Mariana Leoni, integrante del equipo del prorrectorado de gestión, explicó que este tema así como los de las jornadas anteriores, surgió del Grupo de Trabajo de Gestión de Campus que definió distintas dimensiones clave para avanzar en orientaciones para la gestión de campus en la Udelar. Recordó que el Grupo de Gestión de Campus fue conformado por el Consejo Delegado de Gestión con el objetivo de trabajar en el desarrollo de un informe de planes de gestión de campus para Udelar, que presentara «orientaciones estratégicas que permitieran avanzar en mejores prácticas de gestión desde la perspectiva de la articulación y la convergencia», expresó.

Leoni indicó que a partir del intercambio de los distintos actores que integran el Grupo y de los que mantuvieron con referentes de la Udelar, nacionales e internacionales, entendieron que es clave avanzar en políticas que ayuden a orientar el accionar de la Universidad desde una lógica de su responsabilidad ambiental. Esta postura se enmarca en la concepción de campus abierto, que reconoce que los distintos espacios de la Udelar se encuentran dispersos en el territorio, dialogando con distintos entornos y comunidades de referencia. Señaló que en esta lógica «es importante reconocer que la relación que se genera entre la Universidad y estos entornos es de interdependencia y explicitar la forma que nos ubicamos en estos espacios». Destacó también la necesidad de avanzar en acciones que permitan a la Udelar tener un cuidado del ambiente y un relacionamiento responsable con los entornos y las comunidades.

La primera parte de la jornada contó con cuatro ponencias, dos de ellas de especialistas en el tema de Universidades de México. La primera de las disertaciones estuvo a cargo de Marcos Algara, director de la Agenda Ambiental y Laura Daniela Hernández, referente del Eje de gestión ambiental, de la Universidad Autónoma de San Luis de Potosí y la siguiente de Miguel Ángel Escalona, coordinador de la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad, de la Universidad Veracruzana, de México. Luego expusieron Teresa Heller, Rocío Guevara y Carolina Ramírez, integrantes del equipo de la Red Temática de Medio Ambiente (RETEMA) de la Udelar. Patricia Iribarne, integrante del Grupo Ambiente y Derechos Humanos, cerró esta primera parte de ponencias, relatando algunas experiencias en la Facultad de Ciencias de la Udelar. La segunda parte fue un espacio de preguntas e intercambios.

Pensar el medioambiente en todo el país

Teresa Heller, integrante de RETEMA, resaltó el valioso aporte de esta jornada de campus sustentable ya que la gestión de campus en Uruguay como tal, pensada y formalizada, es más jóven que la que se desarrolla en México, país de dos de los expositores. Recordó que la gestión de campus en la Udelar se enmarca en cuatro objetivos: el campus sustentable, el espacio público convergente, el campus virtual y la gestión edilicia integral. Entiende que cuando se piensa en campus sustentable, desde RETEMA y desde la Udelar no pueden dejar de tener presentes también los otros tres objetivos y la interacción y retroalimentación que se establece entre ellos. Resaltó que desde RETEMA tratan de construir la educación ambiental en toda la comunidad universitaria y su entorno. Añadió que en Uruguay que tiene una superficie total de 188.000 kilómetros cuadrados y una población de 3.500.000 habitantes, la Udelar aunque comparada con las universidades mexicanas es más pequeña, cuenta hoy con 144.000 estudiantes, 12.000 docentes y también unos 12.000 funcionarios, la mitad de ellos propios de la Universidad y el otro 50% contratado. «Esto hace que el entorno de la Udelar sea todo el país y el potencial de la Universidad sea muy grande», apuntó Heller.

Destacó que la primera conferencia de educación ambiental fue en Tbilisi (URSS) en 1977 por una iniciativa de la UNESCO, del Plan de las Naciones Unidas de Medio Ambiente y el Programa de Educación (PNUMA). En esta línea se ubican las metas de RETEMA, que apuntan a cumplir los objetivos de la educación ambiental. En cuanto a los desafíos y a los aportes que puede hacer la RETEMA al cumplimiento de estos objetivos, Heller señaló que se plantean metas ambiciosas en algunos temas sensibles como eficiencia en la gestión de residuos y sustentabilidad y su vínculo con las funciones universitarias.

Carolina Ramírez, representante de Facultad de Ingeniería en la RETEMA, presentó a la Red, un espacio institucionalizado y multidisciplinario de interacción en la Universidad de la República, para el análisis e intervención en la temática ambiental. «Es una de las primeras y más activas redes temáticas de la Udelar y se ha convertido en un ámbito privilegiado para integrar y coordinar las unidades académicas relacionadas con temas ambientales en las distintas funciones universitarias: enseñanza, investigación y extensión sumando a esta línea la gestión ambiental», expresó. Explicó que RETEMA se plantea cuatro líneas de trabajo: fomentar la discusión pública de la problemática ambiental nacional, fortalecimiento interno, difusión y comunicación y docencia en educación ambiental e incorporación del Plan Nacional de Educación Ambiental (PLANEA) en la Udelar.

