La donación de Roberto y Vania Markarian permitirá financiar en el marco del Programa de Becas de Fundación Ricaldoni, dos becas para docentes de Secundaria, dos becas para estudiantes de grado y dos para estudios de doctorado en Uruguay.

En el evento hicieron uso de la palabra el rector de la Udelar, Rodrigo Arim,  el decano de Facultad de Ingeniería (FING), Pablo Ezzati, el ex rector de la Universidad, Roberto Markarian y los docentes, Marcelo Fiori y Matilde Martínez. 

Ezzati destacó que Roberto Markarian fue su primer profesor de Álgebra lineal cuando ingresó a la Facultad, definió sus clases como «un espectáculo» y describió al docente como «muy ameno, que explicaba siempre de una manera descontracturada». Resaltó que en ese momento Markarian ya era sumamente prestigioso en el área matemática a nivel mundial y para sus alumnos, que recién ingresaban, era un orgullo que les diera clase. Asimismo les aportaba esa visión del docente con una trayectoria en su carrera, que contribuye al desarrollo científico tecnológico de un país y al mismo tiempo está colaborando en la enseñanza de las nuevas generaciones. «Siempre estuve agradecido de esas clases que fueron muy motivadoras», concluyó. 

Tres líneas de becas

Martínez, docente de Matemática de la FING destacó que las becas que se financiarán en este marco, irán dirigidas a estudiantes de grado de la Licenciatura en Matemáticas de la Facultad de Ciencias o la carrera de Ingeniería Físico-Matemática de la FING. También se solventarán becas para estudiantes de doctorado en Matemática y para docentes de enseñanza media pública que quieran cursar la maestría en Matemática. Definió estas prestaciones como «un instrumento fundamental por su gran poder transformador al abordar la formación de un docente, que no es la simple certificación y el otorgamiento de títulos, es el estudio y la profundización en la disciplina en este caso». Añadió que esta formación insume una cantidad enorme de tiempo, de esfuerzo y de concentración por parte de los  profesionales de la educación que ya hicieron su carrera y que deben ser remunerados como tales. «Es necesario una inversión, no alcanza con la buena voluntad ni con tener los proyectos», sostuvo. En ese sentido señaló que sería muy deseable que estas becas existieran a mayor escala y que fueran retomadas quizás por otros organismos o instituciones importantes. 

Otra de las novedades de estas becas es que entre los beneficiarios se incluyen a los estudiantes extranjeros no residentes en Uruguay, de doctorado en Matemática, lo que permitirá algo que consideran muy importante, traer al país estudiantes internacionales, que dinamizan la comunidad académica, prestigian el programa de posgrado y estrechan los vínculos de la Udelar con comunidades académicas del exterior. «Estamos en un momento en el que a casi 40 años de la salida democrática, la ciencia en el Uruguay ha pasado por un proceso de  restauración y de consolidación muy importante y nosotros y ofrecemos programas de maestría y doctorado en matemática que son excelentes», afirmó. «La mayoría de nosotros nos hemos formado en el exterior con becas que fueron otorgadas por otros países y este representa un primer paso en la salida de una lógica en la cual nosotros somos un país pobre, que tiene que recibir, a la de un país y una comunidad científica académicamente fuertes, que también tiene para dar», añadió.

Una maestría con trayectoria y evolución

Fiori, docente del Instituto de Matemática y Estadística Rafael Laguardia, coordinador de la Maestría en Ingeniería Matemática y consejero de la FING destacó que esa maestría tiene un par de décadas y vino a llenar un hueco en la formación de egresados y egresadas de Ingeniería que querían profundizar en los fundamentos y de Licenciatura en Matemática que quisieran aplicar esos conocimientos a un problema en particular.

Señaló que con el tiempo esto ha ido cambiando y hoy el posgrado tiene muchos estudiantes egresados de las Licenciaturas de Estadística y de Economía, de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración y de Formación Docente. Resaltó que el posgrado tiene algunas  materias más teóricas, que apuntan a que sus futuros egresados no vean a la matemática «como una herramienta funcional a las aplicaciones sino que como una disciplina que tiene interés en sí misma, y a profundizar los contenidos de matemática propiamente dicha que necesita también un docente para ayudar a otros a que aprendan estos conocimientos». 

