En la ceremonia se celebró el egreso de 38 obstetras parteras en 2020 y 24 en 2021, mientras que en el transcurso de este año egresó el primer varón de esta carrera en Uruguay, junto con cuatro mujeres.

La docente que dio inicio al evento se dirigió a los estudiantes invitando a «hacer un recorrido por su camino por la Escuela de Parteras». Recordó que quienes egresaban ese día comenzaron a cursar la carrera en el Hospital Pereira Rossell donde funcionaba la Escuela en ese momento, sus dificultades los primeros días para encontrar los salones de clase dentro del Hospital y para llegar de allí a la Facultad de Medicina donde tenían otros cursos. La docente repasó los obstáculos que tuvieron que salvar los estudiantes en los contenidos teóricos de la carrera y resaltó la satisfacción que representó para ellos el transcurso por la práctica. «Arrancan las dotaciones y ahí conocen ese grupo de compañeras y compañeros que caminarán con ustedes los próximos tres años o poco más y a esas docentes que van a marcar para siempre el recuerdo de su formación», expresó. Señaló que las docentes fueron las que les enseñaron «a observar, a abrir más la mente, a leer miradas, a identificar emociones, a mantener la calma, a tener empatía, a recordar siempre que tratamos con personas, esas cosas que no se enseñan en un salón y que no se aprenden de los libros». 

«No dejen nunca de aprender»

Destacó algunos momentos como en el que confirmaron que esa era su vocación, cuando en la práctica realizaron las primeras maniobras y asistieron los primeros partos. Asimismo resaltó que tuvieron que planificar talleres de promoción de salud y de preparación para el nacimiento, demostrando que el rol de la partera y el partero no es solamente la asistencia. Señaló la importancia, en el tramo final, del internado, que les permitió integrar un equipo de trabajo. Destacó el papel de las parteras en esta etapa: al resto de los integrantes de los equipos «les mostraron que podían con eso y con mucho más, fueron su sombra, terminaron de pulir lo que faltaba, las y los observaron y se pararon junto a ustedes», subrayó.

«Estamos muy orgullosos, valió la pena, hoy cosechamos todo el esfuerzo que sembramos», afirmó la docente. «No todo termina acá, se seguirán formando para ser muy buenos profesionales. Colegas: no dejen nunca de aprender, de crecer, vendrán nuevos miedos y nuevos desafíos», añadió.

La representante del orden estudiantil en el órgano de cogobierno de la Escuela, Julia Roumas, dirigió unas palabras a los nuevos profesionales. «Por momentos el camino se hizo cuesta arriba, pero si hoy están acá es porque pudieron resolver cada diversidad que se presentó», apuntó Roumas. «En la actualidad creo que se encuentran frente un gran desafío pero acá no tenemos dudas de que están a la altura, para ejercer la profesión con responsabilidad y convicción», añadió. «Como estudiantes supieron estar, organizar y militar, eso es un legado para el estudiantado. Que nunca falten instancias de reflexión y de autocrítica de su realidad», concluyó.

«Confíen en ustedes mismas y en la educación»

Por su parte Jocelyn Silva, representante del orden egresados de la Escuela de Parteras, manifestó su alegría y el honor que significaba que los estudiantes y egresados la hubieran elegido para dirigir unas palabras en esta instancia.  «Creo que ustedes soñaron con esto de ser parteras y parteros y trabajaron por este sueño», expresó. «Ya tienen las herramientas para poder trabajar en las Maternidades o donde les toque estar, confíen en ustedes mismas, en la educación que recibieron en la Escuela y apóyense en sus compañeras, compañeros y familia, esos son pilares fundamentales», añadió.

Señaló que la profesión de partera está transcurriendo por un cambio de paradigma importante hacia la asistencia humanizada del nacimiento. Resaltó que para los profesionales no sólo es fundamental trabajar para llegar a la humanización de los partos sino también de los vínculos, de la Escuela, de todos los procesos que se viven en la cotidianeidad en torno a la profesión. Opinó que el cambio se refleja en que por primera vez en Uruguay en la profesión se recibe un partero, «luchamos por la igualdad en polìticas públicas, salud sexual y reproductiva de las mujeres en todo el país, creo que la igualdad tiene que empezar por casa», sostuvo. 

Carina Da Costa representante del orden docente de la Escuela de Parteras señaló el placer y el privilegio que significaba que la hubieran elegido para compartirles unas palabras de despedida como estudiantes y de bienvenida como egresados y en algunos casos como docentes de la Institución. Recordó que la mayoría de los estudiantes que egresaban ese día, ingresaban a la Escuela como estudiantes cuando ella misma lo hacía como docente. «Ustedes me fueron enseñando los caminos por los que era bueno que fuera y también por los que era bueno que no y agradezco muchísimo eso», afirmó. «Hoy egresan como parteras y partero profesionales y al haber sido parte de ese proceso me demuestran que las cosas estuvieron bien hechas», añadió. 

«Una generación que dejó huellas»

Destacó que esta generación de egresados representa para la Escuela de Parteras una generación muy importante porque ingresaron a la institución cuando funcionaba en un rincón prestado dentro del Hospital Pereira Rossell, con un único salón de clase y un gran comedor donde convivían todas las generaciones. «Fueron una generación que dejó huellas, protagonistas de una mudanza, lograron tener al fin un edificio universitario que habitar, supieron estrenar salones en un edificio escuela», señaló. Añadió que no sólo por esto fueron una generación que marcó un hito sino también por su militancia en distintas instancias. En una de ellas ocuparon la nueva escuela de parteras y en otra lograron que se discutiera el internado obligatorio y que el órgano máximo de la Escuela aprobara la quita de una prueba eliminatoria como requisito para el cursado de este internado, que dejaba fuera de esta posibilidad, año a año a varios estudiantes. «Demostraron la unión y perseverancia del orden estudiantil», expresó. Asimismo destacó que sobrellevaron la prueba que significó la pandemia y «supieron ser parte de los equipos de primera línea en su último año de formación». 

