En la primera de las dos mesas de debate que se desarrollaron el 17 de agosto, titulada «Privatización de la educación superior en América Latina», participaron los docentes de la Udelar Cecilia Pereda, con la temática «Privatizaciones educativas en la experiencia de los docentes universitarios» y Nicolás Bentancur, quien abordó el tema «La privatización puertas adentro: lógicas competitivas y mecanismos de mercado en la toma de decisiones de la Udelar». La ponencia de cierre de esta primera parte del encuentro estuvo a cargo de Daniela Atairo, docente de la Universidad Nacional de la Plata, Argentina, quien expuso acerca de «la privatización de la Universidad Latinoamericana y los mecanismos de financiamiento como estrategia política». El integrante de la Mesa Ejecutiva de ADUR Nicolás Marrero, moderador de esta mesa, señaló que con esta actividad ADUR busca «cultivar la imaginación política para pensar alternativas y perspectivas de futuro para la Universidad y para el conjunto de la sociedad», en un contexto actual de recorte presupuestal acompañado de un conjunto de políticas de debilitamiento de lo público y de la educación pública.

Privatización educativa exógena y endógena

Pereda, egresada de la Facultad de Ciencias Sociales y docente de Facultad de Psicología de la Udelar, destacó que aunque las privatizaciones educativas son variadas, tienen un factor en común: en ellas se diluye progresivamente el sentido de lo común, de lo público y se postula al sector privado como una solución efectiva ante los problemas en el campo educativo. Distinguió dos tipos de privatizaciones: endógenas y exógenas. Las primeras tienen que ver con la incorporación de ideas, técnicas o prácticas del sector privado en la educación pública y las exógenas se vinculan a la participación directa del sector privado en la educación. Destacó la importancia de que los docentes piensen su práctica vinculada a este tema.  

En este sentido resaltó dos conceptos: las nociones de capitalismo académico y de sujeto académico neoliberal. La primera está vinculada con los mecanismos propios del mercado competitivo y con cómo son incorporados por parte de las universidades y los docentes hasta terminar funcionando como naturales. Algunos de estos mecanismos son: la competencia por la financiación de los proyectos, la excesiva demanda de publicaciones y de medición de rendimientos de los docentes y los temas vinculados a subvenciones y contratos. «Se propone entonces a través de estas prácticas la categoría de sujeto académico neoliberal, afectando así la subjetividad y la vida cotidiana de los docentes».

En cuanto a los efectos en la enseñanza, de la incorporación del capitalismo académico en las universidades, algunos autores que han trabajado el tema resaltan «cómo se va desplazando el régimen público del conocimiento y aprendizaje, de forma que el conocimiento ya no se valoriza como bien público al que la ciudadanía tendría derecho sino como un bien privado de apropiación y beneficios individuales». Otro de los aspectos que destacan es  «la orientación institucional hacia el gerencialismo y el emprendimiento en todos sus niveles, actividades y narrativas, sobre las ventajas de modernizar las universidades para tornarlas más eficaces y eficientes». Asimismo señalan la incorporación en el gobierno de las universidades de políticas de autogobierno que fomentan la individualidad y las prácticas de rendición de cuentas. Estas condiciones  «se constituyen en políticas neoliberales que auto responsabilizan al sujeto académico de sus éxitos y fracasos bajo lógicas neoliberales que son interiorizadas y que se ven por ejemplo en las evaluaciones».  

Tendencias privatizadoras a la interna de la Universidad

Bentancur, docente de la Facultad de Ciencias Sociales, resaltó que los procesos de privatización endógena están presentes hoy en varias universidades de América Latina incluyendo a la Udelar y que los docentes más jóvenes son los que están más expuestos a estas prácticas y por tanto a mayores niveles de ansiedad. Planteó la hipótesis de que estos mecanismos se han introducido en las universidades en parte «por la problemática drástica y crónica de la escasez de recursos y a la gran necesidad de racionalizarlos que aparece como consecuencia». 

Señaló cuatro tendencias que se dan en la universidad a causa de esta racionalización de recursos, una de ellas la competencia continua por fondos, entre áreas, servicios, departamentos y grupos de investigación de la Universidad. Otra de las tendencias es la contractualización de la gestión pública en la universidad, la idea de que los cargos permanentes, presupuestados, se cambien por contratos a término, que dejan a los docentes mucho más vulnerables por su inestabilidad laboral. La tercera tendencia se vincula con el fortalecimiento de los centros estratégicos, «descentralizo pero establezco metas a nivel central». En este sentido destacó que la Universidad ha avanzado muchísimo en la creación de organismos centrales pero el costo de esto es el recorte por falta de fondos, de los recursos para las unidades y los centros. 

