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El Circo de los Sueños en Rivera: Una experiencia solidaria e inclusiva
El sábado 23 de julio la sede Rivera del Centro Universitario Regional Noreste de la Universidad de la República (Udelar) presentó al público la obra «El Circo de los Sueños», que surgió a partir de una premisa del Seminario de Maquillaje del tercer semestre de la Tecnicatura de Artes Plásticas del centro universitario. Las dos funciones se realizaron en el Teatro Municipal de Rivera y fueron a beneficio del merendero comunitario infantil del barrio La Arenera, Rivera.
Claudia González, profesora de Caracterización de Personajes del Seminario de Maquillaje, afirmó que este proyecto estuvo basado en la metodología de enseñanza activa y generó una sinergia entre los tres pilares fundamentales de la Universidad: la investigación, la enseñanza y la extensión. Se les propuso a los estudiantes realizar un diseño y maquillaje que estuvieran vinculados a un evento en el medio, esto podía llegar a ser desde una performance hasta una obra de teatro, una película, un corto, etcétera. En reuniones que tuvieron los estudiantes fueron generando conjuntamente distintas ideas y la que más les gustó fue la del teatro negro. Ya habían trabajado previamente en el seminario con el maquillaje flúor, que se activa con la luz ultravioleta y es el que se utiliza para este tipo de teatro.
A partir de ahí fueron apoyándose en todos los docentes de la tecnicatura, generando no solamente el maquillaje, sino también una historia, música -que en algunos casos fue realizada por ellos mismos-, vestuario, escenografías, y le agregaron la posibilidad de que esta obra sirviera como un punto de apoyo a las ollas populares, donde se pudieran recolectar alimentos y abrigos. Luego se le agregó la posibilidad de tener una intérprete de señas e incluir a todo el colectivo hipoacúsico.
González destacó que el mismo día del espectáculo, al empezar a ingresar el público, se llenó la sala inmediatamente y se tuvo que agregar otra función para contemplar a quienes se quedaban sin poder entrar. «Cuando a la gente se le explicaba lo que estaba sucediendo se mostraba muy respetuosa y agradecida de que se diera este evento. incluso quienes ya no podían entrar a la segunda función, dejaban los alimentos y pedían que por favor se generara otra posibilidad más de vernos», indicó la docente. Añadió que «esto es el resultado de lo que se puede hacer cuando se le da confianza a los estudiantes, cuando se promueve que ellos se hagan cargo de su proceso de aprendizaje, y es una alegría inmensa todo lo que se dio».
Asimismo, un estudiante que participó en la obra, Sergio Machado, comentó que en una primera reunión se utilizó la herramienta tormenta de ideas para definir los posibles temas, el de mayor consenso fue la obra de teatro negro y como tema el circo. Allí también se fijaron roles: se debía gestionar iluminación y sonido, vestimenta, escenografía y maquillaje, confección del guión y dirección de la obra. En las siguientes reuniones propusieron las diferentes escenas, que uno de ellos posteriormente plasmó en un guión. Por otra parte, se gestionaron presupuestos y se determinaron los trámites que se debían efectuar para lograr el apoyo de la sede universitaria. De esta forma, el proyecto fue creciendo, se sumaron compañeros de otros años de la carrera, al igual que de la Licenciatura en Educación Física, y más tarde integrantes del elenco departamental de teatro. En esta instancia, agregó, el proyecto ya tenía nombre: «El Circo de los Sueños».
Para Machado fue «importantísimo» contar en todo momento con el apoyo de la directora y su equipo de coordinación, al igual que todos los docentes de la carrera, que siempre estuvieron para evacuar consultas y ayudar con lo que fuera necesario. Destacó además el enfoque que los estudiantes le dieron a la propuesta desde el inicio, «el objetivo siempre fue aportar a nuestra comunidad con una acción colectiva para devolver a la sociedad lo que ella nos permite a través de la Universidad». Para ello, se pensó que la entrada debía ser libre y gratuita, solicitando una colaboración de un alimento no perecedero o un abrigo a quien le fuera posible. Esto a su vez permitiría colaborar con un merendero comunitario infantil del barrio La Arenera, zona con escasos recursos. También se pudo contar con la colaboración de un intérprete de lengua de señas universal, transformando así la creación artística en una experiencia inclusiva. «Nuestro compromiso social se concretó además al utilizar cartón reciclado para la confección de la mayor parte de nuestra escenografía», acotó. «Se puede resumir que los objetivos planteados se cumplieron con éxito, el evento fue una experiencia extraordinaria donde se logró una conexión indescriptible entre los integrantes del elenco y de estos con el público; todo se celebró en una armonía absoluta», concluyó.
Otra estudiante del curso, Verónica Pereira, señaló que en cuanto a realizar otras presentaciones a futuro, debido a las diferentes consultas, el grupo planteó realizar una reunión los próximos días para analizar los diferentes aspectos de la obra, las oportunidades de mejora, la experiencia adquirida y los resultados que obtuvieron con lo recaudado. Comentó que «como proyección a futuro se maneja firmemente la posibilidad de presentar nuevamente la obra en la ciudad, inclusive también en horarios que puedan asistir las diferentes escuelas, al igual que las propuestas de otros departamentos, y otra posibilidad es presentar un proyecto de extensión universitaria».
Por su parte, Cristian Moreira, estudiante también, expresó que la obra consiste en «un circo mágico, que es distinto al que normalmente íbamos cuando éramos más chicos». En este circo hay personajes muy peculiares, todos ellos esperan a que los niños se duerman y solo así este circo va a ir cobrando vida. «La idea es sumergir al público a este gran mundo, a este gran circo y a esta gran carpa, y que puedan ir experimentando distintas sensaciones. Nosotros creemos firmemente que logramos hacer que el público sea un personaje más y lo que sucede depende de la participación de los niños, porque al final es eso: hacerlos parte de esta obra, y los niños se entregan de una manera que enriquece la historia y el guión». Indicó que cada personaje fue pensado y creado por un motivo, también los objetos y elementos que van apareciendo durante el espectáculo. «Quizás como mini spoiler puedo decir que algo sucedió en este circo y los niños junto a esos personajes resuelven los misterios planteados en todo el transcurso y en las diferentes escenas, y a la vez disfrutan de la experiencia», explicó.