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Mesa redonda Mujeres en la Universidad
El miércoles 9 de marzo a las 18 horas en el Paraninfo de la Universidad se llevó a cabo la Mesa redonda Mujeres en la Universidad, organizada por la Facultad de Derecho de la Universidad de la República (Udelar) y la Fundación de Cultura Universitaria. En el encuentro se planteó un espacio de reflexión y diálogo acerca de la historia, presente y desafíos a futuro, del rol de la mujer en la Udelar.

Las ponencias estuvieron a cargo de Cristina Mangarelli, decana de Facultad de Derecho, Cecilia Fernández, prorrectora de investigación de la Udelar, María Laura Capalbo, presidenta del Colegio de Abogados del Uruguay (CAU) y María Eugenia Villar, secretaria de Asuntos Universitarios del Centro de Estudiantes de Derecho. La moderadora del encuentro fue la periodista Carolina García.
Facultad de Derecho: un rol fundamental
Carolina García destacó la importancia de reflexionar acerca del lugar de las mujeres en la Universidad de la República (Udelar), institución que «está viviendo algunos procesos transformadores, hechos destacados en cuanto al compromiso con espacios libres de violencia de género y con generar una gestión de calidad en este sentido», señaló. Añadió que las transformaciones también se reflejan en la configuración académica de la Universidad y apuntó que un ejemplo de ello es el recientemente creado Centro Interdisciplinario de Estudios Feministas. Subrayó que la campaña del 8 de marzo de 2022 apunta a «una de las desigualdades estructurales más importantes de las mujeres que tiene que ver con los cuidados, los cuidados son un derecho, la corresponsabilidad es un objetivo», expresó.
Mangarelli basó su ponencia en tres interrogantes, la primera de ellas «¿cómo es el acceso, el egreso, el transcurso, de las mujeres en la Universidad, en el cogobierno, especialmente en la Facultad de Derecho y en los cargos de dirección?». Indicó que un relevamiento realizado en la Udelar en 2019 con datos de 2018, reveló que en las cinco carreras que se dictan en la Facultad de Derecho ingresaron y egresaron más mujeres que hombres.
Según este estudio, en lo que tiene que ver con los ingresos a estas carreras, en el 2018 las mujeres fueron el 67.5 % y los hombres el 32.5 % de los mismos. En el año 2022 la diferencia fue aún mayor, entraron a la Facultad 3669 estudiantes, de ellos 2875 son mujeres (78.4 %) y 784 hombres (21.6 %). Esta diferencia también se dio en los egresos, en 2018 egresaron 78% de las mujeres y 21% de los hombres. En el mismo año, en el ingreso y egreso a los posgrados de la Facultad de Derecho se vio esta misma tendencia, el 65 % de los estudiantes que ingresaron son mujeres y el 35 % hombres y el 88 % de los que egresaron son mujeres y el 12 % hombres.
La decana concluyó que «no hay obstáculos en el ingreso ni en el egreso, distinto es lo que sucede en la trayectoria de las mujeres como profesionales en las carreras que se dictan en la Facultad». En este sentido analizó lo que sucede con los cargos de dirección en la Facultad de Derecho. Recordó que es la primera mujer abogada que llega al cargo de decana de Facultad de Derecho, anteriormente dos mujeres escribanas accedieron a este cargo. En la actualidad de 26 Institutos y grupos docentes de la Facultad, 9 de ellos cuentan con directoras mujeres. Consideró que aunque la Facultad debe seguir progresando en este sentido, «no estamos tan mal, cada vez son más mujeres que llegan a los grados docentes 4 y 5». En la actualidad en la Facultad, de 30 docentes grado 5, 10 son mujeres y de 53 docentes grado 4, 19 son mujeres.
La segunda pregunta que planteó Mangarelli fue «¿qué es lo que está haciendo la Facultad de Derecho para trabajar en la igualdad de derechos?». Destacó que lo más importante que se ha realizado en este sentido en los últimos años en la Facultad de Derecho fue la resolución N° 54 de febrero de 2020 en la que a instancias de la decana y con el apoyo de todo el Consejo se aprobó incorporar la perspectiva de género, en forma transversal en todas las materias que se dictan en la Facultad. Resaltó el rol importante de la Facultad de Derecho en el trabajo acerca de la violencia contra la mujer, desde la institución se han desarrollado y promovido proyectos de investigación acerca de este tema y se ha elaborado un protocolo de acoso que implica tolerancia 0 a la violencia de género.
La tercera interrogante planteada por Mangarelli fue «¿Cuál es el motivo de las dificultades aparentes de las mujeres para llegar a los cargos de dirección?» Sostuvo que la causa fundamental de esto son los estereotipos de género. «A la mujer se le asigna el rol de cuidados y al hombre el empleo productivo, hay que trabajar para cambiar esos estereotipos porque son en definitiva los que fomentan la violencia contra la mujer y hacen creer que la mujer no tiene determinadas cualidades para acceder a determinados cargos», concluyó la decana.