La última tendencia  identificada por Bentancur es la evaluación sobre la que subrayó que «está en el corazón de todo, es el instrumento estratégico que se vincula con los tres anteriores». Mencionó los múltiples actores que intervienen en el sistema de evaluación actual: la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), la Comisión Central de Dedicación Total de la Udelar, las comisiones de evaluación de los Servicios de la Universidad y las numerosas entidades que tienen competencias de evaluación. «Este mecanismo de asignar recursos para programas, proyectos, creación de cargos, entre otros fines, a través de un procedimiento de evaluación, parte de un supuesto de que con capacidad técnica, con experticia, se puede distinguir claramente lo bueno y lo malo», afirmó. Para finalizar planteó que «aunque por supuesto, es necesario racionalizar el desarrollo universitario y nuestra vida académica requiere una mirada técnica y la institución políticas centrales, me pregunto si no se nos habrá ido la mano en esto».

Una mirada regional

Atairo se enfocó en la privatización exógena  desde una perspectiva regional.  Resaltó para comenzar que a nivel mundial se ha registrado en las dos últimas décadas una gran expansión de la matrícula estudiantil en las universidades y  América Latina es la región en la que este crecimiento ha sido mayor, con una tasa bruta de escolarización que superó levemente el 50%. No obstante entiende que estas tendencias positivas ocultan dos cuestiones importantes presentes en el período,  por un lado los altos grados de desigualdad que persisten entre los países y hacia el interior de cada uno de ellos y por otro, que este crecimiento se haya realizado en general a partir de la privatización de los sistemas de educación superior. 

«Las fuerzas  de las tendencias privatizadoras están muy presentes y asumen formas nuevas en América Latina, el panorama es el de una región hiper privatizada», sostuvo. En este sentido destacó que aunque en estas dos décadas la matrícula estudiantil ha crecido tanto en el sector educativo privado como en el público, la participación del sector público ha disminuído desde un 65, 9 % al 44,95 % en los últimos 25 años, invirtiendo la relación entre ambos sectores. En la actualidad, de cada 10 estudiantes en la región, más de la mitad  cursan estudios en instituciones de educación superior privadas. Este porcentaje varía en los distintos países de la región, entre 2018 y 2020, en Chile 84% de los estudiantes estudian en universidades privadas, le siguen Perú, Brasil y Puerto Rico con el 70% de los estudiantes cursando la educación superior en instituciones privadas. Mientras tanto Argentina, Bolivia y Uruguay  están en la franja del 30%, en el caso de Uruguay el porcentaje de estudiantes que cursan en universidades privadas es el menor de los tres y ronda el 9%. En Perú, República Dominicana, Colombia y Honduras, la educación superior privada ha ganado puntos de representación en este período. 

Destacó que en lo que se refiere al egreso, la situación es más preocupante aún, en 10 años el número de egresos de la educación superior en la región creció en más de un millón de personas, con un particular incremento de las personas graduadas en la modalidad a distancia, donde se destacan los estudiantes de los países Brasil, Honduras, Colombia, México y República Dominicana en los que esta modalidad de enseñanza  tiene una presencia importante. En este incremento el sector privado tuvo un rol central al expandir su participación en 4 puntos, si a partir del 2010 el sector privado aportaba el 56% de los egresos de la región, hoy aporta el 62% de los graduados. «En la actualidad de cada 10 estudiantes que egresan de instituciones de educación superior de la región, 6 lo hacen de universidades privadas», resaltó. Asimismo en cuanto a la oferta educativa, dos de cada tres instituciones de educación superior de la región son privadas.

La segunda mesa de la jornada, «Aportes programáticos hacia un sistema universitario público», contó con las ponencias de Yamila Solovsky, directora del Instituto de Estudios y Capacitación y secretaria de Relaciones Internacionales de la Federación Nacional de Docentes Universitarios de Argentina (CONADU), Marcelo Ubal, representante del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Tecnológica (SITUTEC), Cecilia Klein, del Sindicato de Docentes de Formación en Educación (SIDFE) y Agustín Cano, representante de ADUR. Mariana Achugar, docente Grado 5 del Instituto de Comunicación de la Facultad de Información y Comunicación, de la Udelar, fue la responsable de la coordinación de la mesa.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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