La jornada fue transmitida por el canal de la Universidad en Youtube. Los moderadores de la actividad, Natalia Bolaña y Andrés D’avenia, resaltaron que el objetivo de la instancia fue analizar el rol de la comunicación y la información en Uruguay desde el comienzo de la pandemia. Se buscó generar un foro plural de intercambio de prácticas y reflexiones para capitalizar las experiencias.de ese proceso. Con este fin se convocó a profesionales, académicos, representantes de la prensa, de bibliotecas especializadas y de la comunicación gubernamental. Destacaron que la actividad surgió a iniciativa del consejo de la FIC.

La Apertura de la Jornada estuvo a cargo del rector de la Udelar, Rodrigo Arim, la decana de la FIC, Gladys Ceretta y el docente de la Udelar y coordinador general del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH), Rafael Radi. 

Arim agradeció a la FIC por organizar el evento y mostrar la vitalidad y movimiento de la Udelar. Señaló la relevancia de pensar la comunicación en clave de pandemia y en clave de políticas públicas. «La epidemia en el plano social nos pone en evidencia un elemento constitutivo de nuestra vida, parte sustancial de nuestra existencia e inherente  a la condición humana que es la condición gregaria», expresó. «Somos parte de una comunidad, integrada por muchos individuos, una sociedad que no es la mera suma de las individualidades», añadió. Expresó que el respeto al individuo no presupone negar la constitución de una comunidad con pautas de funcionamiento, mecanismo de cooperación, de solidaridad  y de rivalidades, que son parte de nuestra vida como especie. Reflexionó que la epidemia pone en evidencia estos rasgos sociales gregarios quizás de la peor manera, porque el marco de las medidas de distanciamiento para evitar la propagación del virus demanda la construcción de espacios que permitan guardar esta distancia. 

Destacó el papel clave de reflexionar sobre la comunicación, «desde ese lugar tan peculiar que hoy nos obliga y nos permite la tecnología a estar juntos en la virtualidad y separados en el contacto físico», expresó. Añadió que hoy más que nunca se requiere la comunicación, «ser capaces de transmitir mensajes transparentes y asertivos y fáciles de decodificar para todos, en el contexto que estemos, en cada rol que ocupamos, desde la Universidad de la República, desde el país, desde las políticas», sostuvo Arim.

Indicó que actualmente la relevancia de la comunicación también radica en que esta presupone reconocer nuestra heterogeneidad y diversidad, un valor constitutivo de nuestra vida en sociedad, indicó, así como reconocer que la forma en que recibimos y emitimos mensajes no es igual para todos y esto puede generar desigualdades relevantes.

Mensajes y políticas

El rector recordó que en 2020 Uruguay tuvo la capacidad para escuchar al conocimiento científico y absorber sus mensajes, aún en la incertidumbre, porque el patógeno que provocó esta crisis sanitaria era nuevo. Fue posible decodificar esos mensajes en pautas de comportamiento institucionales, gubernamentales e individuales claras. Pero en el momento actual desde las políticas públicas, las institucionalidades y las pautas individuales, la sociedad se ubica en un lugar de mucho dramatismo en cuanto a la evolución de la epidemia, señaló, este dramatismo tiene que ver con algunos niveles de frustración porque en este momento que se vive no se ha logrado repetir la experiencia del 2020.

Destacó por tanto la importancia de reflexionar en clave de comunicación de la pandemia, en clave científica y académica, y en clave de todas las políticas públicas, porque  tanto las sanitarias como las sociales, industriales o tecnológicas requieren  canales de comunicación adecuados, profesionales y académicamente fundados. Arim felicitó la realización del evento, «tan pertinente para atravesar este momento de la pandemia y también pensar en Uruguay en clave de políticas públicas en el futuro».

Ceretta por su parte destacó que la FIC es la facultad más joven de la Udelar y tuvo una construcción institucional que llevó algunos años, en la que «en todo momento se trabajó desde el colectivo, desde una construcción donde todos teníamos nuestra posibilidad de aportar», fue un proceso que se dio de forma segura, garantista y participativa, expresó.

Señaló que desde los saberes interdisciplinarios de la FIC hay seguramente mucho para aportar y para aprender en el actual contexto de crisis sanitaria. Hubiera sido deseable haber comenzado antes a dar espacios de discusión como el de esta jornada, expresó, pero como institución joven con capacidad de respuesta más limitada que otras, la necesidad de atender temas urgentes hizo que se pospusiera. Destacó los buenos resultados de estas acciones ya que se pudo avanzar con éxito en el proceso de enseñanza en el marco de la pandemia, «dimos posibilidades a nuestros estudiantes para que enfrentaran a una situación tan compleja», subrayó. Finalmente indicó que «hoy la FIC es un colectivo muy activo y dinámico, que se posiciona y plantea desafíos como este».

