Mir resaltó que el premio L’oreal – Unesco «Mujeres en la Ciencia» a nivel nacional, es un reconocimiento que se realiza en diferentes países del mundo y cada uno de ellos elige a su ganadora anual. Este premio está dedicado a promover y motivar a las mujeres investigadoras que contribuyen con el progreso de la Ciencia. El proyecto por el que Mir obtuvo el reconocimiento se llama Vigilancia genómica del Virus de la Inmunodeficiencia Humana Tipo 1 (VIH-1) en Uruguay. Este trabajo se realiza en conjunto con el Departamento de Laboratorios de Salud Pública (DLSP) del Ministerio de Salud Pública (MSP), que es el laboratorio de referencia de VIH en nuestro país.


«Ganar este premio es muy significativo para mí, para mi carrera como investigadora», expresó. Al mismo tiempo el incentivo económico que involucra este reconocimiento colabora con la continuidad de la línea de investigación que llevan adelante, permitirá al equipo la compra de una mayor cantidad de reactivos que los que habían planificado en un principio, lo cual les posibilitará profundizar en las preguntas que se habían planteado inicialmente en el proyecto. Por otro lado, la mayor parte de estos recursos se utilizarán en la financiación de cargos o pago de extensiones horarias para jóvenes investigadoras e investigadores que realizan su tesis de grado o posgrado en el marco del proyecto. «El desarrollo de recursos humanos con capacidades específicas, dentro del área del proyecto, es el insumo esperado de mayor importancia», afirmó.

Disminuir la brecha de género

Para Mir, más allá del incentivo económico el premio «implica la visibilización de las mujeres que hacemos ciencia». En ese sentido entiende que este reconocimiento le genera una gran responsabilidad porque la coloca en una posición en la que representa a las mujeres científicas. Asimismo lo valoró como muy positivo porque «es una forma de estimular la participación de más mujeres en la ciencia». Entiende que si bien ha aumentado la presencia de mujeres en el área de ciencia, tecnología y matemática, aún existe una gran desigualdad según el género. «Creo que este tipo de iniciativas permite dar a conocer estas desigualdades y reflexionar sobre este tema», resaltó.

Un informe de la UNESCO del año 2021 señala que de todas las personas que se dedican a la ciencia, sólo 33% son mujeres. Considera que la desigualdad de género estructura la sociedad y la ciencia que forma parte de ella, no escapa a esta influencia. «Las mujeres científicas en general construimos nuestras trayectorias enfrentando más discontinuidades que nuestros colegas varones lo que nos coloca en una situación de desventaja», observó. En ese sentido recordó el llamado «techo de cristal», que se refiere a la limitación de las posibilidades de ascenso de las mujeres dentro de las instituciones donde desempeñan sus carreras como docentes e investigadoras. 

Destacó que el ingreso de hombres y mujeres a algunas carreras científicas de la Udelar es numéricamente muy similar (por ejemplo a Facultad de Ciencias), pero si se observa el desarrollo de la carrera docente en la institución, mientras la mayoría de los cargos de grados más bajos son ocupados por mujeres, la mayor parte de los grados más altos en cambio, lo ocupan los hombres. Entiende que los factores que inciden en que esto ocurra se vinculan con «un trato diferencial por el simple hecho de ser mujer y con las responsabilidades de cuidados que en general son asumidas mayoritariamente por las mujeres». «Esto retrasa las carreras de las mujeres y aunque priorizar los cuidados de la familia a veces sea una opción propia, tampoco hay mucha ayuda», acotó Mir.

El Proyecto

En el marco del proyecto Vigilancia genómica del Virus de la Inmunodeficiencia Humana Tipo 1 (VIH-1) en Uruguay, los investigadores se han enfocado en realizar un mapeo total de las variantes de VIH que circulan en Uruguay. Mir señaló que esta etapa ya ha culminado y tienen mapeadas todas las variantes del virus que han circulado en Uruguay del año 2007 a la actualidad. Lo que les queda pendiente ahora es caracterizar esas redes de transmisión generadas por cada una de las variantes y analizar cuál ha sido la dinámica de transmisión de cada variante de VIH en nuestro país. Resaltó que este objetivo va a formar parte del trabajo de maestría de una estudiante. 

La investigadora explicó que la vigilancia genómica consiste en utilizar la secuencia del genoma de patógenos, en este caso un virus, para comprender su transmisión. «Todo lo que nosotros inferimos se basa en la secuencia genómica del virus del VIH», resaltó. Apuntan, en base a las variantes genómicas del virus VIH que circulan en Uruguay, a comprender cuándo y dónde surgieron las redes de transmisión de este virus en nuestro país, que rango temporal abarcan, qué alcance geográfico tienen, cuál es la población más afectada por cada variante y cómo se ubican estas redes de transmisión en el contexto regional y global de la pandemia de VIH. El otro objetivo del proyecto es la optimización de un protocolo de secuenciación que les permitirá obtener las secuencias completas de los genomas de VIH, para estudiar con qué frecuencia se encuentran las mutaciones de resistencia a la terapia antirretroviral dentro de cada paciente. Esto podría aplicarse en la elección de la terapia más adecuada para cada uno de los pacientes, en lo que se denomina medicina personalizada. 

Mir explicó la diferencia entre la vigilancia genómica y la vigilancia epidemiológica tradicional. La vigilancia epidemiológica clásica o tradicional de las enfermedades transmisibles, se enfoca principalmente en la distribución y las tendencias de la incidencia a través de la recopilación, consolidación y difusión sistemática de datos, ha sido el estándar de oro para el control de enfermedades durante más de un siglo. «La vigilancia genómica no se aplica todavía de manera frecuente en nuestro país, ni se realiza a tiempo real», señaló. «Estos dos tipos de vigilancia se complementan, existe una gran cantidad de información en las secuencias genéticas de los patógenos, que podría ser de gran importancia para contar con un conocimiento más profundo que el brindado por la epidemiología tradicional», añadió. 

Destacó que esto permite estimar la prevalencia de una determinada variante en la población, evaluar la efectividad de tratamientos, como las vacunas, para cada una de las variantes e investigar acerca del origen y la diseminación espacio temporal de un patógeno. 

Recordó que la vigilancia genómica a tiempo real se aplicó en Uruguay con el virus SARS COV 2 causante de la Covid-19, «creo que es algo a mantener no sólo para este virus sino también para otros», expresó.


Vea más información en: https://www.unesco.org/es/articles/mas-mujeres-en-ciencia-tecnologia-ingenieria-y-matematicas-mejoraria-el-desarrollo-economico-de-la

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