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Facultad de Medicina reconoció a Henry Cohen como Profesor Emérito
Con la presencia del presidente de la República, Luis Lacalle Pou, el rector de la Universidad de la República, Rodrigo Arim, así como numerosas autoridades nacionales y universitarias, el 15 de marzo la Facultad de Medicina entregó el título de Profesor Emérito al doctor Henry Cohen.

El acto se realizó en la Facultad de Medicina; además de familiares y amigos de Cohen estuvieron presentes el secretario de la Presidencia de la República, Álvaro Delgado, el director del Hospital de Clínicas, Álvaro Villar y el ex decano de la Facultad de Medicina, Miguel Martínez, entre otros.
«Una vida dedicada a la Facultad y a la medicina nacional»
El decano de la Facultad, Arturo Briva, dio la bienvenida a los presentes y señaló que la entrega del título de Profesor Emérito «no es un acto frecuente, pero realmente muestra lo mejor que tiene nuestra universidad, en el sentido de que es capaz de reconocer a sus grandes valores y talentos». Esta distinción se otorga no solamente por grandes logros académicos sino por trayectorias de vida y por aportes a la sociedad en un sentido amplio, señaló, «es un orgullo ser conductores del cariño de la sociedad hacia el profesor Cohen, defendiendo nuestros valores fundamentales de ser una universidad pública, inclusiva e innovadora». Briva también expresó su agradecimiento personal a Cohen por los aportes a su formación académica y profesional.
En representación del orden de Egresados de la Facultad intervino Walter Alayón, quien dijo sentir orgullo por homenajear a un amigo cuya vida ha estado «dedicada a la Facultad y a la medicina nacional». Señaló que este título es para situaciones muy especiales, «está dirigido a docentes que hayan cumplido más allá de las responsabilidades de sus cargos, y esto es lo que se reconoce al profesor Cohen, una trayectoria que se ha destacado por sus aportes a la Facultad, a la medicina y a la sociedad».
Recordó que Cohen comenzó su actividad docente en la década de los ochenta. Ingresó como asistente en la Clínica de Nutrición y Digestivo, antecesora de la Clínica de Gastroenterología que dirigió a partir de 2004 como profesor titular. «Su forma de ser» se destacó en las primeras etapas de su formación en la especialidad, que incluyeron estadías en Japón para aprender sobre la técnica de ecografía, explicó, «porque a su regreso todo lo aprendido lo aplicó en la zona rural, combinando su formación y su conocimiento con el acercamiento al Uruguay profundo, a la medicina rural y a los pacientes más alejados de centros de salud».
Alayón mencionó también la abundante producción científica de Cohen y los numerosos premios y reconocimientos que recibió a nivel nacional e internacional. Se refirió a algunos de los roles que ha ocupado en diversas sociedades y organizaciones científicas: desde 2008 es miembro de la Academia Nacional de Medicina, donde ha sido presidente, fue presidente de la Sociedad Uruguaya de Gastroenterología, miembro de la Asociación Interamericana de Gastroenterología y presidente de la Organización Mundial de Gastroenterología, entre otros. Destacó además el trabajo de Cohen en la Comisión Directiva del Hospital de Clínicas, en el Comité de Ética del Instituto Pasteur y en la Fundación Manuel Pérez.
También se refirió a su liderazgo en el desarrollo del proyecto ECHO, un programa que ha dado reconocimiento internacional a nuestro país y que «democratiza y amplifica el acceso a la atención médica de los menos favorecidos en todo el mundo» gracias al encuentro de profesionales de la salud de lugares remotos a través de la telemedicina. Alayón afirmó que «todo lo que Cohen toma como un objetivo claro, lo realiza, sin ninguna duda».
La actual profesora titular de la Clínica de Gastroenterología, Carolina Olano, destacó que Cohen «es un hacedor incansable que busca la excelencia en todo lo que emprende». Tiene además «una gran habilidad para vincular personas y proyectos a lo largo y ancho del mundo», y esto permitió que muchos colegas, en especial latinoamericanos, pudieran completar trabajos y colaboraciones, lo que no hubiera sido posible de otra manera. Remarcó su visión moderna de la medicina y su contribución a la imagen positiva de la Facultad de Medicina en el exterior. Especialmente hizo referencia al estímulo y apoyo que Cohen ha prestado para lograr «el acceso de mujeres a cargos de liderazgo en todos los lugares en los que ha trabajado». También ha impulsado a sus colegas a construir una «marca personal» como profesionales y a tener una línea de trabajo de investigación, indicó Olano. Aseguró que es «un hombre orgulloso de sus orígenes, es un hijo, hermano, padre, esposo y un abuelo presente y cariñoso. Es además un buen amigo de sus amigos».
