El acto se realizó en el marco del Día de los Mártires Estudiantiles, que se conmemora el domingo 14 de agosto. Este día los colectivos de estudiantes convocan a una marcha en Montevideo, que comienza a las 17 horas en la explanada de la Universidad y finaliza en la Plaza 1° de Mayo. Además, habrá movilizaciones en Salto, Paysandú y Maldonado. La consigna para esta convocatoria es «No recortes mi futuro».

La presidenta de la JDM, Sofia Espillar, celebró la iniciativa impulsada para este reconocimiento. Hablar de la FEUU «es hablar de una organización democrática que forma parte de la cultura nacional y de nuestras propias raíces», de una organización social unitaria, amplia, de larga historia, «germen de la unidad y ejemplo de herramienta de lucha para todos y todas», afirmó.  Es el actor que propicia un diálogo democrático entre el Estado, las y los estudiantes y una organización «canalizadora del acervo cultural del Uruguay en cuanto a una educación pública sin exclusiones, democrática e integradora», lo que se expresa en la Ley orgánica de la Udelar 1958, lograda en la lucha por una Universidad «gratuita, abierta, sin cupos y para todo el país, donde ningún estudiante quede en el camino».

Hablar de la FEUU es hablar de los centros de estudiantes, de los hombres y mujeres que los integraron ayer y hoy, «aquellos que han sido figuras públicas que en todas las filas políticas y aquellos anónimos que también han construido federación, han dedicado parte de su vida a la construcción de esta herramienta histórica», destacó. «Que vivan los estudiantes», concluyó.

Resistencia democrática

Arim agradeció a la Junta Departamental de Montevideo por este homenaje. El rector afirmó que «la FEUU es parte integrante e inseparable de la historia de la Universidad de la República». Resaltó que la Universidad «con vocación democrática y abierta, es de las pocas universidades en el mundo que conjugan la vocación de ser una universidad de libre acceso y gratuita». En esta línea, aseguró que «es una Universidad donde el movimiento estudiantil es inseparable de su presencia social y política en el país». Por tanto, entiende que reconocer a la FEUU es reconocer al movimiento social más veterano del Uruguay. También, señaló que la federación estudiantil forma parte de la construcción de la República y de la resistencia contra el autoritarismo. Recordó que cuando se instalo el terrorismo de Estado en el país, muchos militantes de la FEUU fueron victimas de la dictadura y la federación fue uno de los epicentros de resistencia y de la salida a la democracia. Expresó que como rector de la Udelar es un gusto estar presente en este reconocimiento pero también como ex militante de la FEUU y recordó que le toco ser parte de la generación que vistió de negro a la Universidad en los años 90. Entiende necesario, pensar en clave de los 93 años que pasaron y en los próximos 100 años porque «Uruguay y la Universidad necesita más FEUU más fuerte y capaz de apalancar al movimiento social y lograr nuevas conquistas». 

El ex prorrector de Extensión de la Udelar, profesor Hugo Rodríguez, fue invitado a participar para compartir su experiencia como militante de la FEUU. Recordó cuando en 1968, siendo niño, fue testigo de «la multitud que se concentró atónita e indignada a despedir a Líber Arce y a un Uruguay que ya no volvería», y también cuando el 14 de agosto de 1988 le tocó ser orador en el acto organizado por la FEUU para conmemorar aquel acontecimiento. Respecto a los 5 años que siguieron a la reconquista de la democracia en el país, afirmó que constituyeron «un periodo sumamente rico, repleto de participación, movilización y sueños, y lleno de decisiones políticas a veces sencillamente equivocadas».  

Rodríguez centró su intervención en la etapa de la dictadura, que en su opinión es «un período ninguneado por la mayoría de los cronistas». «Sobre esa época y esa FEUU quiero decir que no fue “la generación del silencio”, fue la generación que hizo sentir su voz aunque tuvo que esconder el cuerpo en la clandestinidad», luego que el 27 de noviembre de 1973 un decreto de la dictadura la declarase ilegal, al igual que a un grupo de partidos políticos. En ese momento se disparó el aparato del Estado buscando su aniquilamiento, y lo que siguió al decreto «no fue silencio», sino «resistencia democrática», enfatizó.  

