El Programa de Respaldo al Aprendizaje (Progresa) de la Udelar invita a estudiantes de todas las carreras universitarias, cualquiera sea su avance en el trayecto de formación, a participar de los cursos de Tutorías Entre Pares (TEP) 1 y 2, que comienzan el 18 de agosto.

Desde 2018 la Universidad lleva adelante una práctica de tutorías con estudiantes que se encuentran en privación de libertad cursando sus carreras de grado. Al día de hoy la mayoría de ellos (aproximadamente 160) se encuentran en unidades del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) dentro del área metropolitana. 

Durante estos años cientos de tutores y tutoras han acompañado a sus compañeros/as que se encuentran circunstancialmente en privación de libertad con muy buenas experiencias y evaluaciones tanto por parte de tutores como de tutorados, siendo una de las principales estrategias de enseñanza en cárceles.

Este curso tiene dos partes:

TEP 1 en el que se abordan los fundamentos y herramientas para el trabajo en cárceles, esta etapa será virtual durante el semestre los jueves de 14 a 16 horas.

TEP 2 en el que se concurre a las unidades a realizar las tutorías. Esta etapa es presencial en horarios a elegir por los estudiantes, luego de cursar y aprobar TEP 1.

Las y los estudiantes pueden cursar uno o los dos. Cada semestre otorga 4 créditos

Comienza el 18 de agosto. Inscripciones aquí

En diálogo con el Portal de la Udelar, Alicia Álvarez, docente co-coordinadora del Equipo Central de Trabajo con estudiantes en privación de libertad (EPL) de la Udelar, explicó que en esta situación hay actualmente unas 250 personas. De ellas, 88 se encuentran en cárceles del interior del país, «fuera de lo que llamamos el circuito universitario», mientras que aproximadamente 160 se distribuyen en las unidades del INR n° 3 (Penal de Libertad),  n° 4 (Santiago Vázquez o ex Comcar), n°5, (Cárcel de Mujeres), n°6 (Punta de Rieles) y n° 10, (Juan Soler, departamento de San José). Es en estas cárceles que tiene alcance el programa de TEP, señaló, las y los estudiantes universitarios de otras unidades pueden solicitar un traslado para poder contar con el apoyo de tutores pares, dado que por el momento no hay posibilidades de extender el programa a otros departamentos del interior.

De los 160 EPL que están dentro del circuito universitario, «30 se acaban de inscribir por primera vez en la Universidad en este periodo de agosto y otros 20 aproximadamente, ya son estudiantes de la Udelar pero se inscriben a nuevas carreras», agregó. 

«Las tutorías son una herramienta sumamente importante de la Universidad para poder democratizar el derecho a la educación superior de muchas personas que si no tuvieran una colaboración de sus pares, institucionalizada y acreditada por la Udelar, no podrían tener un seguimiento personalizado», indicó. La Universidad recibe a muchos estudiantes y, con los recursos humanos y materiales de que dispone, ofrece propuestas de enseñanza masivas o numerosas pero no personalizadas. Algunas personas que viven situaciones y contextos particulares necesitan un apoyo más personalizado para avanzar en sus carreras, señaló Álvarez.

Por esta razón la Udelar constituyó el Equipo Central de Trabajo con EPL, integrado por Álvarez y por Gabriela Pasturino, que coordinan las actividades, junto con cuatro docentes territoriales que concurren una o dos veces por semana las cárceles dentro del circuito, y una funcionaria administrativa. 

Para el trabajo de tutorías dentro de las unidades de reclusión, cada semestre se incorpora un grupo de tutores pares que previamente pasan por un semestre teórico metodológico (TEP 1), la etapa de formación que este semestre comienza este 18 de agosto. Las y los tutores que aprueben el TEP 1, en el próximo semestre asistirán a realizar sus prácticas (TEP 2) en las unidades del circuito universitario, siempre en compañía de docentes del equipo, explicó Álvarez.

La cárcel que imaginamos

«La visión de los y las tutoras de su trayectoria por las TEP es sumamente positiva, además de poder estar en contacto con situaciones que muchas veces las fantaseamos, las imaginamos y tenemos mucha información de sus medios de comunicación sobre las cárceles», explicó, «hay un cambio muy importante que se genera en la subjetividad de las personas. Lo que vemos es que las y los tutores comienzan el curso teniendo cierta idea de las cárcel, de la educación en las cárceles, de quiénes son las personas privadas de libertad, de cuáles son las condiciones y las razones por las que esas personas están allí, y terminan con una visión muy distinta sobre todo esto y sobre lo que hace la Universidad allí».

Además, «trabajar con una persona vulnerabilizada como las personas que están privadas de libertad, que encuentra su trayectoria vital pero también su trayectoria en la Universidad y poder colaborar en un trabajo conjunto -que no es el tutor dando algo y el tutorado recibiendo sino que en conjunto se construye un vínculo de apoyo y colaboración, de ayuda y aprendizaje-, esto es algo muy trascendental para el aprendizaje de cualquier universitario o universitaria». Esta es una de las devoluciones que el equipo docente recibe de las y los tutores, la vivencia de «un cambio muy importante para pensar su propia formación, por qué estudian, cómo estudian, cuáles son las razones para hacer su carrera universitaria, cómo ser de aquí adelante como profesionales, en función de esta experiencia que es de tanto impacto».

Las tutoradas y tutorados en términos generales «nos transmiten muchísima agradecimiento a las y los profesores que trabajamos allí y un agradecimiento inmenso a las y los tutores porque el vínculo con ellos es lo más cercano a una experiencia lo más fidedigna posible de cursar en la Universidad, que no es solo ir a clase y rendir materias sino estar con compañeras y compañeros, estudiar en equipo, hacer preguntas y que el otro se haga preguntas, responderlas juntos y expandir el conocimiento de manera conjunta. Es una herramienta sumamente potente», explicó Álvarez. 

Las personas privadas de libertad «están muy acostumbradas a que quienes estamos en libertad nos vinculemos con ellas y con ellos desde el prejuicio y desde el juicio de valor. Desde la Universidad entendemos que ya han habido otros lugares donde se han generado juicios necesarios y pertinentes. Nosotros vamos a generar un espacio de Universidad dentro de la cárcel, y eso es para la persona en general. No para presos y presas, no para delincuentes, no para criminales sino para personas, que en ese contexto son estudiantes antes que presos». 

Finalmente explicó que «para ser tutor o tutora no es necesario saber pedagogía», solo ser un estudiante de la Universidad, con una trayectoria que puede ser de meses o de años en alguna carrera universitaria. En el semestre que está comenzando hay cerca de 30 tutoras y tutores para trabajar con los 160 EPL que participan en este programa, «entonces necesitamos muchos más tutores y tutoras, tenemos cada vez más estudiantes de la Universidad que estudian en privación de libertad». «Invitamos a participar de este curso que estamos seguras de que les va a gustar mucho, de que se van a comprometer y se van a motivar muchísimo no solo con las trayectorias de las otras personas sino con sus propias trayectorias», afirmó, «este es un programa que hace a esta una universidad mejor».

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