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CDC rechaza proyectos que buscan prohibir los usos del lenguaje
El Consejo Directivo Central (CDC) de la Universidad de la República (Udelar) del 12 de julio de 2022 emitió una declaración «respecto a los proyectos de ley que buscan prohibir algunos usos del lenguaje y regular la libertad de cátedra» presentada por el orden docente. Para conocer detalles, el Portal de la Udelar dialogó con la representante por este orden, Susana Rostagnol.

Libertad de cátedra y libertad de expresión
Rostagnol explicó que la propuesta presentada al CDC partió del Consejo Federal de la Asociación de Docentes de la Universidad de la República (ADUR) y basa sus argumentos en «una intromisión en la libertad de cátedra y en la autonomía universitaria» dado que el proyecto que busca prohibir el lenguaje inclusivo en los ámbitos educativos fue presentado bajo el nombre «alteraciones gramaticales y fonéticas en institutos de enseñanza y entes públicos». Por tanto, según la resolución del CDC se reafirma: «la importancia que tiene, en una sociedad democrática, el respeto por la diversidad y, en particular, el respeto por la diversidad lingüística y por la diversidad de prácticas lingüístico-comunicativas». En este sentido, Rostagnol afirma la importancia de la libertad de cátedra y defiende que cada uno pueda hablar, dentro de los parámetros aceptables, como le parezca conveniente. Además, tal como expresa la resolución del CDC, «el lenguaje es algo vivo y es un consenso», indicó, «el lenguaje cambia porque hablamos distinto de como se hablaba en la época en que se escribió Don Quijote, entonces el habla obedece a las necesidades de la sociedad». Incluso, ejemplificó que en Uruguay hay palabras y formas lexicales que se hablan en un departamento y no en otro. En este marco, la docente entiende que las personas se tienen que expresar libremente de acuerdo a su contexto cultural y según cómo se sienten porque hay muchas personas que sienten que es preciso un lenguaje inclusivo o que el lenguaje inclusivo ayuda a visibilizar las discriminaciones. Es decir, «el genérico masculino hace que las mujeres tengamos desde niñas que sentirnos incluidas dentro de lo masculino siendo una parte de algo general y nosotras no siendo lo general», agregó, y considera que el lenguaje inclusivo es una manera de modificar y dar otros lugares. En esta línea el máximo órgano de la Udelar expresó que «los colectivos que se autoidentifican y defienden sus derechos con la utilización de creaciones léxicas que no marcan el masculino como genérico no desnaturalizan el lenguaje ni lesionan derechos de otras personas».
En este sentido, Rostagnol aseguró que «si alguien no lo quiere usar, está bien porque no es obligatorio pero lo importante es respetar que la gente hable como considere mejor, ya que no es la imposición del lenguaje inclusivo. El CDC ni siquiera se refiere a promoverlo sino a respetar que cada quien hable como considere que es la manera adecuada de hacerlo respetando la libertad de expresión y la libertad de cátedra y de esta manera, promover una gran discusión al respecto». Por tanto, la resolución observa «la importancia que tiene, en una sociedad democrática, el respeto por la diversidad y, en particular, el respeto por la diversidad lingüística y por la diversidad de prácticas lingüístico-comunicativas».
Promover la discusión
La docente reafirma que el CDC habilita el debate y la discusión con esta resolución, «que no significa que la Universidad se tenga que pronunciar sino que habilite la discusión». En esta línea, comentó acerca de las actividades que está realizando el Instituto de Lingüística en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación sobre el lenguaje para poner en debate el tema y reflexionar.
El CDC subrayó «la necesidad de respetar el uso de diversos recursos lingüísticos- comunicativos no-binarios y de otras formas inclusivas en el lenguaje» y manifestó su compromiso «con el debate público y democrático en torno a estas cuestiones». De esta manera, la docente considera que decir les estudiantes es una forma lexical comunicativa de lenguaje inclusivo donde se cambia el artículo, también lo es decir los y las, así como el uso de la e es parte de un lenguaje inclusivo de formas lexicales lingüístico comunicacionales no binarias. Con respecto a cómo se podría incorporar el lenguaje inclusivo en la Udelar considera importante basarse en algunos manuales e incorporar un lenguaje no sexista, así como incorporar términos que no denoten género y utilizar palabras como la ciudadanía o el estudiantado. La docente sugiere «no entrar en nuevas formas lexicales sino utilizar lo que ya se tiene porque eso ya es un cambio. No hay que caer en la obligatoriedad de que se use pero sí promover ciertas formas del lenguaje genérico». Entiende que «hay quienes dicen que les resuena muy mal la e y decir todes, pero todas y todos ya es un paso».
De cualquier manera, considera que «también es cierto que el mero cambio a nivel del habla, que a veces se realiza por ser políticamente correcto, no modifica las relaciones de poder y no alcanza» dado que «cuando hay una modificación de las relaciones de poder que se traduce en el habla, se expande pero a veces el habla es solo algo superficial», añadió.
Entiende que los cambios son siempre lentos y, también, cree que la resistencia al uso del lenguaje inclusivo se da porque introduce formas lingüísticas comunicacionales no binarias y visualiza que existe discriminacion y relaciones patriarcales: «la resistencia no es por una palabra sino es porque pone en cuestión las relaciones patriarcales que queremos cambiar y todo lo que atente contra ello, va a ser resistido», señaló.
Por último, remarcó la importancia de que la Udelar se pronuncie al respecto de este proyecto de ley porque «es un proyecto muy autoritario», en el entendido de que «más allá del uso del lenguaje inclusivo, lo autoritario es prohibir». «El lenguaje es arbitrario, es un consenso y se va a cambiando porque determinados colectivos empiezan a hablar de una manera o de otra y a medida que más hablantes lo hablan, se modifica», concluyó.