Rocío Guevara representante de la Facultad de Química en la RETEMA, señaló que la Red lleva adelante en coordinación con el Instituto de Capacitación y Formación y el prorrectorado de gestión de la Udelar, el programa de capacitación en gestión ambiental, que fue evolucionando con el tiempo y ya se encuentra en el cuarto año. En el proceso el Programa ha sumado diferentes modalidades de aprendizaje, la más reciente hace referencia a los espacios de formación que apuntan a la elaboración e implementación de protocolos de gestión de residuos de la Udelar. Estos espacios ya no se tratan solamente de editar un curso sino de generar conocimiento compartido con los servicios que participan en estas instancias, que proponen protocolos de gestión de residuos.

Los espacios de formación incluyen cursos de elaboración de protocolos de gestión de recursos de la Udelar, un taller en el marco de la feria «Modo Udelar», el curso «Gestión de residuos según protocolo de la Udelar», cursos de implementación de protcolos de gestión de residuos en la Udelar y el curso «La gestión de los residuos según los protocolos de la Udelar en el marco de la gestión edilicia integral». Guevara destacó que en el 2020 participaron cinco servicios universitarios y en el 2021 hay tres servicios formando parte de estos espacios. Al momento el Programa ha formado a 900 funcionarios no docentes provenientes de 45 servicios universitarios. Entretanto 800 estudiantes han participado del programa de promotores ambientales universitarios y 400 estudiantes han realizado el curso interdisciplinario anual, «Introducción al ambiente y a la sustentabilidad», que en el 2021 tendrá su cuarta edición en setiembre y se ofrece a estudiantes avanzados de todas las carreras de la Udelar.

Trabajar en red

Patricia Iribarne, docente y coordinadora de la Unidad de extensión de la Facultad de Ciencias, presentó al Grupo de trabajo de la Udelar, Ambiente y Derechos Humanos, «un Grupo muy joven que está en pleno proceso de conformación y se encuentra abierto a los que deseen acercarse», apuntó. Añadió que este grupo está enmarcado en la cátedra UNESCO de derechos humanos que funciona en la órbita de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Udelar y busca abordar, problematizar y reflexionar sobre la relación entre derechos humanos y ambiente. En su ponencia Iribarne realizó algunas reflexiones desde la integralidad de las funciones universitarias, en la que se articulan las tres funciones universitarias: enseñanza, investigación y extensión, en un marco comunitario y con enfoque inter o transdisciplinario, en un proceso concreto que se lleva adelante en la actualidad en la unidad de extensión de la Facultad de Ciencias.

Urubarne indicó que en este marco en la Unidad de Extensión de la Facultad entienden que un campus sustentable implica un cambio de paradigma, en el que se reconozcan las complejidades y multidimensionalidad de los sistemas ambientales y la incertidumbre e interdependencia de sus elementos. Este nuevo paradigma debe también promover nuevas fornas de enseñar, investigar y vincularse en los territorios, así como construir espacios con una amplia participación de diversos actores (universitarios y no universitarios). El Grupo identificó tres posibles ejes de trabajo: transformación interna de la institución que implica una gestión responsable de los espacios y recursos, compras y residuos; conexión entre servicios y el tercer eje, la construcción colectiva de espacios universitarios y territorios que integran.

Iribarne compartió a continuación las experiencias desarrolladas en este marco, desde el Programa de Desarrollo Territorial de Malvín Norte, territorio de aproximadamente 4 kilómetros cuadrados perteneciente al municipio E de Montevideo y donde viven alrededor de 27.000 habitantes. La población se distribuye en forma desigual en el territorio, que está caracterizado por una gran heterogeneidad habitacional y socioeconómica. En el marco del Programa desde hace cinco años la Facultad de Ciencias a través de la Unidad de Extensión, viene desarrollando con el barrio un trabajo de construcción que busca impulsar prácticas integrales que aporten al desarrollo territorial de Malvín Norte y al abordaje de problemáticas detectadas por distintos actores sociales o espacios de articulación territorial.

Los ejes principales de trabajo de esta propuesta son: producción de alimentos, problematización y abordaje de los residuos sólidos, contaminación, salud y ambiente, educación y convivencia. En estos ejes hoy se vienen desarrollando dos líneas de trabajo que responden a solicitudes de las fuerzas vivas del territorio, una de ellas apunta a abordar la problemática de los residuos sólidos en el barrio. En esta línea se han planteado entre otras actividades dos encuentros de análisis y reflexión colectiva acerca del tema, en los que participaron en uno de ellos más de treinta académicos y en el otro más de treinta agentes territoriales. A partir de estos intercambios reflexionaron acerca de las causas de esta problemática, que se vinculan con diversas dimensiones: técnica, filosófica y cultural entre otras.

La segunda línea tiene que ver con la huerta que se generó en el contexto de la crisis de 2002 en el predio de la Facultad de Ciencias y que ha pasado por distintos períodos y tenido diferentes impulsos. En una etapa más reciente la Unidad de extensión de la Facultad comenzó a pensar hace algunos años este espacio en conjunto con el Centro Cultural de Malvín Norte. Iribarne explicó que existe un interés en trabajar desde la huerta diferentes dimensiones, entre ellas los problemas de convivencia en el barrio, que están condicionados por realidades de violencia, drogas entre otras temáticas presentes en el territorio.

Acotó que para llevar adelante estas dos líneas de trabajo se proponen estrategias como la articulación entre distintos actores y servicios universitarios, la participación en redes barriales, proyectos estudiantiles de investigación, pasantías de extensión, enseñanza de las ciencias a través del abordaje de problemas, espacios de formación integral y participación de la huerta Malvín Norte en la red de huertas del Uruguay.

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