Esa etapa se ubica en «otro mundo», sin las tecnologías de la comunicación que hoy tenemos, explicó. Por tanto en la clandestinidad era importante fabricar crayones caseros para escribir los nombres de los presos y los muertos en la tortura en los muros, hacer gelatina con cola de pescado para los dispositivos de impresión precarios que reproducirian volantes o ediciones ilegales de periódicos, «cambiar las pegatinas de la generación del 68 por los pegotines, más chiquitos, que podíamos pegar en las paradas de los ómnibus, vidrios de facultades u hospitales». Esto podía terminar «con un dirigente estudiantil encapuchado, maniatado, en un centro de reclusión clandestino», indicó.

«No había ninguna guerra», afirmó Rodríguez, «los movimientos armados habían sido derrotados en 1972 y estos no podrían explicar el Golpe de Estado de junio de 1973 y menos el Terrorismo de Estado en los 12 años siguientes». La represión cruel y sostenida fue la continua respuesta a la voluntad de no dar tregua a la dictadura, «a no entregarse, a resistir y asumir que valía la pena y mucho luchar por la democracia y por las libertades», enfatizó. Los estudiantes «se dieron maña para organizarse en forma clandestina y ser parte de la resistencia popular», expresó; lejos de conformar una estructura encerrada en sí misma, esta organización «dedicó su principal esfuerzos a abrirle camino a las expresiones de masas ganando espacios de legalidad». 

Esto dio lugar a la organización de cooperativas de apuntes, bailes, asados, campeonatos de fútbol, festivales de canto, de academias gratuitas para preparar el examen de ingreso que se instauró en la Universidad, y a la recolección de firmas contra ese examen de ingreso, explicó Rodríguez. Previo al plebiscito de 1980 los estudiantes acompañaron a otras organizaciones en los esfuerzos de militancia clandestina por el No. Todo esto precedió a la creación de la Asociación Social y Cultural de Estudiantes de la Enseñanza Pública (ASCEEP) y a su explosión en 1983, con el desarrollo de una Semana del Estudiante «que iniciaba el conteo regresivo de la intervención en la Universidad y de la dictadura. Nada de eso fue gratis para la sociedad uruguaya ni para la FEUU», afirmó.  

Rodríguez enfatizó que desde 1973 hasta 1984 hubo presos y torturados pertenecientes al movimiento estudiantil, «de “generación de silencio poco”, eran decenas, a veces cientos, luego miles y cientos de miles que desafiaron los rigores del Terrorismo de Estado», aseguró, «salud a la FEUU y viva la democracia».

El mejor homenaje es seguir luchando

Lucía Padula agradeció a quienes se acercaron al Paraninfo y a los compañeros y compañeras que les han escrito en estos días así como a los hermanos y hermanas estudiantes latinoamericanos. Señaló que esta instancia de reconocimiento al estudiantado que ha integrado la Federación de ayer y hoy «nos permite hilar y reconstruir la historia del movimiento estudiantil y del campo popular todo», además consideró que reconstruir esta historia es un pilar fundamental para forjar nuevos horizontes y defender muchos de los derechos conquistados que en los últimos años que están siendo atacados. Recordó que la FEUU se creó teniendo como antecedentes organizativos «los aires de impulso de la Reforma de Córdoba de 1918», que marcó un faro en las luchas estudiantiles del momento. Indicó que fue así que con las y los trabajadores se formó una unidad casi única en América Latina por conquistar una real incidencia en la vida política de la Universidad entendiendo que para garantizar los cambios, era importante tener una educación popular: «la Ley Orgánica es la maternidad de este objetivo político». La representante estudiantil, señaló que como Federación tienen el desafío actual de alcanzar la más amplia participación de estudiantes universitarios en la vida de las asociaciones y centros de estudiantes porque la matrícula aumenta año a año y cada vez «más hijos e hijas de trabajadores logran acceder a la Udelar». Es por ello que desean que sean parte del movimiento estudiantil y «protagonistas en la construcción y defensa del modelo educativo que pone en el centro la soberanía nacional y la felicidad de nuestro pueblo», apuntó . 

