Malcuori señaló que la propuesta, que busca poner en discusión las problemáticas actuales del sector cultural, es el trabajo final de uno de los últimos talleres que tuvieron en el Posgrado, el Taller Seminario de Actores Culturales a cargo de la docente de Facultad de Artes de la Udelar, Ana Laura De La Torre. Acotó que aunque finalizaron y aprobaron esta materia en julio de 2022, siguieron organizando este trabajo final para realizarlo en este momento, en el que consideraron que por estar saliendo del invierno y por la flexibilización de las medidas que había impuesto la pandemia, la convocatoria a las actividades podría tener una respuesta mayor. 

Algunas de las actividades del ciclo

El evento comenzó el jueves 1º de setiembre de 19 a 21 horas en la Sala Corchea de COOPARTE, con una actividad titulada «Una mirada interseccional sobre la precariedad laboral en el arte». El viernes 2 de setiembre el subgrupo que integra Mañosa llevó adelante en Canelones el debate «#costumbres uruguayas: Actualización de los relatos en torno a la identidad nacional». Mañosa señaló que la idea de esta instancia fue contrastar el concepto de identidad con los jóvenes de 15 a 20 años, que se encuentran en el proceso de construirlo, tanto en el ámbito de su ciclo vital como en el académico. La convocatoria se dirigió a docentes que quisieran trabajar en el aula el tema identidad y sus estudiantes estuvieran dispuestos a asistir al debate a volcar lo discutido en clase. Al mismo tiempo se convocó a participar de la instancia también a adultos hijos de inmigrantes de países como Japón, que no fueron históricamente de los que provinieron los flujos migratorios mayores. Se apuntó a analizar «la vigencia actual del relato con el que nos criamos». 

En cuanto a la estructura de la instancia se planteó recibir a los invitados con una actividad rompe hielo, de unos minutos de duración, luego de la cual tendría lugar una charla para dar un encuadre del tema identidad a modo de puntapié inicial del debate, del docente historiador Gabriel Quirici. Para el debate se eligió una modalidad llamada «Mesa larga», surgida en una universidad de Inglaterra que permite un dinamismo y horizontalidad en la discusión. La técnica consiste en que delante de los asistentes se coloca una mesa con tres sillas y la persona que quiera participar del debate exponiendo su opinión sobre el tema, para lo que tendrá un máximo de 3 minutos, debe sentarse en alguno de esos tres asientos. Si no hay ninguna silla libre cualquier persona que quiera hablar le debe pedir a alguna de las que ocupan la silla que le ceda el lugar. «Nos pareció importante que fuera un debate que partiera de lo que las personas sienten que es ser uruguayo, de cómo se identifican».

El grupo en el que trabajó Malcuori, entretanto, organiza el debate que se llevará a cabo el viernes 9 de septiembre entre las 16 y las 18 horas, titulado «After cultural: Reflexiones sobre el uso social y comercial de edificios patrimoniales». Malcuori explicó que aunque por la temática que aborda se desarrolla en el espacio de un museo, el Museo Cabildo, apuntaron a que fuera una instancia distendida de intercambio. Añadió que el puntapié inicial  es reflexionar acerca del uso social de los edificios patrimoniales específicamente en Montevideo ya que los invitados son referentes de algunos de los museos de la capital del país, como el Cabildo, el Museo de Arte Precolombino e Indígena (MAPI), entre otros. Parten de la pregunta «¿qué pasa en esos espacios?», no sólo en lo que se refiere a la exhibición de las obras sino también al uso que las personas dan a esos ámbitos, si se pueden usar para un rodaje, un evento, si se pueden alquilar, si es correcto o no que esto suceda, si existe un protocolo de uso, entre otras cuestiones. 

