegiar un conocimiento, tiene que estar todo; y ese conocimiento crecerá de acuerdo a la capacidad de los que lo llevan a cabo. Además, el acceso a la Universidad es gratuito. Hay un concepto de democracia directa en el manifiesto de Córdoba y en el artículo 2, que implica que al hablar de extensión y de los problemas que aquejan a la sociedad, la Universidad habla de sí misma. Eso tiene que ser un tema para la formación estudiantil, para los investigadores y los profesionales que salgan de la Universidad, desde el punto de vista moral y ético. La función de extensión que a veces ha sido denostada -se ha dicho «para qué vamos a gastar plata en esto si hay que investigar»- es un pensamiento que se retrotrae al elitismo, es un concepto negativo y perjudicial hasta para los propios investigadores. Es importante la conexión con el pueblo y lo que representa al pueblo es la extensión, la Universidad representa al pueblo a partir de la extensión.

¿Qué perspectivas pueden aportar la extensión universitaria que ha desarrollado el IENBA y la actividad artística a una visión de la extensión en toda la Udelar?

Desde que entré en Bellas Artes lo primero que hice fue hacer extensión, todas las acciones estaban dirigidas al vínculo con la sociedad. Por ejemplo, nos importaba que Montevideo apareciera con su arquitectura modificada por el color, y se preguntarán ¿y esto para qué sirve? Sirve para cuestionarse, porque al ver una pared roja y otra azul por ejemplo, el color nos vincula con nuestra sensibilidad y nuestras emociones. La situación actual de la Extensión cuenta con el arte, siempre hacemos actividades de Extensión, en el Programa Integral Metropolitano (PIM), en el Apex, así como en otros programas propios y en las convocatorias internacionales. No hay una sola forma de hacer extensión y eso es una riqueza. Hay que trabajar en la consolidación que permita la heterogeneidad porque la Universidad es heterogénea, por ejemplo, no se puede explicar una pintura o un poema a través de ecuaciones científicas. La CSEAM [Comisión Sectorial de Extensión y Actividades en el Medio] ha reunido un conjunto de actividades y proyectos muy importantes que se desarrollan desde su Área de Derechos Humanos y otras áreas con una importante conexión con la sociedad civil y organizaciones internacionales. El arte no es ajeno a los derechos humanos. Hay una capacidad de desarrollo de la extensión que va a ir a más y yo voy a alentar todo eso y colaborar desde el prorrectorado y con los demás prorrectores y el rector para impulsar todo lo relacionado con la cultura para nuestros ciudadanos y ciudadanas, porque se juega un rol fundamental en el aspecto del comportamiento social, ético y moral. Este rectorado está trabajando para eso y está cuidando a su gente. Hay que levantar más la voz como lo hizo la Universidad en atención a la emergencia sanitaria dándole tranquilidad al pueblo. La extensión reunida con las demás funciones es una conexión que le permite al pueblo entrar en las instituciones educativas de puertas abiertas.

En los últimos años la extensión se viene integrando gradualmente en los planes de estudio. ¿Cree que la curricularización de extensión debe seguir creciendo? ¿En qué áreas del conocimiento?

La integralidad es algo que no está resuelto. El Estatuto del Personal Docente indica que un docente tiene que cumplir las tres funciones si tiene determinada carga horaria, y los docentes podemos organizar cursos con los que el estudiante puede acreditar que hizo extensión pero ¿qué nivel de formación alcanza? Curricularizar es una herramienta que no siempre logra los objetivos, porque supongamos que curricularizamos una materia como Dibujo. Si alguien cursa esta materia pero ella no forma parte de su interioridad, simplemente la salva y sigue su camino, sucede que después se encuentra con una pintura de Figari, la mira pero no la ve, no se mete dentro de la pintura porque no tiene las herramientas culturales para entrar en esa pintura. Hay que buscar la forma de curricularizar pero de modo que implique una necesidad ética y moral para que en la extensión -que en definitiva es preocuparnos por la sociedad y ocuparnos junto con la sociedad de la evolución cultural-, estemos realmente involucrados. Porque podemos ver que muchas carreras se construyen como un salto de vallas y hay temas que están curricularizados pero no se les da el valor que se les debería dar. Hay un tema de enfoque y de compromiso de partes. El énfasis que se le está dando a la extensión está muy bien pero con la curricularización no se termina de acomodar, muchas veces se hace para cumplir y lo que importa es que no se pueda vivir sin estar ocupándose de las relaciones sociales y construir una postura ética con las relaciones, apoyándose mutuamente con el otro. Ahí hay una cuestión que es moral, que tampoco se arregla haciendo un curso de moral, pero sí tiene que haber una tendencia y recordar que el otro es importante. Recordar que no es posible que haya 100.000 personas que estén pasando mal en este momento. La moral, la ética y la responsabilidad social son temas fundamentales en la extensión. Igualmente bienvenida sea la curricularización y veremos cómo funciona en la evaluación. Exijamos a los programas mayor rendimiento y capacidad de incidencia y ahí obtendremos resultados para decir que estamos en el buen camino. Lo que hay que crear es el compromiso.