Mirada amplia sobre el concepto de salud
El profesor Rafael Radi, ex coordinador del GACH, hizo referencia a las diferentes dimensiones que compartió con Cohen en estos años: la dimensión país, la de la Universidad y la de la Facultad, en las que trabajaron «muy juntos». «Cuando recibí la llamada de Presidencia para integrar el GACH a la primera persona que le dije fue a Henry Cohen y me dijo “sigamos juntos contigo”, luego llamé a Fernando Paganini y ahí comenzamos», relató. Señaló su orgullo al decir que más del 50% del equipo del GACH se conformó por docentes o ex docentes de la Facultad de Medicina y agregó que ese grupo «tuvo una mirada amplia de lo que entendemos por salud», ya que Cohen auspició la integración de distintas disciplinas como la odontología, la nutrición, la enfermería, la salud mental, y eso enriqueció los enfoques, también aproximó al GACH a referentes del área de la medicina legal pues estimaba que el área forense iba a ser fundamental, así como del área de los derechos humanos, porque entendió que esto también era necesario para gestionar la pandemia.
Cohen tuvo además gran responsabilidad en el curado de los informes del grupo, en la precisión en la sintaxis y ortografía, «eso permitió que la prensa y la población tuvieran acceso a cada uno de los informes dándole transparencia y calidad al proceso». Destacó su faceta de comunicador en las conferencias de prensa del GACH y lo ejemplificó con una frase que expresó el 21 de mayo de 2020, cuando se decidió reabrir progresivamente las escuelas: Cohen cerró las exposiciones y se dirigió a la población en un momento de incertidumbre planteando que «los efectos positivos del cierre de las escuelas son por lo menos discutibles, pero los efectos negativos del cierre de las escuelas son indiscutibles». En opinión de Radi «ese fue uno de los puntos más altos de la comunicación en esas conferencias de prensa».
«En lo personal y grupal el apoyo de Henry fue permanente en tiempos de vaivenes anímicos que fueron intensos y no podían ser reflejados a la opinión pública», expresó Radi. En la dimensión universitaria destacó el rol central de Cohen como presidente de la Comisión de administración de la Fundación Manuel Pérez y recordó que el Paraninfo se abrió por primera vez en 2020 para anunciar que esta Fundación, a través de donaciones principalmente canalizadas por Cohen, abría una concurso a proyectos de investigación sobre SARS cov 2. Esto permitió que 15 proyectos fueran financiados y que varios de estos ampliaran luego sus actividades. En un momento de incertidumbre tan duro como era el pico de la pandemia, «tener la visión de obtener recursos para hacer llamados de investigación fue muy importante», señaló. A nivel de la Facultad de Medicina, Cohen se desempeñó como asistente académico del ex decano Miguel Martínez durante ese período y junto a otros gestionó el regreso progresivo a las actividades de enseñanza. «Con orgullo debo decir que la Facultad y la Universidad fueron ejemplo» para evitar la deserción estudiantil, generando protocolos de trabajo que dieran seguridad para el retorno a la actividad académica, indicó Radi. Por último se dirigió a Cohen: «como colega y amigo, tus aportes institucionales y liderazgos a la Facultad, a la Universidad y al país dan absoluta justicia y reconocimiento a este muy merecido título de Profesor Emérito. Mis felicitaciones».
Por su parte Lacalle Pou observó que asistía a este reconocimiento «más en condición de amigo que de presidente de la República». Al igual que Radi, rememoró las etapas del trabajo compartido entre el gobierno nacional y el GACH, «eran momentos donde uno tenía todos los sensores intelectuales y sobre todo todos los sensores afectivos bien despiertos». No en todos hubo acuerdo, «hubo tensiones pero eso no es lo malo, lo malo es no poder resolverlas» indicó, «Henry fue fundamental».
