En el intercambio entre los expositores estuvo el doctor Hugo Rodríguez, director del Departamento de Medicina Legal y Ciencias Forenses de la Facultad de Medicina, de la Universidad de la República y en esta ocasión además participó en representación del decano de Facultad de Medicina, Arturo Briva. Participaron también autoridades del Centro Hospitalario Pereira Rossell (CHPR), jefes y profesores de distintos servicios universitarios entre ellos el Departamento de Neonatología y la Cátedra de Neuropediatría del CHPR, las unidades académicas de Neonatología y de Psicomotricidad de la Facultad de Medicina en el Hospital de Clínicas Doctor Manuel Quintela (HC) y la Maternidad Universitaria del HC. Asimismo fueron parte de la actividad integrantes de otras instituciones como juzgados, la Fiscalía General de la Nación a través de la Unidad de Víctimas y Testigos y de organizaciones sociales como «El Abrojo», entre otros.También participó del intercambio la pediatra y diputada Cristina Lustemberg. 

Uno de los objetivos del Instituto al organizar este evento fue sensibilizar a los actores vinculados con la temática, acerca de esta problemática en todos los ciclos de vida, desde la gestación hasta la adolescencia porque, existen situaciones de vulneración de derechos o de violencia los que están sometidos niños, niñas y adolescentes, que independientemente de las particularidades o peculiaridades de la etapa vital en la que estos se encuentren, la transversalizan. Los organizadores apuntan a que a partir de este espacio de intercambio y reflexión surja un grupo de trabajo o comisión, que pueda a partir de esta instancia, realizar un seguimiento o monitorización de esta problemática y buscar estrategias de mejora para cada uno de los problemas que identifican en este proceso asistencial.

El encuentro se dividió en dos partes, en la primera de ellas responsables y profesores de los distintos servicios de la Facultad de Medicina realizaron una exposición de siete minutos cada uno brindando una perspectiva de la situación actual de la problemática desde su área de trabajo y presentando algún caso clínico que propiciara la reflexión posterior. En la segunda parte del evento se desarrolló un intercambio con la participación de los actores presentes en la jornada. 

Convertir la problemática en una prioridad política

Lustemberg resaltó la importancia de instancias como esta, no solo por el intercambio que permite acerca de la problemática de la violencia que sufren niños, niñas y adolescentes sino también por la gran variabilidad  de actores vinculados a la temática que se incluyeron. 

Entiende que el escaso avance que ha tenido la problemática en décadas refleja una gran falta de resolutividad al respecto y que cada uno de los actores vinculados con el tema desde su lugar debe cumplir su parte. No obstante afirmó que «esto se soluciona en el sistema político». «Si no te incorporas al sistema político, los temas de infancia no están en la agenda», añadió.

Señaló que en la actualidad junto a un equipo están trabajando en la Ley «Garantías a la primera infancia, infancia y adolescencia», porque entienden que el Estado, a diferencia de otras entidades, debe ser garante de derechos. Resaltó que en el marco del trabajo que emprendieron desde 2018 para elaborar esta ley tuvieron reuniones con los líderes de todos los partidos políticos y con el presidente de la República y encontraron en todos ellos «un desconocimiento absoluto de la situación de la infancia, que todos sabemos que pese a algunos indicadores, hoy está sobrediagnosticada». «A ningún político le importan los números en este país, a la hora de asignar recursos todos nos transformamos en burócratas de turno», acotó. Entiende que el país «debe dar un salto cualitativo en los temas de infancia». Señaló que en 2020 se registraron 24973 situaciones a través de oficios que ingresan a distintas instituciones entre ellas el Instituto del Niño, Niña y Adolescente del Uruguay. Destacó que en el año 2022 estas entradas fueron de 43.105, tuvieron por tanto un 73% de aumento y el problema se agrava día a día, «estamos llegando tarde para intervenir». «Falta la prioridad política en este país, es importante que ustedes también salgan a plantear esta problemática y a interpelar al sistema político», sostuvo.  

Destacó que en lo que se refiere al proyecto de Ley «Garantías a la primera infancia, infancia y adolescencia», lograron que todos los políticos la apoyen y que fuera aprobada en la Comisión, en unos días será votada en el plenario. Lo que intentan con el equipo que elaboró la Ley es mostrar los problemas de violencia que tiene el país, vinculados a infancia y adolescencia. Entiende que estos problemas no pueden ser abordados sólo desde la política partidaria, «hoy los niños no pueden ser rehenes de la micropolítica», expresó.   

Considera que tenemos dificultades porque no existe una estrategia única para abordar esta problemática. En este sentido la Ley que está en trámite en el parlamento no crea una institucionalidad nueva sino que convoca a que este tema sea una política de Estado, «hace que cada uno haga lo que tiene que hacer pero bajo una estrategia única, con acciones a corto, mediano y largo plazo y con un diseño del presupuesto, diferente». «Si se destina dinero pero no hay un diseño no vamos a resolver esto porque si la familia no tiene trabajo, no cuenta con atención de salud mental, los niños pobres no tienen acceso a educación inicial, el país no tiene  políticas de cuidados, no se puede solucionar», planteó. «Hoy existen 30.000 niños viviendo en emergencia habitacional por ejemplo y no hay una respuesta de vivienda en el año 2023 para estos niños», enfatizó.    

«Dejar de ser ciegos a este problema»

José Pedro Tarigo, profesor de la Clínica Ginecotológica «A» de la Facultad de Medicina de la Udelar, sostuvo que «la Facultad de Medicina es ciega a los problemas de violencia, el tema, aunque se trata en actividades puntuales en las que somos siempre los mismos, no se encuentra en su agenda». Añadió que en esta problemática «si nos centramos en la primera infancia estamos llegando tarde, hay que abordarla antes».  

«Es responsabilidad nuestra que la Facultad deje de ser ciega a estos problemas», expresó. Entiende que si desde los servicios no forman técnicos que tengan la capacidad de evaluar, discernir e identificar qué posibilidades tienen frente a las familias, que no sean solo ingresar a los niños o adolescentes porque tienen una orden de una institución o derivarlos a los distintos técnicos que aborden las diferentes problemáticas puntualmente, no van a lograr mejorar estas situaciones. Sostuvo que si no se plantea el tema  desde la Facultad como una problemática real que tiene que atravesar la currícula en todos sus niveles de formación, de grado, posgrado y de todas las diplomaturas, «vamos a estar destinados al fracaso». También resaltó que se hace mucho hincapié en la formación de las mujeres en el autocuidado frente a la violencia de género, sin embargo no hay ninguna disciplina que se enfoque en el varón y en la salud integral de este, a lo largo de su ciclo de vida.  

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