Un apoyo importante a los egresados de formación docente

Roberto Markarian destacó que la iniciativa de la donación partió de su hija, Vania Markarian, al enterarse del monto de lo que sería la herencia de su padre. Vania le planteó su voluntad de que fueran utilizando desde ahora ese dinero en un fin que le interesara a ambos, después de lo cual llegaron muy rápido a esta idea. Fue así que Markarian hizo una consulta a seis o siete compañeros de la Facultad de Ciencias y de la Facultad de Ingeniería, que lo ayudaron mucho a orientar esta idea. Luego de pensar cómo se gestionaría la operación financiera de la donación, finalmente recibieron y aceptaron el ofrecimiento de la Fundación Ricaldoni para administrar este fondo sin que tenga la carga de gastos administrativos, o sea el monto de fondos de esta donación que reciba la Fundación será destinado a becas. 

Markarian subrayó también las posibilidades de formación que darían estas becas a profesores de secundaria. «He convivido cuando a través de mi trabajo como matemático y divulgador de la disciplina  con muchos docentes secundarios que quieren estudiar más y el hecho de dictar 40 o 50 horas de clase sumado al tiempo que les insume las correcciones, se los impide», afirmó.  Señaló que por eso un apoyo económico a estos docentes es fundamental porque «no se puede estudiar matemática en profundidad sin dedicarle un tiempo largo».

«Un camino totalmente pertinente»

Arim agradeció a Roberto y a Vania Markarian por «la generosidad latente y presente y por la actitud de crear algo nuevo, una iniciativa de estas características». «El hecho de que estemos en una instancia de estas características señalando que hay una persona con una trayectoria académica acumulada en un área de disciplinar particular, que usa sus recursos para sostener el estudio a nivel de grado y de posgrado es claramente, no habitual en Uruguay», afirmó. Manifestó su esperanza de que esta iniciativa produjera que otros actores personales tomaran una decisión similar, pero principalmente aquellos que tienen una responsabilidad central instrumental de diseñar políticas públicas, fundamentalmente el Estado. 

«A Uruguay le faltan varias capas de política en ciencia, en tecnología y educación superior», añadió. Señaló que el país tiene una cantidad de ventajas, entre ellas que cuenta con educación superior gratuita en la mayor parte de sus ofertas de posgrado y aunque esto existe en el mundo, no con el nivel de generalidad en la que se da en la Universidad de la República. «Sin embargo, no existen en el país instrumentos que intenten cautivar la atención de los estudiantes destacados en la región que puedan ver en Uruguay un motivo interesante para venir a radicarse y estoy seguro que no es la ausencia de masa crítica el problema, sino que muchas veces es la falta de instrumentos políticos que nos permitan hacer atractivo al país», enfatizó. Resaltó que a Uruguay le faltan otras herramientas con las que  tampoco cuenta la región, son aquellos que intenten financiar plataformas de investigación colaborativas entre instituciones y universidades de forma permanente en la región como existen en otras latitudes, «pero este es un camino totalmente pertinente que tenemos que recorrer».

Arim entiende que esta iniciativa de Roberto y Vania Markarian, a la vez de ser un acto de generosidad individual, «señala una carencia colectiva como sociedad y es parte de lo que debemos poder marcar como Universidad, como institución y como colectivos académicos en distintas áreas del conocimiento». «Importa que esto se desarrolle, importa darle continuidad en el tiempo a estas iniciativas», subrayó Arim. «Estar en esta mesa en la Facultad de Ingeniería, recibiendo y aceptando una donación que implica la instrumentación de un llamado a becas pensadas a tres niveles distintos, con tres objetivos de políticas distintos, no solo muestra una gran generosidad sino la capacidad de innovar y de pensar y diseñar instrumentos de esta naturaleza a través de recursos propios», concluyó el rector de la Udelar.

 
 
 
 
 
 

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