Una pila de datos

Radi señaló que expondría desde su lugar permanente de profesor universitario. Expresó su enorme reconocimiento a la Udelar y su orgullo de pertenecer a una institución «que ha sido un motor en la búsqueda de soluciones para la mitigación de esta pandemia». También agradeció «el apoyo que la Udelar nos ha dado desde el día uno a todos los que trabajamos en forma más o menos directa para esa mitigación», tanto dentro del GACH como fuera de él. Destacó la realización de la jornada porque «enriquece la mirada interdisciplinaria de esta experiencia a gran escala nacional del diálogo entre las ciencias en el marco de la epidemia» e indicó que «en un proceso biológico y epidemiológico que para su comprensión depende tanto del comportamiento humano, la comunicación es una herramienta absolutamente fundamental». Subrayó que el camino por delante hasta la salida de la pandemia, que no necesariamente será corto, «en buena parte se definirá en términos de cuánta comunicación de calidad podamos brindarle a la población y de cuánto podrá responder».

Radi planteó algunas consideraciones que podrían ser de utilidad para el ámbito de la FIC y para los profesionales de la comunicación y la información. En primer lugar explicó que en el área científica, el estudio y análisis de la pandemia genera datos, los cuales luego se pueden transformar en información. Esta no es simplemente un apilado de datos, sino que para que sea útil, al menos desde el punto de vista científico, «tiene que tener una estructuración tal que exprese algún fenómeno y lo haga más comprensible, los datos sueltos no alcanzan e inclusive nos pueden abrumar», expresó, luego esa información eventualmente se puede transformar en conocimiento, pero entre la información y el conocimiento hay un gran salto y un conjunto de etapas que cursar. Apuntó que la comunicación tiene que decidir qué es lo que comunica, «¿datos, información, conocimiento o una especulación?», saber discriminar entre estos es sumamente importante y ahí los comunicadores tienen un rol central, sostuvo.

También destacó que la pandemia genera números (el número de tests, de activos, de recuperados, de hospitalizados, entre otros) y tiene un lenguaje propio. Este lenguaje es un poco más complejo de decodificar, e incluye términos como virus, RNA, PCR, plasma convaleciente, vacunas, brotes, olas, entre otros. Cada una de estas nociones tiene un significado científico detrás que la sociedad debe recibir y entender. Además, cuando se llega a la etapa de la toma de decisiones es fundamental que la comunicación y la transferencia de información sea lo suficientemente clara, para intentar que el tomador de decisión y la sociedad realmente comprendan y puedan decidir en base a la mejor evidencia. Para esto es suficiente con que el científico y el periodista entiendan suficientemente bien el tema, afirmó. 

Saber lo que no se sabe

Radi puso en duda que los científicos tengan que estar comunicando todo el tiempo, «hay una capa intermedia entre la ciencia y la sociedad que es la gente que es experta en comunicación». Ha habido científicos que han comunicado muy bien y otros «que han dicho disparates», indicó, «no es bueno para la sociedad, ni para los científicos ni para la comunicación. Hay cosas que los científicos no sabemos hacer bien, tenemos que construir puentes con los que sí saben hacerlo, trabajar en conjunto. Por eso reivindico la necesidad de este seminario», afirmó.

Resaltó que cuando se presenta un fenómeno como la pandemia, con la incertidumbre gigantesca que tuvo al inicio, no todos los abordajes son igualmente válidos, efectivos y fértiles para entender el fenómeno, ni igualmente productivos para mitigar la epidemia. En ese sentido apuntó que el método científico logra identificar un camino para ir descubriendo lo que se quiere saber ya a su vez delimitar lo que se ignora. «Es tan importante saber lo que se sabe como saber lo que no se sabe, y eso implica para los seres humanos y para la especie homo sapiens sapiens un baño de humildad en forma permanente», expresó.

Indicó que es entonces que la ciencia y la comunicación basadas en evidencia, se vuelven elementos absolutamente centrales, así como las políticas basadas en evidencia científica. Esta se define como «un cuerpo de elementos obtenidos a través de un método de abordaje de la incertidumbre y de lo desconocido». La evidencia científica tiene al menos cuatro dimensiones que deben ser respetadas: debe ser objetiva y sin sesgo, tener resultados rigurosos y reproducibles, permitir el análisis por pares, el acumulado y el consenso científico entre pares, explicó. Finalmente para poder comunicarse y ser de utilidad a la sociedad la evidencia científica debe tener interpretaciones plausibles, ser incorporada a un contexto de elementos que forman parte de un cuerpo de grandes teorías o teoremas, para que la decodificación sea entendida en forma mucho más amplia.