La última actividad prevista en el marco de «Por los codos. Ciclo de debates culturales”: «La olla de lo común: Cultura comunitaria en tiempos post-pandémicos», se realizará el 10 de setiembre de 17 a 19h y será virtual (se transmitirá por el canal YouTube Área Social y Artística – UDELAR). Invernizzi que integra el subgrupo que organizó esta actividad explicó que la propuesta involucra experiencias de cultura comunitaria, que paradójicamente aunque tal vez son las experiencias más territoriales, es la única que se desarrolla exclusivamente en modalidad virtual. Añadió que la elección de esta forma de llevarla adelante se basó en las experiencias que querían rescatar que no eran solo nacionales y en la conformación del equipo de trabajo, una de las integrantes reside en Ecuador. El tema se enfoca en algunas preguntas como si la situación de pandemia en Uruguay y su impacto en lo cultural y particularmente en lo comunitario, tiene algún punto en común con otras experiencias del continente americano. Acotó que en el intercambio con la estudiante de Ecuador encontraban muchas coincidencias en este sentido y les pareció interesante colocar en discusión estas problemáticas comunes. Todas las experiencias que se presentan tienen en común que frente a la pandemia instrumentaron una respuesta no sólo cultural, desde lo comunitario artístico, sino también desde ollas populares o emprendimientos que de alguna manera respaldaran la situación económica de sus participantes. 

 En cuanto a la modalidad del debate señaló que les interesaba que cada una de las experiencias pudiera contar cómo era su trabajo antes de la pandemia, que pasó específicamente durante la emergencia sanitaria y cuál es la situación actual. La moderadora será Paula Simonetti, investigadora con amplia trayectoria en estudios culturales especialmente en cultura comunitaria. «Entendemos que después de dos años atípicos para toda la humanidad, falta la reflexión acerca de  qué fue lo que sucedió y qué pasa hoy», expresó. Invernizzi apuntó que parten de un marco conceptual que entiende la cultura comunitaria como el trabajo colectivo que, apunta a visualizar problemas concretos a nivel político o ético y desde una mirada crítica de la realidad, se propone un proyecto en común para lograr una transformación. Este marco es el que nuclea a todos los colectivos elegidos que provienen de distintos ámbitos no estatales, algunos son de artes escénicas, otros son bibliotecas comunitarias, grupos literarios y  centros culturales comunitarios. Resaltó que «estos colectivos respondieron a la consigna que se lanzó durante la pandemia de quédate en casa de una forma distinta, mucha gente en especial de contextos de alta vulnerabilidad no se podía quedar en casa, por múltiples motivos», señaló. Acotó que frente a esta coyuntura, el equipo que organizó esta instancia se planteó el objetivo de analizar si la función de estos colectivos tuvo algo que ver en el mantenimiento y la recomposición del tejido social durante y post pandemia. 

Organización del evento

Malcuori explicó que los temas que se plantearon abordar en las distintas instancias del ciclo de debates, fueron surgiendo de los intercambios entre los estudiantes a lo largo de la Especialización. Se formaron subgrupos en torno a cada una de las temáticas que se definieron y dentro de estas eligieron el enfoque de su interés. Dentro de cada subgrupo se planteó la cuestión «¿qué hacemos con este tema que nos interesa?». Se manejaron varias posibilidades entre ellas realizar un ciclo de podcasts pero se optó finalmente por un formato de debates presenciales, en la mayoría de las instancias del Ciclo, porque se venía de un largo período de virtualidad obligada por el contexto sanitario y sentían la necesidad de recuperar el «intercambio mano a mano». 

Contexto cultural en Uruguay: temas que preocupan 

Malcuori destacó que a lo largo de la formación la preocupación global que surgió fue la de definir el rol del gestor cultural. En torno a ella se fueron planteando algunas discusiones como «¿hasta dónde tiene potestades para trabajar el gestor cultural,  hasta dónde puede participar? En el caso de la preservación del patrimonio, ¿el gestor tiene un rol, tiene posibilidad de sugerir, de plantear?». En cuanto al rol del gestor cultural, Mañosa resaltó que aunque es una figura nueva desde el punto de vista formal, «el ejercicio de las cualidades que se obtienen en la formación formal hoy, siempre se llevó adelante». Entiende que el gestor cultural es un nexo entre el artista y su público, puede también establecer una conexión entre la obra y la producción, llevar adelante la producción del hecho cultural o generar un clima, un ambiente, las condiciones, para que se den situaciones o cambios culturales. 

