El Panel se realizó en el marco de la Expo Uruguay Sostenible que se llevó a cabo en el Antel Arena desde el 8 al 11 de junio, donde, además de las charlas temáticas, funcionaron estands de distintas empresas e instituciones. La Udelar participó con un estand con publicaciones donde se difunden las ofertas académicas vinculadas a temas ambientales. Además un equipo de PROGRESA e integrantes del Servicio de Atención Central informó sobre las diferentes carreras universitarias. El Portal de la Udelar recorrió la Expo feria y visitó el estand de la Universidad, donde numerosos estudiantes de distintas carreras de la institución pararon durante la jornada para realizar consultas acerca de las publicaciones. El local también recibió visitas de distintos grupos de escolares.

La apertura del panel «Aportes de la Udelar ante la crisis hídrica y socioambiental», estuvo a cargo de las coordinadoras de RETEMA, Solana González y Valentina Pereyra quienes destacaron que la Red está integrada por más de 20 servicios de la Udelar y tiene el objetivo de generar redes que se vinculen con los temas ambientales dentro de la Udelar. Acotaron que en el marco de la Expo feria, consideraron que era pertinente que estuviera presente el tema del agua por su gran importancia en el contexto actual de crisis hídrica y socioambiental. Los panelistas del encuentro fueron los docentes investigadores de la Udelar, Carla Kruk de la Facultad de Ciencias y del Centro Universitario Regional del Este (CURE), Marcel Achkar de la Facultad de Ciencias y Julieta López de la Facultad de Ingeniería.

Aportes de Facultad de Ingeniería
López destacó que para enfrentar la situación actual antes que nada es necesario que haya inversiones que apunten a garantizar nuevas fuentes de agua para potabilizar. Señaló que el país siempre tuvo una cobertura de agua potable muy alta y de muy buena calidad pero entiende que se requiere bajar el consumo de este recurso. «Utilizamos agua potable para todo, quizás sea el momento de empezar a pensar otras estrategias, por ejemplo aprovechar el agua de lluvia y reutilizar a nivel domiciliario las aguas que provienen de la pileta de la cocina, del lavarropa, de la pileta del baño y la ducha, (aguas grises), lo que implica ciertos estudios y tratamientos y que la normativa acompañe estos cambios», sostuvo. Por otro lado resaltó que es fundamental proteger la calidad del agua porque ello simplifica el proceso de potabilización. Para lograr esto destacó la necesidad de gestionar las cuencas con racionalidad en lo que se refiere a la aplicación de agroquímicos.

Entre los aportes posibles que se pueden realizar desde la Facultad de Ingeniería para enfrentar esta problemática señaló que existen varias líneas temáticas en las que trabaja la Fing que pueden cooperar con el abordaje de soluciones. Destacó la importancia de los modelos predictivos que permiten realizar pronósticos hidroeléctricos con varias semanas de anticipación, modelos con los que la UTE ya trabaja y que sería positivo que OSE también incorporara. Considera que otro de los aspectos a mejorar es el manejo de la información. «La información acerca de la calidad del agua es escasa, no hay datos publicados acerca de si el agua salada afecta o no a la salud y a artefactos eléctricos como los calefones, si no tenemos información tomamos decisiones y llevamos adelante acciones con los datos que tenemos, sin mucho respaldo ni idea», afirmó. Entiende que este desconocimiento se refleja en el aumento en el uso de filtros domésticos por parte de la población, sin que esta sepa si esos filtros remueven del agua las sustancias que se requieren eliminar y cómo realizarle el mantenimiento adecuado. «Creo que trabajar a nivel institucional en ser más transparentes con la información, aporta», añadió.