Radi señaló que al comunicar acerca de estos temas se debe entender cómo se construye la evidencia científica y cuál es aquella de calidad, la que ha sido «curada», y uno de los grandes problemas en estos meses a nivel mundial es la oposición entre el conocimiento curado y el conocimiento crudo o pseudo conocimiento. La velocidad de los sucesos ha hecho que muchas veces se hayan lanzado a la sociedad conocimientos poco consensuados, generando a veces alarmas, cuando entre los científicos todavía no había acuerdo, indicó, «por este motivo hoy la comunicación juega un rol central». Añadió que la comunicación basada en evidencia permite combatir grandes problemas del siglo XXI como la infodemia, con información de calidad y de la otra, y las noticias falsas, relativamente fáciles de neutralizar. Agregó que otros de los problemas de esta clase en este contexto son el apriorismo -un método que se fundamenta en ideas preconcebidas y prescinde de los datos y hechos de la evidencia-, y la posverdad, una distorsión deliberada de la realidad que hace que los hechos objetivos influyan menos que las apreciaciones personales, las creencias y las emociones, sobre las opiniones públicas y comportamientos sociales.

Degradé de grises

Opinó que «la sociedad prefiere mucho la información en términos de blanco y negro cuando una epidemia es un degradé gigante de grises, todo el tiempo, y transmitir los grises es lo mas difícil, yo diría que los blancos y negros se enfrentaron a los grises en la pandemia». Además, un problema que no favorece la comprensión de esta epidemia «es que nuestro cerebro tiene grandes dificultades para entender fenómenos de crecimiento geométrico y exponencial y ahí es donde la intuición falla. Solamente las proyecciones científicas permiten abordar mejor los crecimientos geométricos». Lo lineal, lo sumatorio o lo multiplicativo a baja escala no alcanzan para entender los fenómenos geométricos y exponenciales, donde pequeñas perturbaciones generan grandes cambios en pequeñas cantidades de tiempo, «la comunicación debe estar preparada para entender que eso también es parte de la incertidumbre. Es decir, los 3000 se pueden transformar en 4000 o 2000 o en tiempos cortos».  

Radi reivindicó la comunicación «como herramienta de mitigación y control de la epidemia». Lograr esto depende mucho del comportamiento de la sociedad y las personas, «es muy importante generar información y comunicación superadora  para que los ciudadanos, que son los grandes actores, puedan realmente ejercer desde el conocimiento las mejores conductas para lograr mitigar y disminuir los contagios. Por supuesto los gobiernos tienen un rol decisivo tanto para las medidas como para la comunicación, pero al final del día la comunicación tiene que llegar a las personas», afirmó.

Explicó que tanto la OMS como el GACH entienden que la comunicación es una herramienta fundamental pero además «hay que monitorizar cómo esa comunicación genera adhesiones a las medidas que se plantean, comunicación y monitoreo van juntas, como herramientas esenciales tan importantes como los test de pcr o las vacunas». Esa comunicación atraviesa a la población, políticos y científicos, así como al personal de salud. Opinó que «es notorio que tenemos dificultades, no entendemos por momentos que la proximidad física genera dificultades en el control de la pandemia». La comunicación también es valiosa para dar confianza sobre lo que las vacunas pueden hacer, afirmó.

Para cerrar expresó que la comunicación científica es un área de formación que la Udelar tiene que abarcar como centro de educación superior, que a la vez «se vincula al derecho a  la ciencia, al derecho a la salud, a la ética en la comunicación, creo que todo eso forma parte de lo que los comunicadores serios están llamados a hacer, vinculando el mundo de la ciencia con el mundo de la política y con la sociedad».

Finalizada la apertura se desarrollaron dos paneles, el primero estuvo  integrado por Patricia Schroeder, asesora de comunicación del Ministerio de Salud Pública, Pilar Teijeiro. periodista, conductora y directora de Prensa de TV Ciudad, Beatriz Celiberti, integrante del Comité nacional consultivo de la Biblioteca virtual de la salud, y Daniela Hirschfeld, comunicadora en el Instituto Pasteur de Montevideo, que aportaron una mirada desde el campo profesional.

En el siguiente panel expusieron Eduardo Álvarez Pedrosian, docente e investigador de la FIC, Mariana Pereyra, representante de Facultad de Ciencias en el Comité Académico de la Especialización en Comunicación de la Ciencia y la Tecnología, y los docentes e investigadores de la FIC, Gerardo Albistur, Natalia Uval, Magela Cabrera, Javier Canzani y Leticia Lorier, quienes presentaron una mirada académica de la temática. 

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