Invernizzi añadió que quizás la visión más amplia del papel de un gestor cultural es la de administrar ciertos recursos que no son solamente los económicos, sino también los humanos que implican poder generar equipos de trabajo y organizar las tareas en ciertas áreas. Destacó que se trata no solamente de la percepción de un objeto que puede ser consumido por un público sino también de generar instancias que apunten al desarrollo comunitario y social. Señaló otro de los aspectos de la gestión cultural que les preocupa es resaltar que en Uruguay en este ámbito también se realiza investigación, lo que se refleja en los trabajos finales de la Especialización, muchos de ellos no apuntan a la gestión cultural de un hecho en sí sino a la investigación. En este sentido destacó que en la formación se busca que haya una investigación sistemática en el área cultural. Citó como ejemplo el ciclo de debates «ya que se generan a partir de preguntas que pueden ser cuestiones de investigación, reflexiones críticas de la realidad que surgen de una lluvia de ideas de todo el grupo de estudiantes y de consensos que llevaron un tiempo, un ejercicio democrático maravilloso», expresó. 

Otro de los puntos que genera intercambios en la especialización, es la cultura como un medio que genera recursos. Aclaró que en este aspecto no se enfoca sólo el evento en sí, es decir la obra de teatro, el concierto o la película, sino las actividades que giran alrededor de  ese evento. Es el caso de las personas que trabajan acomodando a los espectadores en la sala, el restaurante que se encuentra próximo al espectáculo, el transporte que traslada al público hasta el lugar o el cuidacoche que tuvo mayor ganancia esa noche de función y que vuelca ese recurso en una almacén de la zona. «El evento cultural genera un movimiento global que va más allá del evento en sí», concluyó Invernizzi. 

La Especialización

Malcuori explicó que la Especialización en Gestión Cultural, en la que se enmarca el evento, tiene un año y medio de duración, esta es la tercera cohorte de la formación y la mayoría de los estudiantes ya está terminando de cursar, les resta la defensa del proyecto. El grupo que cursa este posgrado está conformado por alrededor de 40 estudiantes, que provienen de variadas especialidades como Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, Facultad de Información y Comunicación, Humanidades y Ciencias de la Educación, docentes de Historia y Literatura. Mañosa entiende que en la selección que se realizó al inicio para conformar el grupo a partir de las inscripciones, se buscó que este fuera heterogéneo, que los estudiantes vinieran de distintas especialidades, para enriquecer las discusiones y permitir el aporte desde diversas áreas. 

Malcuori destacó que uno de los desafíos de esta Cohorte de la Especialización fue que las clases se desarrollaron totalmente en la modalidad virtual a través de la plataforma Zoom. En el 2022, cuando comenzaron a cursar el Taller Seminario de Actores Culturales, como había cambiado el contexto sanitario, la docente les planteó que las clases se llevarían a cabo en forma presencial para favorecer los intercambios. Una de las dificultades fue que la Cohorte no tiene solo alumnos de Montevideo, algunos de los estudiantes viven en el interior y otros están en el exterior del país. Esto generó una dinámica híbrida de clases que se llevaron a cabo en forma presencial y virtual al mismo tiempo para los alumnos que no estuvieran en Montevideo.

Invernizzi señaló que el marco teórico de la Especialización es muy amplio. Opinó que uno de los factores que también favorece esto es que los estudiantes y docentes del posgrado provienen de diferentes ramas académicas, distintas facultades, lo que hace que se plantee una visión bastante más amplia que si pertenecieran a una sola especialidad como Ciencias Económicas, que aporta una perspectiva un poco más estructurada. Aclaró que además cada estudiante en su trayectoria ha ido eligiendo para sus trabajos y proyectos, su propio marco teórico y una muestra de ello es este ciclo de debates cuyas actividades, aunque todas enfocan la cultura, son de lo más variadas.   

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