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Pasado, compromiso y futuro: AGU investigará la historia de ADUR
El 30 de noviembre se celebró un convenio entre el Archivo General de la Udelar (AGU), el Rectorado y la Asociación de Docentes de la Universidad de la República (ADUR), con el objetivo de desarrollar una investigación sobre la historia de esta organización docente.

El trabajo será realizado por el Área de Investigación Histórica del AGU. En la firma del convenio Agustín Cano, secretario General de ADUR, comentó que el acuerdo tiene a sus integrantes «muy entusiasmados», porque va a permitir convocar a las distintas memorias que componen las narraciones sobre el proceso histórico del sindicato, desde su fundación en 1964 hasta fines de la década de 1980.
La idea de esta investigación surgió en momentos en que compañeras y compañeros del colectivo estaban pensando cómo impulsar una campaña de afiliación, contó, en ese intercambio «empezamos a tomar nota del movimiento y dinamismo de la conformación de ADUR». Buscando nuevas respuestas identitarias para la praxis de la asociación, «surgió muy naturalmente» la pregunta acerca de su historia, indicó, y ante esa inquietud tuvieron rápida recepción por parte del AGU y del Rectorado.
Vania Markarian, responsable del Área de Investigación Histórica, agradeció la confianza de ADUR y señaló que el proyecto tiene mucho que ver con el mandato del AGU, que es ampliar la base documental disponible para recrear la historia, volver a recrear las memorias de los universitarios y «seguir pensando quiénes somos en el presente y qué queremos ser». Realizó un llamado a todos los que hayan estado involucrados en la historia de ADUR, que puedan aportar documentos o testimonios, y anunció que pronto se difundirán vías de contacto con esta finalidad.
El AGU creará un fondo documental específico sobre ADUR y al mismo tiempo desarrollará una investigación en base a diferentes épocas. La primera se inicia en 1964, año de creación del sindicato. En ese momento el cogobierno era todavía muy reciente, señaló Markarian, y se habían dado cambios relativos al pasaje de «viejas formas de organización relacionadas con las Salas docentes a esta idea de los gremios de trabajadores». Estas son formas diferentes de articular la actividad académica, intelectual o profesional con la condición de trabajadores, observó. Además, el proceso se relaciona con el establecimiento del régimen de dedicación total, dado que empieza a haber más personas que aspiran a vivir del salario universitario, algo que hasta el momento no era común.
En el mismo período se agremiaron docentes de otras ramas de la enseñanza, puntualizó, y también se impulsó la creación de la Convención Nacional de Trabajadores. Esta primera época, que en la investigación culmina en el entorno del Golpe de Estado de 1973, puede definirse por «una estrecha relación de la Universidad con cogobierno pleno con el movimiento de trabajadores, en tiempos de creciente radicalización política y social», indicó Markarián.
En la segunda etapa de la investigación, interesa la experiencia de los docentes destituidos, exiliados o presos, una situación que hasta 1976 alcanzó «a casi la mitad del cuerpo docente», explicó. También interesa saber las condiciones de trabajo de aquellos docentes que permanecieron y de los que fueron ingresando durante el período de intervención de la Universidad. Opinó que «nos debemos como universitarios entender mejor esa etapa, en lo que tuvo de destrucción, en lo que tuvo del proyecto alternativo y también de herencia para las etapas posteriores». En relación con ADUR, el AGU intentará conocer cómo fueron los primeros intentos de reorganizarse y cómo fueron las relaciones con los destituidos. La historiadora explicó que de la convergencia de esos dos grupos de docentes nació ADUR propiamente dicha, en 1984. Agregó que una tercera etapa de la investigación se extenderá desde la reinstitucionalización democrática hasta los años noventa.
Markarián indicó que recientemente el AGU publicó un libro sobre la protesta estudiantil durante el mismo período histórico. Desde esa experiencia, en el trabajo sobre ADUR los investigadores proponen indagar sobre el ser docente y sobre qué han querido ser sus formas asociativas, para sumar así al conocimiento de la historia de la Universidad.
Por su parte Héctor Cancela, presidente de ADUR, agradeció al AGU y al rector Rodrigo Arim por la concreción de este convenio. Comentó que si bien la idea para esta investigación surgió vinculada al impulso de una campaña, la asociación le dio «una perspectiva realmente amplia de valoración y preservación de la memoria colectiva. Pensamos que hay un gran valor, un tesoro que está ahí, que necesitamos justamente articular, preservar y compartir».
Esa memoria colectiva abarca en primer lugar a las personas que estuvieron en distintos momentos del proceso histórico de la asociación, «que la sostuvieron y preservaron, que lograron que ADUR crezca, se sostenga y sea el actor que sigue siendo y que queremos para el futuro en la Universidad». Hay mucho para rescatar sobre los valores, el compromiso y los aportes singulares de cada una de esas personas, expresó.
Además, hay mucho para estudiar y entender de la asociación en sí misma, indicó, cuáles han sido históricamente sus principios y acciones y cómo se ha organizado. Este proceso no ha sido en aislado, sino en vínculos con la Universidad, con otros gremios como la Federación de Estudiantes Universitarios Uruguay, la Agremiación Federal de Funcionarios de la Universidad de la República, la Unión de Trabajadores del Hospital de Clínicas y los otros gremios de la enseñanza. También estuvo ligado a contextos históricos particulares, señaló.
Este conjunto de elementos ha aportado a generar una identidad propia de la organización, y su rescate es una clave para desde el pasado llegar «hasta un presente que siempre nos interpela, nos obliga a esforzarnos, trabajar, luchar por principios que creemos que son fundacionales de ADUR», los de la defensa de la educación pública, de su calidad y gratuidad, de la autonomía, del cogobierno, de los esfuerzos imprescindibles para lograr el mayor acceso a todas las capas de la población a la educación. «Son valores por los que hubo que luchar mucho y por los que hoy seguimos teniendo que luchar -porque hoy de alguna forma están en debate o bajo ataque- y que por tanto tenemos que reafirmar con esa visión de futuro, convocando a las y los nuevos docentes a que se acerquen a nuestra asociación para continuar ese trabajo, con la herencia que de alguna manera estamos rescatando para inspirarnos a futuro», concluyó.
Arim agradeció a ADUR y al AGU por impulsar esta iniciativa. Explicó las razones por las que en este caso la Udelar como tal suscribe el convenio y aporta recursos a la investigación. Por una parte, la institución tiene la necesidad de colaborar en construir las historias de los actores colectivos que convergen en su propia historia, como los gremios. Pero el interés también emerge al asumir «nuestra peculiaridad como institución: gremios y órdenes no se confunden ni mimetizan, pero comparten trayectorias y a veces también se cruzan y entrecruzan en esa lógica», señaló.
Por tanto comprender la dinámica de conformación de un gremio que incide en la dinámica de uno de los órdenes del gobierno universitario genera un interés activo legítimo, «la mezcla de estos roles sin duda es parte de la historia institucional», indicó Arim.
Respecto a la investigación, se detuvo en particular en el estudio del período sobre el final de la dictadura y afirmó que «la reconstrucción democrática de ADUR se mezcla con la reconstrucción democrática de la Universidad y la vuelta al funcionamiento orgánico establecido en la Ley de 1958» y la vez se relaciona simbólicamente con la recuperación de la democracia en el país. Esta etapa también remite «a una Universidad que empieza a buscar nuevos caminos». Las historias de las luchas de ADUR en la apertura democrática, «en los primeros duros presupuestos», forman también parte de un proceso de consolidación de la Udelar luego de la dictadura, señaló.