Gómez explicó que el Programa se inició en 2009 con un proyecto piloto y en el año 2012 se firmó el primer convenio entre la Dirección Nacional de Casinos del Estado y la Facultad de Medicina, a partir del cual se realizó un llamado de cargos docentes para desempeñarse en el Programa financiados con los fondos que aportaba la Dirección de Casinos. En abril de 2023 se concretó un nuevo convenio con la Dirección de Casinos del Estado en el marco del cual el Programa brinda el servicio de atención psicológica gratuita a las personas con problemas vinculados al juego y a sus familias. En la actualidad atienden entre 110 y 120 pacientes aproximadamente.

¿Qué se entiende por Ludopatía?

Para analizar la ludopatía Gómez se para en una concepción compleja multicausal, se puede concebir como una patología, una adicción vinculada al no control de los impulsos y en la que no media sustancia. Al igual que todas las adicciones es una compulsión en este caso a jugar, la persona que la padece no decide, por tanto entiende que no se puede hablar de vicio. Otra similitud de los ludópatas con los adictos a sustancias es que el jugador que se encuentra en los niveles extremos de adicción y no juega, también transcurre por el síndrome de abstinencia. En Estados Unidos se investigó acerca de cuál era la repercusión fisiológica en una persona al ver las tres imágenes en línea en una máquina tragamonedas que significa que el jugador ganó y la de un consumidor de cocaína y esta respuesta es similar. 

En esta adicción existen grados que van desde el juego problemático que se da en el caso de aquella persona que juega más de lo que debería pero todavía mantiene cierto control, a la ludopatía que se define en los casos extremos, en los que el juego ha captado absolutamente toda la vida de la persona, «está trabajando y está pensando en que va a salir y va a ir a jugar». Cuando una persona llega a ese nivel de adicción en el que toda su vida está comprometida, «se juega lo que tiene y lo que no tiene», apuntó Gómez. Además al igual que en otras adicciones los jugadores quieren resolver sus problemas solos y les cuesta aceptar que hay algo con lo que no pueden, cuando llegan al Programa es porque están en crisis, ya tienen una repercusión a nivel económico, han perdido gran parte del patrimonio familiar o éste está en riesgo o están sobrepasados de préstamos. «Un jugador puede hacer en un día diez préstamos porque no hay ningún control sobre eso o cobrar y el mismo día jugarse todo el sueldo», señaló.

La ludopatía se diagnostica a través de entrevistas clínicas y la aplicación de tests e inventarios que indagan los comportamientos repetidos en las personas en los últimos 12 meses. Algunas de las señales de que el consultante tiene un comportamiento de juego problemático son: que juega cada vez con mayor frecuencia y montos de dinero mayores, transcurre el síndrome de abstinencia cuando pasa un tiempo sin jugar o intenta dejar y no puede. Además frecuentemente tiene la mente ocupada en las apuestas ya sea recordando experiencias pasadas como imaginando su próxima apuesta y a menudo juega cuando siente ansiedad, culpabilidad, depresión, etc.  Algunas de las preguntas que plantean los inventarios son: ¿si usted pierde cuántas veces ha vuelto a su casa a buscar dinero para seguir jugando? ¿Cuántas veces ha necesitado aumentar la cantidad y monto de las apuestas?, entre otras. 

Perfil del jugador

El jugador tiene los mismos rasgos de todos los seres humanos pero algunos de ellos están exacerbados, en general son narcisistas, omnipotentes, cuando se dan cuenta que no pueden parar de jugar suelen querer resolver el problema solos. Poseen además un pensamiento mágico, muy vinculado al tema de la cábala, «el jugador se despierta, está lloviendo o hay sol y dice: esto muestra que hoy es mi día de suerte», lo que los lleva muchas veces a cometer actos ilegales, como tomar dinero prestado de la empresa en la que trabajan creyendo que cuando gane lo repondrá y cuando pierde se ve en la situación de no poder devolverlo. A diferencia de los robos comunes cuando un jugador roba es sólo para jugar o para cubrir deudas, de forma de poder mantener su adicción.

