La actividad tuvo lugar en el Anfiteatro del Edificio de Investigación y Posgrados de la Facultad y fue transmitida en vivo por el canal de Youtube de FCEA. En el evento expusieron Favio Riverón, del PIT-CNT; Carlos Acle, de la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI), e Isabel Rodríguez de FCEA. El intercambio fue moderado por Gabriel Budiño, coordinador académico del Posgrado en Sistemas de Información de las Organizaciones y Gestión de Empresas de Tecnologías de la Información, que se desarrolla en convenio con la CUTI.

Algunas definiciones del tema

Rodríguez se enfocó en la pregunta: «¿De qué estamos hablando cuando hablamos de automatización y robotización?». Señaló que existen distintos niveles de automatización, cuando se hace referencia específicamente a la automatización robótica de procesos (RPA), se está hablando del robot más básico pero que puede sustituir la gran mayoría de actividades que se realizan en las organizaciones. Se trata de tareas rutinarias, repetibles, para las que se le puede definir al robot, la secuencia de pasos de que tiene que dar en función de unas reglas de negocios que están dadas.  «Es un tipo de software que hace lo que yo le digo que haga», explicó. 

Resaltó que si bien la automatización de tareas no es nueva, hace muchísimos años que se identificaba la necesidad de programar estos robots y automatizaciones, la demanda de recursos era muy alta. Con el desarrollo de la tecnología que avanza a pasos agigantados, los proveedores de estas herramientas se dispusieron a trabajar para cubrir esta necesidad que se manifestaba a través de la demanda de las organizaciones de automatizar tareas repetibles.  Señaló que fue así  como surgieron estas herramientas de RPA que ofrecen a un precio muy razonable, licencias y funcionalidades, que permiten acortar un buen tiempo en la programación, que pueden ser desarrolladas por personas que no son expertas en sistemas y comenzar a automatizar áreas nuevas. Estas tecnologías además repercuten en la organización, generan eficiencia, exactitud, productividad y permiten ampliar el espectro de realización de tareas. Anteriormente aunque existían algunos robots de inteligencia artificial, estos eran muy básicos, estaban destinados a aplicaciones muy concretas como el trabajo con imágenes o con la voz. Actualmente están creciendo los desarrollos de tecnología artificial, que combinados con estas herramientas de automatización de procesos, generan una enorme capacidad de sustituir tareas que antes realizaban sólo los humanos. Sostuvo que hoy es necesario replantear el tema,  «entender cuáles son las tareas que puede realizar un robot y cuáles no», expresó.

Fortalezas y debilidades

Acle como representante de las empresas se refirió al grado de concreción que tienen estas tecnologías de automatización, robotización e inteligencia artificial en Uruguay y si el país cuenta con los recursos para ello, como por ejemplo personas preparadas para trabajar en esta área. Destacó que la perspectiva de la CUTI es que Uruguay se viene preparando bien a nivel industrial para la transformación digital. Añadió que se trata de una industria creciente, con perfil exportador que ayuda a la transformación digital no sólo en Uruguay sino también en otros países y que en el año 2021 en cuanto a nivel de exportación nacional compitió con las industrias tradicionales típicas de Uruguay, exportó por un equivalente a más de 1000 millones de dólares. Señaló asimismo que un hecho llamativo fue que en este período aunque las ventas de esta industria en el mercado interno fueron un poco menores, alcanzaron casi el mismo monto.

Destacó que un reporte del Network Red Index del 2022 que analiza la transformación digital de los países, señala que en el sector privado Uruguay se encuentra en el tercer puesto en América Latina y en el puesto 47 a nivel mundial. En cuanto al sector público también viene transcurriendo un proceso de transformación digital, el cual se inició entre los años 2007 y 2008. «Existe un esfuerzo consistente de las organizaciones públicas y privadas para avanzar en la transformación digital», afirmó. «Incorporar todas estas tecnologías a una velocidad muy rápida, no es fácil para las organizaciones, implica invertir, repensar sus procesos para que se lleven adelante de forma digital», añadió. Aclaró que actualmente Uruguay tiene muchos de sus trámites digitalizados pero esto no implica que necesariamente estén pensados en modo digital, sino que se traslada lo mismo que se hacía antes a esta nueva modalidad. Acotó que esto como primera etapa es un gran avance pero ahora corresponde ir más allá, repensar estos procesos, porque existen nuevas herramientas que permiten cumplir funciones en modalidad digital, automática, que antes se hacían en forma manual.

Otro de los desafíos se vincula con las competencias de las personas que trabajan en las organizaciones, un camino en el que Uruguay comparado con América Latina, se ubica un poco más bajo que cuando se analiza el nivel de transformación digital. «Es un rumbo que hay que pensar con mucho más fuerza porque la posibilidad o no de usar estas herramienta está unida al futuro de estas personas, a cómo puedan ir ajustándose o adaptándose a las nuevas modalidades de trabajo», sostuvo.  

Integrarse a nuevos escenarios

Riverón por su parte explicó que personalmente es muy crítico en lo que respecta a la lentitud con la que el movimiento sindical ha empezado a atender el tema de la incorporación a las empresas de las herramientas digitales y de automatización. Entiende que esta demora se debió a que durante años pensaron que estas tecnologías no llegarían a Uruguay y hoy ya hace 10 años que están presentes en el país. «Tendría que estar mucho más discutido lo que se está discutiendo actualmente», afirmó. Recordó que una de las demandas de la Federación Uruguaya de Empleados de Comercio y Servicios (FUECYS) al secretariado ejecutivo del PIT- CNT durante el período anterior, fue que se instalara un área específica para atender este tema pero no tuvieron éxito.  

Asimismo el dirigente sindical visualiza algunas dificultades como es la pérdida de la oportunidad durante la reciente reforma de la seguridad social, de haber puesto un poco más el foco en esta temática. Entiende que otro escollo ha sido no haber hecho un uso más productivo de la ley de negociación colectiva vigente. «Nos ha faltado perspectiva, audacia, para encarar temas como por ejemplo el del empleo, los trabajadores han discutido en las mesas de negociación acerca del salario y de las condiciones de trabajo pero no del empleo», sostuvo. Señaló que por la forma en que están organizados los Consejos de Salarios en Uruguay, se podría discutir en esas instancias políticas acerca de empleo, discriminado para cada sector. Por tanto entiende que se podría haber trabajado mucho más en la formación, en la recalificación de los trabajadores y las trabajadoras, pensando en cómo se iba a incorporar la automatización en esos lugares. «No fuimos audaces, no fuimos capaces de poner este tema arriba de la mesa», sostuvo. «La discusión está en cuánto nos integramos y aprovechamos este nuevo escenario para construir una sociedad bastante más equitativas de la que tenemos el día de hoy», concluyó.

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