¿Qué rol deben desarrollar las unidades de extensión de los servicios y los programas territoriales?

Hay que involucrarse con la gente, hay que aprender lo que en la cátedra no está; lo que no está es justamente ese vínculo, los saberes que están fuera de la Universidad. ¿Qué carreras tenemos para que un joven pueda formarse en teatro en la Universidad? Sin embargo, tenemos un teatro independiente de gran calidad con unos problemas terribles y muchos de ellos viven de trabajar en otros lugares. Los teatros independientes fueron los que definieron el teatro nacional. Es la sociedad la que lo construye, esos conocimientos que la sociedad construye hay que conectarlos e internalizarlos en la universidades. El rol es de ida y vuelta. Ese gobierno del pueblo que se genera fuera de la Universidad tiene que entrar en ella porque sino la Universidad está carente a nivel artístico, hablo de los lenguajes que yo manejo. La Facultad de Artes, que se está creando definitivamente ahora, demoró muchísimos años para crearse, fue propuesta por Jorge Errandonea hace más de 30 años. Creo que es ahí donde hay que pararse, mirar y ver en qué tenemos que desarrollarnos.

En cuanto a las formas de extensión que hace la Universidad me planteé si debemos conservar lo que tenemos o hay que incluir algo, y la respuesta me la dio el GACH [Grupo Asesor Científico Honorario], donde varios científicos universitarios se reunieron para decirle al gobierno lo que está ocurriendo y sobre todas las cosas decirle a la gente lo que está ocurriendo. ¿Por qué extensión no puede tener una voz de ese orden? Lo que la Universidad hace en extensión está bien, y si hay algo para corregir hay que corregirlo, pero la diversidad es importantísima. Y algo tan importante como eso es la voz, la palabra de la Universidad. Hay que pensar en qué le dice la Universidad a la gente en este segundo año de pandemia, en cómo reúne a la gente a través de la cultura para dar ánimo, para que se fortalezca, para que transite esta situación sabiendo que vamos a salir y que tenemos que salir lo mejor posible.

Creo que debemos tener una voz que pueda complementar lo que están haciendo los científicos con un proyecto cultural central de la Universidad, en el que estén involucrados todos los prorrectores, el Consejo Directivo Central y también las facultades. El concepto es incrementar, ensanchar, porque esta emergencia a nivel cultural necesita que digamos las cosas, en ese sentido estamos pensándolo en la CSEAM. No sabemos si los científicos seguirán dando su voz después de la pandemia, sabemos que ahora nos tranquilizamos al escucharlos.

En este sentido, ¿cómo evalúa el rol de la Universidad en apoyo al país en el marco de la emergencia social y sanitaria?

Creo que la Universidad está bien parada, cómo se introdujo en el aspecto sanitario de la pandemia me pareció por momentos conmovedor, el rol universitario en esto ha sido fundamental, esto no ha sido reconocido solo por nosotros sino en el mundo entero. Lo que la Universidad hizo, cómo estos científicos se comprometieron en forma gratuita y se involucraron hasta el día de hoy es para mí un ejemplo de moral y de ética. Si nosotros en extensión logramos hacer un paralelismo a nivel cultural de esa actitud, nos vamos a quedar muy contentos.

¿Qué diferencias puede destacar entre la extensión y las acciones de relacionamiento con el medio?

Se puede hablar de asistencia, que es vínculo con la sociedad que se desarrolla por ejemplo en el Consultorio Jurídico de la Facultad de Derecho, donde se asiste a las personas para informarles sobre sus derechos, o en las Clínicas Odontológicas de la Facultad de Odontología. Pero si uno lo analiza en profundidad, la asistencia tiene varios componentes, de ahí la diversidad de concepciones extensionistas que la Universidad tiene, que yo no lo considero un problema sino algo a coordinar y profundizar. Creo que todos los formatos de relacionamiento, de vinculación, de asistencia, ya sean con el sector productivo u otras, todo lo que tenga vinculación entre la sociedad y la Universidad forman parte de esto. 

Después si la Universidad hace una campaña cultural o científica en la población para profundizar sobre ciertos aspectos que tienen que ver por ejemplo con la ciencia, eso sí es una actividad extensionista porque es transversal, porque puede reunir a varias facultades y disciplinas. Creo en la diversidad y no hago distinciones que desvaloricen actividades de relacionamiento. Una olla popular puede estar pensada como asistencia alimentaria pero no es solo asistencia, depende cómo se encare y cómo se trabaje en territorio, por ejemplo. Pero es probable que si uno evalúa esa actividad haya predominantemente asistencia o predominantemente extensión, hay acciones que son las dos cosas a la vez, y más de dos cosas a la vez. Creo que los modelos extensionistas muchas veces hay que inventarlos, crearlos, desarrollarlos, y algunos capaz que la sociedad los asumió, los incorporó y son parte de la vida cotidiana y seguramente va a haber que encontrar otros porque las sociedades son dinámicas, se les plantean problemas, la vida humana es así y no es posible pensar en una extensión de hace 80 años que tenga las mismas características hoy. Se mueve como se mueve la ciencia, como se mueve el arte y las humanidades. Me parece que va por ahí. Toda cosa que se encasilla queda en un nicho inútil y puede perder lo que originalmente tiene. Evito hacer eso, miro, estudio, pienso que hay que evaluar permanentemente.