En algunas personas con problemas con el juego pesan los antecedentes familiares, recuerdan que desde niños vieron jugar a sus padres o sus abuelos y para ellos es totalmente natural y lo asocian a espacios de diversión, de afecto y de intercambio, lo que hace que le den al juego una carga totalmente positiva. Gómez sostuvo que a esto hay que sumarle las condiciones de la vida moderna que inciden también en potenciar las adiciones al juego, la sociedad de hoy está marcada por una alta competitividad, el valor de las personas se mide por sus éxitos económicos, impera un gran hedonismo que se manifiesta con «no sé lo que quiero pero lo quiero ya» y un individualismo extremo que lleva a las personas a la soledad. Asimismo estas condiciones se potencian al vincularse con una política de mercado que multiplica las ofertas de juego. «Este aumento de la oferta no genera el problema pero elicita la conducta», explicó. Todo esto hace que exista una serie de personas que tienen un riesgo de contraer esta patología, acotó.

En cuanto a las rupturas familiares a causa de la adicción al juego Gómez señaló que lo que han visto en la Clínica es que si la mujer es jugadora y la pareja no está demasiado bien consolidada en general es casi seguro que termina en separación por decisión del hombre. Por el contrario, en el caso de las mujeres con cónyuges adictos «en general aguantan cualquier cosa». Recordó un ejemplo de la clínica que reflejó esto, una pareja en la que el novio era jugador de ruleta desde antes de casarse y con problemas graves con el juego desde entonces, unos días antes del matrimonio jugó el dinero que tenían ahorrado para los muebles del dormitorio. Luego de 30 años de matrimonio la mujer no soportó más la adicción de su marido y le planteó la separación y que se fuera de la casa. En ese momento fue que él buscó ayuda y hoy lleva años en abstinencia. 

Ingreso al Programa

El Programa cuenta con nueve terapeutas y se encuentra organizado en regionales (regional sur, este y norte), la regional sur cubre los departamentos de Montevideo, Canelones, Florida, Durazno, Flores, San José, Soriano y Colonia; la regional norte los de Río Negro, Tacuarembó, Rivera, Paysandú, Salto y Artigas y la regional este los de Maldonado, Rocha, Treinta y Tres y Cerro Largo. La regional sur funciona en el Hospital de Clínicas. El Programa cuenta con una línea telefónica gratuita a través del 0800 8631 de cobertura nacional, atendida por dos terapeutas, por la que se procesan las solicitudes de atención de todo el país. 

A través de este 0800 8631 el Programa atiende no sólo a los jugadores que llaman pidiendo ayuda sino también a los familiares, orientándolos y apoyándolos, porque muchas veces llegan en medio de situaciones muy dramáticas. Las terapeutas que atienden las llamadas coordinan la entrevista de recepción por la cual los solicitantes ingresan al Programa, la derivación al terapeuta si la persona solicita asistencia psicológica, el asesoramiento a familiares, el seguimiento de pacientes y si el jugador llama para solicitar la autoexclusión se lo deriva a Casinos del Estado. La autoexclusión es un trámite que se realiza a través de un formulario en el que los jugadores solicitan que no se les permita el acceso al casino. Estos formularios van acompañados de una foto similar a la del pasaporte que se incorpora a la computadora del casino. El mecanismo está pensado para que, cuando la persona intenta ingresar, a través de un reconocimiento facial se la identifique y se le impida el acceso. Aclaró que este mecanismo no tiene un marco legal sino que se basa en un convenio administrativo, forma parte de la llamada responsabilidad empresarial, que parte de entender que las empresas modernas pueden producir algún tipo de impacto negativo en la población, ya sea a nivel material como podría ser una empresa de pintura que tira los desechos al agua como los que pueden causar este tipo de empresas de entretenimientos.