Situación ambiental y salud
Kruk abordó la situación actual del agua vinculándola a la salud y resaltó que es una línea de investigación que vienen llevando adelante en forma conjunta con Facultad de Veterinaria, Facultad de Ciencias, otros servicios de la Udelar ubicados en territorios del CURE (Maldonado , Rocha y Treinta y Tres) y otras instituciones de investigación del país como el Instituto Clemente Estable. Sostuvo que no podemos pensar en agua sin pensar en salud y que el agua afecta a las personas en un sentido amplio, atentando contra áreas importantes de sus vidas como la recreación, la economía, las relaciones sociales, la posibilidad de disfrutar y ser feliz. Acotó que en este momento estamos atravesando una situación en la que, la pérdida de calidad de agua está afectando además directamente la salud física, aumentando la posibilidad de adquirir enfermedades. Señaló que esto es así porque la salud depende de la biología humana, del estilo de vida, del sistema sanitario pero además es muy fuertemente dependiente de la calidad ambiental y en particular de la calidad del agua. «Lo que ocurre hoy es que el sistema sanitario atiende a las personas, las trata, les da remedios, las cura, pero luego vuelven a donde viven y en especial las más vulnerables son las más afectadas por la pérdida de la calidad ambiental, no tienen una buena alimentación, no viven en lugares adecuados, viven en sistemas contaminados y ahora además no tienen la capacidad económica de acceder a agua potable de buena calidad», planteó.

Para Kruk otra de las carencias actuales asociadas a las problemáticas de este vínculo entre salud y calidad ambiental es que en el país no existe un adecuado sistema de vigilancia, un estudio epidemiológico que explique cuáles son las causas por las que nos enfermamos y morimos en Uruguay. En los estudios realizados en el país antes de la pandemia se identificaba como principales causas de enfermedad las afecciones cardiovasculares y el cáncer pero un alto porcentaje de muertes no tenían explicación, especialmente en los sectores económicamente más desfavorecidos. «Cuántas de estas enfermedades o muertes están asociadas a factores ambientales, seguramente muchas pero al no existir estudios no podemos saber cómo o por qué», afirmó.

Apuntó que hoy estamos atravesando una crisis hídrica pero es posible que también estemos transcurriendo una crisis sanitaria, ya que no tenemos agua de buena calidad para tomar. La calidad del agua y su vínculo con la salud están afectados por los modelos de producción, por el sistema de atención en salud, por la pérdida de calidad de los sistemas acuáticos y por la gestión del agua y sus relaciones con la salud y la producción, que se desarrolla en este marco. En este sentido recordó que todas las actividades que se realizan en las cuencas llegan a los cuerpos de agua y de allí a las canillas de las casas, y se manifiestan en forma de baja cantidad y/o calidad. Añadió que a esto se suma que alrededor del 80% del agua en Uruguay se utiliza para el sector agropecuario, lo que afecta la cantidad del agua potable que llega a las personas.

En cuanto a las vías de contaminación del agua señaló que algunas son de larga data como la contaminación por materias fecales, otras más recientes como los agroquímicos y las cianobacterias y en la actualidad se sumaron nuevas formas de producción como el hidrógeno verde, que posiblemente afecten el agua no solo en cantidad sino también en calidad. En este sentido afirmó que hoy estamos teniendo efectos directos en la salud por la pérdida de la calidad y cantidad del agua, efectos ecosistémicos directos vinculados a la pérdida de valores recreativos, culturales, patrimoniales y efectos indirectos relacionados con la pérdida de soberanía, un ejemplo de esto es el proyecto Neptuno que se propone instalar una obra en un río que recibe aguas de cuatro países en los que no podemos incidir para que manejen de una u otra manera su territorio.

Destacó que el monitoreo de estos efectos se realiza para evitar riesgos en la salud, se identifican niveles guía y se establecen porque por encima de ellos las probabilidades de riesgo de enfermarse y de morir son mayores y por debajo de estos niveles son riesgos a la salud que toleramos. «Actualmente lo que está sucediendo es que se están flexibilizando estos niveles, estamos permitiendo que más gente esté expuesta a estos riesgos», expresó. En cuanto a los objetivos del sistema de producción actual cuyos desechos son los principales causantes de la contaminación del agua, uno de los fundamentos que se utiliza es la posibilidad de generar alimentos para toda la humanidad. No obstante Kruk presentó datos que cuestionan este argumento: «En Uruguay estamos produciendo alimentos para 30 millones de personas y tenemos una prevalencia de desnutrición crónica del 4 a 5%, un retraso del crecimiento del 4,7% y una prevalencia de inseguridad alimentaria grave del 7%», afirmó.