La titular de la Dirección General de Coordinación del MSP, Karina Rando, señaló su alegría por compartir el día de fiesta para el grupo de egresadas y les dio la bienvenida al sistema de salud. Destacó la importancia de las funciones que cumplen las parteras a nivel de este sistema y de la sociedad, y la alta valoración de su trabajo por parte del MSP. Esas funciones van desde la educación, la promoción y la prevención en salud -control y prevención de embarazos, prevención de enfermedades de transmisión sexual- hasta la asistencia, «vitales en momentos para la salud sexual y reproductiva de niñas, adolescentes y mujeres», indicó.

También valoró especialmente su función en áreas rurales alejadas, donde a veces el único referente profesional con que cuenta la embarazada para controlarse es la partera.

Observó que el momento del parto puede ser de mucha alegría pero también de mucho riesgo, ya que las mujeres tienen mayor probabilidad de morir durante ese proceso. «El hecho de que las parteras sean formadas limita la mortalidad materna», destacó, por tanto su profesionalización es fundamental. Señaló que según la OMS «si todas las parteras fueran profesionales, se evitaría un 66% de las muertes maternas en el mundo». Finalmente remarcó la importancia de la enseñanza pública y gratuita en nuestro país y agradeció a la Universidad de la República por la formación de estas profesionales. 

En tanto la directora de la Escuela expresó su orgullo al compartir el acto de egreso, felicitó a quienes egresan por «llegar a la meta, cumplir un sueño». Felicitó en particular al primer partero varón egresado de la Escuela, es un hecho que «pasa a la historia» en una institución que lleva 144 años de historia, destacó, recordando que la primera egresada de la Facultad de Medicina fue una partera.

«Formar en base a la ética»

La directora expresó su reconocimiento al equipo docente de la escuela, que a pesar de los reclamos por parte de las estudiantes a causa de la exigencia en los procesos de enseñanza, se esfuerza para mantener la calidad en esos procesos. Esta es una carrera especial, donde no solo se forma en conocimientos técnicos, destrezas y habilidades para la asistencia al parto sino también en habilidades comunicacionales, «¿cómo se transmite la paciencia, cómo se transmite el aguante en una guardia con una mujer 14 horas en trabajo de parto?», señaló, «esto también es responsabilidad de los docentes». Se forma de manera que esto se haga «con respeto, en base siempre a la ética, en base a valores que no están en los libros pero que nos caracterizan como profesionales», expresó Martínez.

Las parteras estuvieron presentes durante toda la historia, puntualizó, al principio por amor, después por experiencia. Siempre han sido fundamentales en los pueblos y comunidades pequeñas, indicó, hoy están presentes en todos los niveles de atención en salud y en todo el territorio, a veces actuando como las únicas referentes para muchas mujeres, «esto conlleva una gran responsabilidad». Es una profesión del área médica que se especializa en lo fisiológico, «somos guardianas de que todo venga bien», expresó. Agregó que el embarazo y el parto constituyen un acto social, se espera «tener familia» y hay una familia expectante, por eso es tan importante acompañar el proceso e identificar factores que puedan desviarse de lo normal.

Alentó a quienes inician su vida como egresadas a conservar el perfil genuino de la profesión que implica poner en juego «el acompañamiento, la humanidad, la humanización en el parto, todos los mecanismos que tenemos para aliviar el dolor sin medicación, nuestra presencia, nuestras manos, nuestra mirada, nuestra paciencia». También les impulsó a no alejarse de la Escuela, que cuenta con su participación en el cogobierno. 

«Facultad de los profesionales de la salud»

El decano Miguel Martínez por su parte afirmó que la de Medicina «no es la facultad de los médicos sino de los profesionales de la salud», y que este egreso es fundamental tanto para el funcionamiento de los equipos de atención como para el sistema de salud. Destacó que el egreso las habilita como profesionales, lo que implica «tomar el desafío de seguir formándose por ustedes mismas». En este sentido señaló que en el área de la salud, un lapso de siete años sin actualización profesional es suficiente para dejar sin valor los conocimientos adquiridos durante la formación de grado.

Por tanto «lo más importante que les enseñamos a nivel universitario, además de lo que hace al humanismo que está intrínseco en nuestras carreras de la salud, es justamente a aprender a aprender», afirmó el decano. Los egresados deben saber que la profesión no se termina aquí, que hay enormes cambios incluso en la propia concepción de la salud.

También la Universidad es una institución cambiante, un cuerpo dinámico «que los va a seguir recibiendo» desde los diferentes roles que los egresados quieran asumir, indicó. «Somos partícipes del desafío de mejorar las condiciones de salud de toda la población» y  para esto es importante el trabajo de todos como equipo, hoy «en ninguna parte del mundo se concibe a ningún profesional de la salud actuando aislado», recordó. Desafió a los egresados a cambiar las condiciones de salud de las personas, a seguir formándose, a investigar, tarea esta que es un motor fundamental en el avance de la salud, sin olvidar que en esta área la vocación es de servicio.  

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 

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