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Facultad de Ciencias: diálogo con investigadores acerca del trabajo de Svante Päábo, Premio Nóbel de Medicina
El jueves 27 de octubre a las 17 horas en el Salón de actos de Facultad de Ciencias de la Universidad de la República (Udelar), los docentes investigadores de la Udelar, Héctor Musto, Mónica Sans y Enrique Lessa, dialogaron sobre «Genes, neandertals y un genoma a partir de fósiles», temática de investigación del Premio Nóbel de Medicina, Svante Päábo.
Musto indicó que la propuesta se enmarcó en una idea de los Consejeros de la Facultad de Ciencias, de realizar una serie de charlas acerca de temas de investigación de científicos, que reciban premios importantes como el Nóbel, y organizadas por las Facultades vinculadas a las temáticas. Prevén realizar nuevos intercambios sobre los temas de trabajo de otros galardonados, luego de este primer encuentro dedicado a la investigación de Svante Päábo, cuya premiación fue anunciada el 3 de octubre.
«Un logro que parecía imposible»
Musto continuó con un breve raconto de la trayectoria de Päábo señalando que nació en Estocolmo en 1955, egresó de un doctorado en la Universidad de Upsala en 1986 y desde 1987 dirige el Departamento de Genética del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig. Es hijo de Sune Karl Bergström, quien ganó el premio de Medicina o Fisiología en 1982.
Destacó algunos de los fundamentos de la entrega del premio Nóbel a Päábo, entre ellos que estableció una disciplina científica completamente nueva, la paleogenómica. «Logró algo aparentemente imposible: secuenciar el genoma del Neandertal, un pariente extinto de los humanos actuales», sostiene la fundamentación.
Sans se enfocó en el cambio de paradigma que provocaron los trabajos de Investigación de Päábo. Recordó que en 1856 en Alemania, se encontró el primer resto fósil de Neanderthal y en 1958 el segundo, mucho más completo. Añadió que los cráneos de estos fósiles encontrados eran muy grandes, robustos y se los consideraba y aún se sostiene, que junto a las características de la nariz y los grandes molares, respondían a una adaptación a climas muy fríos. Acotó que los Neandertals típicos viven entre el 100.000 y el 40.000 AC, período de glaciaciones que explica las temperaturas tan bajas a la que estaban sometidos. Se creía que eran una forma europea y que no habían salido de ese continente. En ese sentido se han realizado nuevos hallazgos en zonas del Oriente como Siria y Turquía, la extensión en la que se ubicaron restos fósiles de Neandertals es bastante grande y curiosamente todos están asociados a un patrón cultural similar. Señaló que en las distintas regiones de esta enorme zona, se han encontrado ornamentos y trabajo en hueso y comienzan a hallarse enterramientos primarios y secundarios intencionales, existe un caso de madre e hijo enterrados juntos.
Modelos opuestos
Sans señaló que se construyeron varios modelos que apuntaron a explicar el origen de los Sapiens, uno de ellos llamado «Origen africano reciente». Este modelo sostenía que había un continuo de las poblaciones Sapiens que salían de África luego de evolucionar unos 100 mil años, colonizaban Europa y Asia extinguiendo a todas las formas que existían en estas regiones (Neandertals). Un modelo opuesto, «Multiregional», sostenía que el Sapiens se originó en África pero mantuvo numerosos flujos genéticos tanto con poblaciones de Europa como de Asia, a lo largo de toda la evolución. Algunos restos fósiles de entre 100 y 300. 000 años con características mixtas, encontrados por paleontólogos, eran su argumento para sostener esta hipótesis. Cuando aparece el primer estudio de ADN antiguo, realizado por el grupo de Päábo, en él se identifica una parte de ese ADN mitocondrial, pero no se encontró ningún Neandertal que tuviera un ADN similar al Sapiens, ni ningún resto de esta especie que tuviera un ADN mitocondrial parecido al de los restos de Neandertals.
Además los restos de Sapiens hallados, que databan de períodos muy distantes de tiempo entre sí y provenían también de zonas diversas y muy lejanas entre ellas, tenían un ADN mitocondrial muy parecido. Todo esto llevaba a reforzar la hipótesis del origen único. Destacó que esta investigación representó un trabajo enorme y complejo, que se extendió durante largo tiempo. Varios años después recién se comenzaría a trabajar con ADN nuclear, con lo que los investigadores pudieron tener otro tipo de evidencia, que terminó derribando el modelo de Origen único. Resaltó que el grupo de investigadores de Päábo acaba de analizar restos fósiles de una familia encontrados en dos cuevas de la zona de Altái, en estos descubrieron que el ADN de los hombres es homogéneo y el de las mujeres pertenece a otros grupos.
No tan distintos
Lessa indicó que sin tener en cuenta los hallazgos de Päábo y su equipo, si se hicieran determinadas pruebas, «desde el punto de vista ultraconservador se ratifican con ciertos márgenes de duda las posturas de los antropólogos clásicos en cuanto a la morfología». Utilizó el ejemplo de que si se analiza el ADN mitococondrial de todos los presentes en el evento puestos de a dos y este número de personas fuera representativo de las que habitan el planeta, el promedio resultante sería de ocho diferencias. Si esta comparación se realiza entre un ser humano y un chimpancé, el promedio de variaciones pasaría a ser 55. Añadió que si como se sostiene, el ADN de los Neandertales fuera más similar al de los Homo Sapiens que al de los chimpancés, el promedio de diferencias entre un Neandertal y un humano no podría ser mayor a 55 e informó que si se hiciera este ejercicio, veríamos que el resultado es 27.
Se refirió a la formación de híbridos entre los Neandertals y seres humanos modernos, una huella de entre 1 y 5% que muchos de los seres humanos hoy tienen de Neandertal. Realizó su exposición basándose en el análisis del genoma nuclear, en el que un gen proviene de la madre y otro del padre. Llamó «introgresión» a la situación que se da cuando un híbrido, resultante del cruzamiento de un Neandertal y un ser humano moderno, se incorpora en una de las dos poblaciones, y así sucesivamente, de forma que se va diluyendo el 50 % de la otra clase que presentaba originalmente.
Destacó que para que exista introgresión tiene que haber combinación genética entre los grupos y por tanto es necesario que se dé el contacto físico, contigüidad y asociación. Si como se piensa en la actualidad el origen del ser humano moderno tuvo lugar en África y se extendió desde allí, se esperaría que los lugares donde se produjo esa introgresión estén fuera de África. Entiende que el dilema de reconocer introgresiones radica en distinguir semejanzas debidas a la introgresión, de semejanzas causadas por la ancestría común.
La instancia fue una actividad abierta y se transmitió a través del canal de Youtube de la Facultad de Ciencias.
Héctor Musto es Profesor grado 5 del Laboratorio de Genómica Evolutiva, donde estudia la evolución de la composición genómica y el uso de codones sinónimos utilizando herramientas computacionales.
Mónica Sans es Profesora de Antropología Biológica de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de Udelar. Su línea de investigación es la ancestralidad, diversidad y variabilidad biológica de las poblaciones humanas de Uruguay y América Latina, en la que ha desarrollado experiencia de trabajo con ADN antiguo.
Enrique Lessa es Profesor de Evolución en el Instituto de Biología de la Facultad de Ciencias de Udelar donde desarrolla una línea de investigación para el conocimiento de los procesos y mecanismos de la evolución biológica, con énfasis en el estudio de poblaciones naturales. Ha trabajado en límites de especies e intercambios genéticos entre especies.
Vea la actividad completa en el canal de Youtube de la Facultad de Ciencias