El seminario se enmarca en un ciclo de actividades organizadas y desarrolladas hasta diciembre de 2023 por la CUDH-Udelar en conjunto con diferentes instituciones y organizaciones, para invitar a la reflexión sobre el 75.° aniversario de la Declaración universal de derechos humanos, los 50 años del último golpe de Estado en Uruguay y las relaciones entre salud, ambiente y modelos productivos. En la actividad estuvieron presentes autoridades, estudiantes y docentes de la Udelar, así como jerarcas internacionales como la embajadora de Palestina en Uruguay Nadya Layla Rasheed.

Las ponencias estuvieron a cargo de la Relatora Especial sobre la situación de los derechos humanos en los territorios Palestinos ocupados desde 1967 de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para Palestina, Francesca Albanese, el profesor Michael Rothberg de la Universidad de California, Los Ángeles, Estados Unidos (UCLA), la especialista en diplomacia, Inés Abdel Razek y el coordinador de la Cátedra de estudios palestinos de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Gabriel Sivinian. La moderación del evento estuvo a cargo de la docente de la Udelar María José Brunetto y la interpretación se realizó con el apoyo de la carrera de Traductorado público de la Udelar, cuyo coordinador es el profesor Federico Brum, y con el trabajo de interpretación del docente Juan Ormaechea quien también supervisó a los cuatro estudiantes avanzados de la carrera, Victoria Zabala, Nimsi Delfino, Indira Álvarez y Celine Rueda,  que realizaron la traducción simultánea de inglés a español y de español a inglés durante la actividad. 

Violación del derecho de autodeterminación

Mariana Achugar, también docente de la Udelar y coordinadora de la CUDH-Udelar, fue la responsable de iniciar la jornada. «Estamos a 75 años  de la Declaración Internacional de Derechos Humanos, y también son 75 años del desplazamiento de refugiados palestinos y de la ocupación de territorios vulnerando los derechos de esa población», destacó Achugar. «Invitamos hoy a reflexionar sobre la situación palestina como un caso en el que la aspiración de la Declaración Internacional de Derechos Humanos de vivir con dignidad, libertad y justicia, sigue siendo un gran desafío», añadió. Destacó que esta situación ha estado desde su comienzo en la agenda de la ONU, y la Agencia de Refugiados Palestinos también tiene una larga trayectoria, data de 1949. «Este es un caso que desafía a estos organismos ya que la población palestina no goza aún de derechos humanos como el derecho a la autodeterminación, a la independencia, a la soberanía y a retornar a su tierra de la que fueron desplazados», afirmó. Señaló que la Udelar como universidad pública, comprometida con los problemas  sociales con el fin de construir una vida digna para todas y todos, tiene el mandato establecido en el artículo 2 de la Ley Orgánica, de buscar responder a temas de interés general para la comunidad. 

Albanese destacó que Palestina lleva más de un siglo en situación de invasión por parte de distintos gobiernos, primero estuvo bajo el dominio del Imperio Otomano, luego del Británico y desde hace 56 años, cuando se creó el Estado de Israel y este país reivindicó como suyas las zonas de Cisjordania y la franja de Gaza, estos territorios de Palestina han estado ocupados militarmente por Israel. Señaló que en Uruguay existe una tendencia de los medios a cubrir el conflicto entre ambas naciones sólo cuando se dan las llamadas escaladas de violencia, pero no se entiende la verdadera dimensión de este conflicto que implica «de un lado una potencia ocupadora, de otro un pueblo ocupado». 

Aclaró que la violencia en Palestina «no surge en ciclos, de forma similar a lo que sería la calma luego de la tormenta cuando las acciones violentas finalizan, la violencia es más bien un componente diario y estructural de la vida Palestina bajo ocupación». Subrayó que las ocupaciones israelíes en territorio palestino «son una franca violación del derecho internacional, comenzando por el artículo 49 de la Cuarta convención de Ginebra, al provocar el desplazamiento de civiles, habitantes del territorio ocupado». «Es necesario recordar que las colonias constituyen un crimen de guerra en sí mismas», añadió. 