«Crisis de gestión de recursos»
Achkar sostuvo que quizás sería más adecuado que hablar de crisis hídrica, definirla como una crisis de gestión de los recursos de los territorios. Señaló que «especialmente en la cuenca del río Santa Lucía se está llevando adelante una serie de acciones a lo largo del tiempo que generan una sumatoria de problemas que luego nos enfrentan a situaciones como ésta». Recordó que en 2013 a partir de un evento de problemas de calidad de agua que se registraron, se diseñó un paquete de 11 medidas para atender la situación del Río Santa Lucía. Acotó que «aunque estas medidas eran tímidas, parciales, iban en el sentido correcto, el de mejorar la gestión de la cuenca». Entre estas acciones destacó especialmente la que establecía una zona de amortiguación en las márgenes del río, en la que se regulaba la siembra y pastoreo, ya que se demostró su gran eficacia. Sin embargo apuntó que se ha registrado una gran lentitud en la aplicación de esta medida al igual que en las demás.

Achkar consideró que la situación actual de grave sequía no se revertirá inmediatamente luego que se normalice el nivel de lluvia sino que seguramente se requerirá un período de tiempo relativamente largo para llegar a situaciones de normalidad. Señaló que este episodio se hubiera podido prever, tal vez existen carencias para identificar el momento exacto en el que ésta iba a ocurrir pero hace tres años se sabía que se iba a dar un fenómeno severo de estas características y en agosto de 2022 sabían se venía un verano muy duro. Entiende que a pesar de contar con esa información como sociedad tuvimos dificultades para implementar medidas a tiempo, que podían dar buenos resultados.

Recordó que en agosto de 2022 investigadores de la Facultad de Ciencias y del CURE elaboraron y publicaron un manifiesto con el diagnóstico de situación del agua potable en el sur del país y se pusieron a disposición de las autoridades para elaborar soluciones operativas para atender la urgencia de la situación que se preveía. Destacó que la Udelar sigue trabajando en el tema, en la actualidad están desarrollando un proyecto del área científico tecnológica, que llevan adelante en conjunto el CURE, las facultades de Ciencias, de Ingeniería, de Ciencias Económicas y de Administración, de Arquitectura, Diseño y Urbanismo y de Veterinaria. El objetivo principal de este proyecto es contribuir a la implementación del plan de cuenca del río Santa Lucía e incluye el trabajo con los movimientos sociales y la ciudadanía para la monitorización de la cuenca.

Este proyecto tiene también los propósitos de formar y fortalecer los recursos humanos para atender esta problemática y de generar información de forma sostenida. En ese sentido señaló que hay información que se desconoce, por ejemplo se sabe que hay acuíferos debajo de la superficie de la cuenca pero se desconoce muchísimo el funcionamiento de esos acuíferos, su volumen, la cantidad de agua que se extrae de él, su dinámica, la calidad del agua que lo compone y la distribución espacial de la calidad de esta agua subterránea. Entiende que es necesario multiplicar las fuentes de potabilización del agua, lo que significa hacer un proceso contrario al que se ha llevado adelante, que ha sido abandonar fuentes de agua y concentrar la potabilización en Aguas Corrientes. Achkar reafirmó para concluir: «si no cambiamos la gestión que se realiza en la cuenca, vamos a enfrentarnos a situaciones como ésta cada vez con mayor frecuencia». «Los modelos nos indican que si no introducimos cambios reales estas situaciones van a ser cada vez más frecuentes y cada vez más intensas», sostuvo.

Página web de RETEMA

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