Una de las líneas programáticas de la propuesta presupuestal de la Udelar al país para este quinquenio, es la integración de conocimiento y prácticas en la comunidad. Dado el poco incremento de presupuesto para la Udelar ¿qué acciones considera impulsar para avanzar hacia ese objetivo? ¿Hay algunas a priorizar?

La inversión que hace el país en educación en general es una inversión pobre, no solo en la Universidad. Esta pandemia trae como consecuencia una revisión que tiene que ver con los cuidados, con la educación y con la cultura en general, además de específicamente sobre la infraestructura sanitaria. Creo que hay que invertir dinero, esfuerzo y saberes, y eso la Universidad lo consideró con el presupuesto que presentó. Consiguió lo que consiguió, desde que yo recuerdo la Universidad recibe menos de lo que pide.

La Universidad tiene las cosas bien claras en materia de solicitud, siempre se tiene que revisar si se gasta eficazmente los dineros de la gente, es parte de la ética y la moral de la que hablábamos, y pedir más porque como consecuencia de todo lo que estamos viviendo habrá que readaptar muchísimas cosas. El nuestro es un país con una deuda externa considerable, pero con una producción de bienes interesante, hay un problema de distribución. Es muy importante fortalecer los conocimientos y la educación de todos y generar una cultura más equitativa, más justa.

Considero que tenemos que desarrollar lo que ya está, estuve en contacto con compañeros del Apex, del PIM y estoy conociendo los distintos equipos y proyectos que están en curso en los servicios, me falta conocer más los del interior. Además, tenemos que imaginar lo que podemos hacer que acompañe lo logrado por el grupo de científicos asesores, tiene que haber un plan en ese sentido para lograr una ampliación en lo que significa la voz que hable desde la Universidad con relación a esta situación y a los problemas que tenemos, en el nivel cultural. Es importante poner un énfasis en eso, no quiero decir que ahora no se esté haciendo, pero por muy poco que logremos estaremos contribuyendo a la cultura de nuestra gente porque, como ya mencioné, la extensión no es sólo que la Universidad sale al medio, es el medio que se mete en la Universidad, es de ida y vuelta. No somos los iluminados que vamos y decimos a la gente lo que tiene que hacer, eso es adoctrinamiento, no extensión.  

¿Cómo visualiza el proceso de descentralización de la Universidad?

En el interior se han reproducido elementos de extensión, de participación, un ejemplo es la Estación Experimental Mario A. Cassinoni en Paysandú donde es visible la dedicación y la conexión de esa gente con los productores. La descentralización es una acción universitaria de larga data pero creo que todavía se está construyendo, en el interior la Universidad está haciendo el esfuerzo de consolidación. Hay un proceso, evidentemente hay impedimentos económicos que no permiten acelerarlo más, por ejemplo la infraestructura de gestión en el interior todavía es mucho menor que la de Montevideo. Existe una voluntad firme de consolidar y de incrementar, veremos si los gobiernos de turno favorecen estas cosas. Tuve el privilegio atender un requerimiento de la Comisión pro Universidad en Rocha para ofrecer cursos, los empezamos a dar en un liceo y el intendente en ese momento, Artigas Barrios, se involucró a tal punto que eso originó la creación de la sede Rocha, que es espectacular, donde además tenemos profesores radicados, en nuestra Tecnicatura en Artes Plásticas y Visuales, el 50% lo son.

Si bien sabemos que ha habido líneas que estaban en contra de la descentralización, la sociedad tiene una receptividad enorme, esta Tecnicatura en Artes Plásticas y Visuales en Rocha cuenta con más de 30 estudiantes en primer año, la sociedad aceptó la propuesta y los jóvenes y no tan jóvenes en el departamento la aprecian. Uno de los proyectos de departamentalización en esa región es crear una Licenciatura en Arte y Políticas Culturales, junto con la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Es una  propuesta que tiene que ver con la existencia de acervos que no se conocen en el resto del país. Acabamos de hacer una investigación en el Museo Municipal de Treinta y Tres sobre una colección de Carla Witte, una artista alemana radicada en Uruguay en la primera mitad del siglo XX. Fue un proyecto que trajo a la luz a una artista que no existía en la memoria social y no es el único caso, hay acervos inconexos en distintos lugares, ahí hay un trabajo para hacer. En extensión ha habido proyectos que vinculan temas medioambientales con temas artísticos, por ejemplo el que está estudiando la Laguna de Rocha, que reúne antropólogos, agrónomos, biólogos y artistas, entre otros. Creo que la descentralización va en camino a la consolidación, con muchos problemas, entre ellos los económicos, sin ninguna duda. Vamos a tener que tratarlos y resolverlos.

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