La relatora recordó que en el primer informe de 2022 que entregó a la ONU, señalaba que la ocupación israelí viola el derecho a la autodeterminación que se manifiesta como el derecho a una ciudadanía plena de las personas que habitan todo el territorio palestino dentro o fuera de los territorios ocupados. La diferencia es que en las zonas ocupadas la vulneración del derecho a la autodeterminación del pueblo Palestino se manifiesta en la violación de sus cuatro componentes, dos de ellos la soberanía territorial y la soberanía sobre los recursos naturales, fundamental para el desarrollo de la economía palestina independiente. «Israel viola este derecho al extraer y explotar los recursos del territorio palestino para beneficio de sí mismo», afirmó. Otro de los componentes del derecho a la autodeterminación del pueblo palestino que, según sostiene Albanese, está siendo vulnerado por la ocupación israelí es la existencia cultural como pueblo, «Israel al apropiarse de estos territorios borra símbolos de la identidad palestina», indicó. El cuarto componente de este derecho vulnerado es la formación y expresión de la entidad política Palestina.

«Vulneración de los derechos fundamentales»

«La situación de Palestina a 75 años de la Declaración Universal de Derechos Humanos, da cuenta de una violación sistemática, metódica, crónica, cotidiana, de vulneración de los derechos fundamentales, tanto de las personas como del colectivo que conforma el pueblo de Palestina», sostuvo Sivinian. Añadió que los propios organismos de la ONU a través de los órganos principales que la integran, como la Corte internacional de Justicia, el Consejo de Seguridad, el Consejo Económico y Social, el Consejo de Derechos Humanos, la UNESCO, la Relatoría Especial sobre la situación de los derechos humanos en los territorios Palestinos, la Agencia de Refugiados Palestinos para el Cercano Oriente, la Oficina del Alto Comisionado de ONU para los derechos humanos, entre otros, sostienen esta misma perspectiva acerca de la ocupación israelí en Palestina.   

Sivinian destacó el año 1948 como momento que refleja el significado de esta ocupación para los palestinos. Ese momento, al que se conoce como «Nakba o catástrofe del pueblo Palestino», implicó que, entre 700.000 y 800.000 palestinos y palestinas fueron expulsados de su territorio, se cometieron 31 masacres colectivas, se destruyeron 530 aldeas y 10 ciudades, se confinó a los Palestinos a guetos, 8.000 Palestinos fueron encerrados en campos de concentración y condenados a trabajos forzados, se usurparon viviendas palestinas, se saquearon bienes y se confiscaron viviendas y comercios. 

Rothberg enfocó la temática desde el término «Apartheid» de Israel contra el pueblo Palestino, con el que cada vez más voces internacionales en derechos humanos, definen esta situación. Acotó que a pesar de este creciente consenso, el término Apartheid sigue siendo controvertido e incluso tabú en la mayoría de comunidades judías convencionales en todo el mundo. No obstante entiende que esta situación ha comenzado a cambiar y citó como ejemplo una carta que se escribió recientemente, redactada en Alemania con el título «El elefante en la habitación» y que firmaron numerosas personas en su mayoría judíos, muchos estudiosos del Holocausto y algunas figuras públicas de ese país. 

Esta carta, dirigida a los líderes de la comunidad judía norteamericana, les instó a «enfrentar el punto ciego de la ocupación y la opresión sistemática de los palestinos al considerar las amenazas de la democracia en Israel». El documento, que se elaboró en el marco de un movimiento de protesta israelí,  no se creó solo para apoyar este movimiento sino también «para abrazar la igualdad para judíos y palestinos dentro de la línea verde y en los territorios palestinos ocupados», puntualizó. Añadió que la carta también insta a los líderes judíos a apoyar a las organizaciones de derechos humanos que defienden a los palestinos y brindan información en tiempo real sobre la realidad vivida y el Apartheid.

Un proyecto colonial

«Desde 1948 se les niega a los palestinos el derecho a pertenecer, en su propia patria, en su propio país», expresó Razek. Resaltó la continuidad de la situación palestina, «un proyecto colonial que se perpetúa 75 años después, en principio por el movimiento sionista y luego por los distintos gobiernos israelíes de izquierda y de derecha a través de prácticas y políticas que tienen un mismo objetivo: controlar el máximo de tierra con el mínimo de palestinos». 

Señaló que muchas personas de distintas partes del mundo cuando analizan la situación palestina piensan que se trata de un conflicto entre religiones, entre pueblos que se odian, pero Palestina fue siempre una tierra multicultural donde conviven personas de diversas religiones. Para la embajadora, considerar a la religiosidad y la animosidad como las causas de este conflicto es un síntoma claro «de una situación política colonial y de injusticia».

Resaltó que la violencia que sufre el pueblo palestino no se traduce sólo en la represión militar y los asesinatos sino también «en la violencia burocrática y el control sobre los cuerpos y las mentes de los palestinos, que ejerce el régimen israelí». 

Fotos: Evelyn Chiribao, UCUR

 
 
 
 
 
 

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