Proceso de terapia

La terapia está enfocada a los jugadores y se realiza prioritariamente en forma grupal, por temas de costo y de efectividad. «Con esta modalidad no está trabajando solo el psicólogo como referente, es como si todos fueran espejo, por ejemplo se dio el caso de una persona que se termina convenciendo de que tenía que hablar con la familia de su problema con el juego por el peso de lo que decían los compañeros en el grupo», señaló. «El terapeuta puede hablar desde el conocimiento teórico y clínico pero el jugador desde la experiencia, nada mejor que un jugador para saber lo que es el problema del juego», añadió. En la actualidad atienden 14 grupos integrados por 8 a 10 pacientes que se reúnen durante una hora y media en forma semanal, en modalidad presencial, a distancia o mixta. 

Si la persona llega a la consulta jugando, se apunta a que en esta etapa inicial genere mecanismos externos de control como por ejemplo que no salga con dinero, que no lleve la cédula de identidad porque puede acceder a préstamos, que le cuente a la familia su problema con el juego, que empiece a hacerse consciente de los signos que aparecen de que quiere ir a jugar, que tramite con el casino la autoexclusión, para que empiece a controlar el comportamiento desde afuera. 

Al mismo tiempo los terapeutas comienzan a trabajar con la historia personal del paciente para que pueda conocerse a sí mismo, entender por qué juega y a partir de allí buscar mecanismos más adecuados para afrontar estos problemas. Esta etapa apunta a «pasar del control externo al control interno que se da cuando la persona puede tomar la decisión interna de que no quiere seguir jugando más». Este proceso «es casi un trabajo arqueológico porque implica darse cuenta cuáles son las experiencias que fueron quedando grabadas en la persona para que actúe de la forma que actúa».

Acotó que la terapia tiene un alto nivel de deserción por parte de los pacientes. «Para hacer psicoterapia hay que estar motivado y tener un cierto grado de valentía, porque vas a ver cosas de vos que no te van a gustar». En este sentido la palabra adicción significa no dicho, «lo no dicho a uno mismo, lo que no se vuelve consciente se manifiesta en el inconsciente y esta es otra condicionante para explicar el juego». Un ejemplo frecuente de esto es cuando la persona cree que va a jugar para ganar dinero, para afrontar determinados gastos pero la razón real es que tiene muy baja autoestima y quiere tener dinero para tener «éxito» y esto le demuestre que es «una buena persona», le dé el valor que siente que no tiene. 

Gómez explicó que aunque la persona finalice el tratamiento y los terapeutas consideren que está en control de su adicción, para lo cual plantean un período de dos años sin jugar, no quiere decir que frente a un problema, no pueda tener una recaída, de hecho en este tipo de adicción es muy alta. Sin embargo si la persona realizó el trabajo interior y conoce el motivo por el que juega, en general el impacto de la recaída puede no ser tan grande y no le resulte tan complejo volver a salir en cambio si no pasó por este proceso de autoconocimiento, la adicción puede volver a niveles muy graves.

Gómez distinguió entre ludopatías antiguas y actuales, en las antiguas ubican a las vinculadas a ruletas, juegos de cartas, carreras de caballos entre otras, en las que el adicto lleva muchos años con un juego problemático. Las ludopatías actuales se relacionan con nuevos formatos como los slots (máquinas tragamonedas) y los juegos de apuestas deportivas tales como Supermatch que recientemente se juegan online y facilitan el acceso la necesidad de desplazarse hasta determinado lugar para poder jugar y con ello eliminando los controles externos. Desde un poco de tiempo antes de la pandemia comenzaron a llegar a la clínica pacientes adictos a las apuestas deportivas los que manifiestan que su problema con este tipo de juegos se había intensificado cuando se había incorporado la modalidad online. 