Una justicia sin estereotipos
Capalbo resaltó el trabajo de la Facultad de Derecho generando espacios de reflexión acerca de la temática e impulsando acciones concretas como la que llevó adelante la sala del Instituto 6 a través de los docentes de Derecho Civil de las Obligaciones, Responsabilidad Civil y Contratos,que elaboraron un anteproyecto de Ley para la derogación de la expresión «buen padre de familia» y la sustitución por la de «persona media, prudente y cuidadosa».
Señaló que el CAU creó recientemente la comisión de género cuya presidenta es la doctora Micaela Castillo, miembro del grupo Derecho y Género de la Facultad de Derecho. Uno de los propósitos de esta comisión es analizar la normativa y las decisiones judiciales con perspectiva de género. Señaló que de los afiliados al CAU 60 % son mujeres y en el Poder Judicial de los 45 ministros y ministras del Tribunal de Apelaciones, 27 son mujeres y 18 hombres. Asimismo, más de la mitad de la población de Uruguay son mujeres. «Somos entonces también las propias mujeres las que debemos deconstruirnos», expresó. Sostuvo que «para garantizar una Justicia sin estereotipos es necesario identificar esos estereotipos en las normas y en las sentencias, en la cabeza de los juzgadores, visualizar los impactos, desarrollar estrategias jurídicas para mitigar sus efectos, y esa es la tarea que debemos hacer».
Mejores mecanismos de denuncia, difusión y prevención
Villar resaltó que la proporción 70 % mujeres y 30 % hombres que ingresan a la Facultad de Derecho, citada por la decana, se refleja también en la militancia estudiantil en la Facultad. «Hay muchas mujeres ocupando espacios de responsabilidad, lo que sucede es que muchas veces quedamos invisibilizadas, en parte por el imaginario colectivo de que la militancia está más bien asociada a un rol masculino», afirmó. Entiende que otra de las causas de esta invisibilización es que para la militancia se requiere tiempo, capacidad de oratoria y de discusión, características que se encuentran dentro de los estereotipos de género, adjudicadas fundamentalmente a los hombres. Destacó la importancia de la aprobación en la Udelar en 2013 y en la Facultad de Derecho en 2020, «de protocolos de actuación para prevenir, sancionar y erradicar, diferentes situaciones de violencia, abuso y discriminación que sufrimos las mujeres en forma cotidiana en nuestros lugares de estudio». Resaltó que estos son fruto de reclamos y puesta en común de los problemas que han sufrido las mujeres de los distintos colectivos que integran la Universidad de la República históricamente.
Entiende que los protocolos son necesarios pero no suficientes, hablando en nombre de las mujeres que estudian en la Facultad de Derecho señaló que «la Facultad es un ambiente bastante hostil para el desarrollo de las mujeres por el ámbito del estudio del derecho en concreto y si a eso le sumamos intimidación, discriminación y diferentes violencias que sufrimos en las aulas, se complejiza mucho más nuestro vínculo con la Facultad». Entiende que uno de los desafíos es dar mayores incentivos a estudiantes y funcionarias para que realicen la denuncia de estas situaciones, para ello se necesitan mecanismos de denuncia confiables, eficientes y eficaces. Otros de los retos son una mejor difusión de los protocolos vigentes, generar políticas institucionales para prevenir las situaciones de acoso, abuso y discriminación y trabajarlo en los ámbitos cogobernados correspondientes.
Congeniar la vida académica con los cuidados
Fernández recordó que el plantel docente de la Udelar está formado en la actualidad por un 55% de mujeres y 45 % de hombres, sin embargo el grupo de docentes grado 5 está integrado por 34% de mujeres y 66% de hombres. Señaló que lo mismo sucede con las y los docentes que se desempeñan en el régimen de Dedicación Total (DT), en el que se da casi una paridad de mujeres que son el 49% con lo hombres que tienen este régimen, que representan el 51%. Si se discrimina cuántas de las docentes que tienen DT son grado 5, se observa que son el 30% mientras los hombres son casi el 70%. Informó que en el Sistema Nacional de Investigadores se dan estas mismas proporciones, una paridad en los porcentajes de hombres y mujeres en el nivel de ingreso a la investigación y una mayoría de hombres en los grados más altos. Resaltó que esta diferencia se da a pesar de que la mayoría de la población estudiantil en todas las carreras de la Udelar exceptuando algunas de la Facultad de Ingeniería, está compuesta por mujeres.
Entiende que la dificultad más grande para las mujeres es congeniar la vida académica con la vida familiar, especialmente en lo que se refiere a la tarea de cuidados de los niños y adultos mayores. Señaló que se han tomado algunas medidas en la Udelar para mitigar estas diferencias. Una de las acciones que viene llevando adelante la Comisión Sectorial de Investigación Científica (CSIC), de la Udelar, en los proyectos de investigación, es prolongar la beca de posgrado cuando ésta coincide con la maternidad. También se instrumentan en estos casos prórrogas y suspensiones en las evaluaciones académicas en especial en aquellas muy exigentes en cuanto a la producción académica, como las que corresponden al régimen de dedicación total. Fernández resaltó también que el tema de la participación de las mujeres en la producción académica es un área de estudio de varios investigadores de la Unidad Académica de la CSIC.