Destacó la inteligencia y sensibilidad de Cohen y su capacidad para «estar en muchos lados con profundidad», algo que logran «sólo aquellos que hacen un uso casi abusivo de su ser intelectual y emocional». También afirmó que en la medicina el centro es la vida del individuo, y esto es algo que el accionar de Cohen en el GACH demostró de forma extrema. Observó que la ciencia y la comunicación no siempre estuvieron de la mano y durante la pandemia «podían plantearse las recomendaciones y acciones más eficientes y eficaces, pero si no se comunicaban no se lograba algo fundamental en estas crisis, que es la cohesión social». En ese plano, así como en el encuentro entre el mundo de los científicos y de los políticos, fue «un articulador genial, le debemos el haber logrado muchas cosas y el haber evitado otras», expresó. Afirmó que además del título de Profesor Emérito, Cohen tiene el que se gana en la vida que es el de «señor».
Honor y orgullo
Finalmente, el decano Briva le entregó a Henry Cohen el título de Profesor Emérito de la Facultad de Medicina y el homenajeado agradeció a todas las autoridades universitarias y gubernamentales, a sus amigos y a su familia por acompañarlo en este día. Cohen compartió sus sentimientos cuando le informaron sobre este reconocimiento y señaló que «lo primero fue agradecimiento al Consejo de la Facultad de Medicina y también a quienes me formaron en la especialidad». «Esta distinción es para mí un orgullo y un honor», expresó. Es un orgullo porque a 50 años de su ingreso a la Universidad, es el resultado de lo que se habían propuesto sus padres: «darnos una educación y la oportunidad de elegir lo que quisiéramos ser; a mí sólo me quedaba saberlo aprovechar». Además, indicó que la Universidad es por definición la casa del conocimiento, del debate y la diversidad que genera el 80% de la investigación científica y conocimiento del país; es una herramienta de servicio público y por eso para él esta distinción es un honor.
Señaló que a nivel profesional, la Facultad de Medicina le permitió tener una carrera en Uruguay con una proyección internacional, con lo que tuvo el honor de presidir la Organización Mundial de Gastroenterología y sobre todo de «entablar relaciones personales, profundas y duraderas». También «fue una forma de servir a la sociedad de diferentes maneras excediendo largamente los sueños de los primeros años», expresó. Mencionó, además, sus 37 años de trabajo en la Cátedra de Gastroenterología del Hospital de Clínicas, recordó a los grandes equipos de los que formó parte y los importantes tratamientos que pudo brindar allí «accesibles para todos los ciudadanos, independientemente de sus posibilidades económicas». También hizo referencia a la «aventura inédita» que pudo emprender «con grandes compañeros como fue el combate contra la Hidatidosis en Sarandí del Yi y alrededores en la década de los ochenta». Asimismo, relató lo que significó su experiencia en la Academia Nacional de Medicina en los últimos 15 años y expresó su reconocimiento a todos sus integrantes. También, se refirió al GACH como «el mayor honor profesional de trabajo junto a Rafael Radi, Fernando Paganini y 55 científicos más asesorando al presidente y su equipo para servir al país y a la sociedad intentando generar conocimiento útil en la gestión de la pandemia»; realizó una especial mención a sus compañeros en ese grupo porque han sido una parte importante de su vida. «Mi gran motivación en los últimos años ha sido el proyecto ECHO que busca democratizar el acceso a la salud y lograr que médicos del interior se formen para que incluso quienes están más lejos de las ciudades tengan bien cerca una atención de calidad», remarcó. Indicó que más de 6000 profesionales de la salud de los 19 departamentos han participado de las actividades cumpliendo con uno de los mandatos de la Udelar: la extensión universitaria.
Por último expresó que «en estos 50 años hasta hoy, la Udelar me dio mucho más de lo que me podía haber imaginado. Me formó como profesional y como persona, me permitió colaborar con la sociedad y con gobiernos de todos los colores durante la vida democrática». Subrayó que «el denominador común que une a las personas que hoy se encuentran acá es la palabra amigos. A todos ustedes gracias por acompañarme». Agradeció especialmente a su familia: «a mi mamá, a mi tía, a mis hermanos, a Débora, que me acompaña desde la época de Anatomía y pueden imaginarse hace cuántos años, a mis hijos y a sus esposos y a mis nietos».