Mitos

Existe una creencia errónea generalizada en la sociedad, de que el jugador quiere ganar dinero sin trabajar, «nada más lejos de la verdad, el jugador en general es tan adicto al juego como al trabajo», afirmó Gómez. «Son muy trabajadores, muy responsables en muchas cosas de su vida, tienen una escala de valores de solidaridad, empatía», añadió. «Si realmente a los jugadores les interesara el dinero no lo perderían, ellos ganan y siguen jugando hasta que pierden todo porque el tema no es ganar dinero, el tema es jugar, la sustancia es el juego», sostuvo. 

En contra de lo que se piensa generalmente en la sociedad, muchas de las personas que atraviesan esta problemática poseen un alto nivel intelectual, tienen título universitario, son profesionales y empleados públicos. «La adicción al juego no distingue entre pobre y rico. El rico se juega el patrimonio, el pobre la comida  de sus hijos», afirmó. Si bien en el mundo juegan más los hombres, en el Río de la Plata no se observa un corte de género en la población con juego problemático, el porcentaje de hombres y mujeres que padecen ludopatía es equitativo. Esta adicción tampoco distingue edad, cada vez es más temprana la edad de comienzo del juego y cada vez se juega hasta edades más avanzadas.

Cuando la familia se entera de la problemática del jugador a raíz de su adicción, si puede en general paga sus deudas. Este comportamiento de los familiares no contribuye a la recuperación del paciente sino que empeora su problemática dado que de alguna manera refuerza las conductas de juego, ya que le quita al jugador el peso que le acarrea tener problemas económicos. Por ello, aunque en el caso de que la persona se encuentre en riesgo de perder una propiedad los terapeutas entienden que los familiares se hagan cargo de sus deudas, si se trata de préstamos en los que lo único que puede pasar si la persona no paga es que tenga el sueldo hipotecado por meses o pierda la posibilidad de volver a acceder al crédito, recomiendan que no las paguen.

Iniciativas a seguir

Desde el Programa se está tratando que no haya ninguna barrera en la atención de las personas que se acercan a pedir ayuda, para eso intentan que en el momento que la persona hace la llamada automáticamente lo conecten con un terapeuta, «porque llama en el momento de crisis, en el momento en que se jugó todo, perdió, todo, si esperas y lo llamas al mes ya te va a decir que no». La línea tiene un horario de atención pero si las personas llaman fuera del horario la línea responde dentro de las 24 horas porque quedan registradas las llamadas y cuando se deriva el paciente al terapeuta se espera que queden en contacto en un plazo no mayor a 48 horas. «El vínculo es fundamental», resaltó. Las mayores barreras vienen de los propios jugadores, ya sea porque no reconocen su problema o porque quieren solucionarlo solos. Hasta que no hay voluntad de la persona de tratarse no se inicia el tratamiento. 

Otra de las necesidades para atender esta problemática es la regulación. Gómez recordó que cuando Mariano Chóliz, experto español en el tema, visitó Uruguay en 2022 para dar una charla se refirió a este punto, planteó que «la ley sin regulación previa podría significar un riesgo de mayor adicción al juego tal como había sucedido en España». Para Gómez la regulación pasa en primer lugar por sensibilizar a la población y visualizar el tema de la ludopatía. Por otro lado entiende que habría que monitorizar la propaganda, en España por ejemplo se le aplicaron numerosas limitantes a las publicidades vinculadas al juego, entre ellas que no pueden aparecer personas públicas incentivando el juego para no hacerle creer a la gente que yendo al casino solucionará su vida. La tercera pata de esta regulación son los controles, en el caso de los juegos online existen mecanismos por los cuales el propio programa puede controlar el tiempo que la persona juega y los montos y existen experiencias en este sentido en otros países en los que el programa introduce carteles avisando a las personas el tiempo que hace que están jugando y cuánto dinero ha jugado. En este sentido en Uruguay la Banca estaría instrumentando un programa en el que cuando la persona que está jugando online se excede en el tiempo o el dinero apostado aparezca un cartel con una leyenda que diga algo así como «Si usted piensa que puede tener un problema con el juego pida ayuda a través de esta línea telefónica». La Banca cuenta con una línea 0800 2000 a través de la cuál brinda información acerca del Programa.

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