Padula destacó que este domingo 14 de agosto se conmemora el Día de las y los Mártires Estudiantiles, a raíz de que hace 54 años fue asesinado el primer estudiante de una larga lista que lamentablemente fue creciendo, Liber Arce, estudiante de Odontología. «El 12 de agosto de 1968 se realizó una movilización en la puerta de la Facultad de Veterinaria como respuesta a una coyuntura nacional, donde los salarios bajaban, subía la inflación y el gobierno fue reprimir la movilización que reclamaba condiciones dignas para vivir», expresó. En esta movilización Arce fue baleado, dos días después falleció y este hecho desató una inmensa movilización mientras era velado en la Universidad. «A partir de esa fecha ningún 14 de agosto ha pasado de forma desapercibida para nuestra juventud y el campo popular ya que año tras año se renueva de rebeldía para recordarlo. En esta fecha tan emotiva recordamos a los y las compañeras que hemos perdido y los homenajeamos como forma de resistencia por las luchas que al día de hoy se mantienen vigentes como hace 54 años y articular con las nuevas reivindicaciones. El mejor homenaje es seguir luchando».

Esa lista de estudiantes que comenzó con Liber continuó con otros, hace 50 años en la antesala del golpe de estado fueron asesinados: Santiago Rodríguez Muela, Ibero Gutierrez, Blanca Castagnetto Da Rosa, Leonel Martínez Platero, Gustavo Luis Couchet, Juan Faccinelli, Aurelio Fernández, Joaquín Klüver, Armando Hugo Blanco Katras, Eduardo Ariosa. 

Con la consigna «No recortes mi futuro», este año «al igual que ayer enfrentamos el desmantelamiento de la educación del pueblo con movilización y lucha», señaló. El lema elegido para esta marcha es motivado por la actual rendición de cuentas, que representa «un recorte al futuro porque el congelamiento del presupuesto para la Universidad hace que la educación sea para unos pocos y que las oportunidades de acceso, permanencia y egreso de las y los estudiantes se vean amenazadas». La FEUU denuncia el daño que se hace con este recorte al sistema de becas, al Hospital de Clínicas, al sistema de investigación y sobre todo a los y las docentes y funcionarios que se precariza su trabajo, agregó. 

La Federación propone «atender de forma urgente la situación de las becas» porque sin más recursos 1500 estudiantes quedarían sin apoyos, vulnerando el acceso democrático a la educación. «Las y los jóvenes queremos estudiar pero es necesario que el Estado brinde recursos para dar mayores oportunidades». También es «impostergable» atender las franjas horarias de los cursos para que quienes trabajan o cuidan puedan estudiar, así como eliminar cupos y fortalecer los cursos en los Centros Universitarios Regionales para que los estudiantes no tengan que trasladarse a Montevideo. 

Además, planteó que es necesario recuperar la pérdida salarial de las y los trabajadores de la Udelar que ronda en el 6% y aumentar los puestos docentes y de funcionarios TAS, ya que la matrícula estudiantil crece año a año y la relación entre horas docentes y de funcionarios por estudiante se deteriora. Esto genera la sobrecarga de tareas, perjudica la calidad de la enseñanza y desmantela la capacidad de proyectar docentes en tareas de extensión e investigación. Para la FEUU también es importante avanzar en la descentralización de la Universidad y en la construcción de infraestructura ya que es una limitante continuar estudiando en salones sobrepoblados. 

«Este recorte a la Universidad no es un recorte aislado porque se da en un contexto de recorte de derechos», afirmó, «es imprescindible avanzar en la Intersocial, herramienta histórica en la lucha del campo popular uruguayo en la defensa de los derechos: somos estudiantes, cooperativistas, trabajadores y mujeres y debemos avanzar hacia los mayores niveles de articulación y construcción colectivas posibles que logren construir alternativa. En honor a nuestros mártires y quienes han construido esta gloriosa Federación, convocamos a todo el estudiantado universitario y más allá de él a construir la educación del pueblo que ponga en el centro la formación de los y las trabajadores, la soberanía nacional y la justicia social». 

Durante el acto se proyectó un audiovisual sobre la historia de la FEUU. La presidenta de la JDM entregó la placa conmemorativa a representantes de la organización y finalmente, actuó el dúo Larbanois-Carrero.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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