La instancia se enmarca en la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado y de la intervención de la Udelar, llevada adelante por el gobierno cívico militar el 28 de octubre de 1973. En la presentación participaron el rector de la Udelar, Rodrigo Arim, quien escribió el prólogo del libro; la historiadora Vania Markarian, editora de libro y responsable del Área de Investigación Histórica del AGU; los historiadores de la Udelar Álvaro Rico y Gerardo Caetano; y el investigador de la Universidad Federal de Minas Gerais, Brasil, Rodrigo Patto, que ha trabajado sobre la temática del régimen autoritario en su país y las universidades brasileñas durante el período dictatorial. La moderadora del evento fue la investigadora del AGU, María Eugenia Jung. 

Cuadros negros

Arim señaló una paradoja en la forma en que la Universidad recuerda la etapa de intervención: observó que a semejanza de lo que ocurre en las Facultades, en el Rectorado existe una galería de retratos y fotografías que homenajean a los rectores desde 1949 y al llegar a 1973 hay un cuadro en negro con una fecha que señala el período de la intervención. Luego de este cuadro se acumulan más retratos como «una especie de vuelta al punto de partida». 

El rector entiende que en esta simbología, más allá de explicitar el rechazo a la intervención y negar cualquier vestigio de reconocimiento de los interventores, «como corresponde a esta Universidad autogobernada, cogobernada, que además reivindica a las víctimas de la represión», el cuadro negro «transmite algo que no es correcto y es disfuncional al desarrollo de pensamiento crítico sobre la propia Universidad: un inmovilismo o ausencia de cambio». Señaló que ninguno de los actores universitarios asume que la dictadura congeló a la Universidad y que en la transición democrática simplemente retomó su historia, pero en los intercambios actuales en el ámbito del gobierno de la Udelar no suelen mencionarse las consecuencias académicas de la dictadura. «Las herencias existen, tuvieron consecuencias y las tienen hoy sobre la senda que recorrimos y las que podríamos o no recorrer en el futuro», afirmó Arim.

Añadió que falta reflexionar en la Universidad sobre las implicancias de la dictadura en las sendas recorridas posteriormente por la institución, las que este período habilitó y aquellas que bloqueó o dificultó. Resaltó la pertinencia de que la Universidad indague y conozca más sobre el dolor y la tragedia, la cárcel, la tortura el exilio y la muerte. «No es de extrañar que nuestras conmemoraciones se centren en apuntalar la memoria y también la resistencia, una de esas expresiones más luminosas es la movilización estudiantil durante la transición», expresó. Por todo ello finalizó con un reconocimiento a las y los investigadores del AGU, «a quienes hoy producen desde el Archivo y a quienes estuvieron en su gestación y consolidación como espacio universitario».

«Un material que habla por sí mismo»

Rico celebró las numerosas actividades que se llevaron adelante desde la Udelar y sus facultades e institutos, en el marco de los 50 años del golpe de Estado. La Universidad «ha acumulado un conocimiento digno para volcar a la sociedad y ha convertido el “Nunca más” en un compromiso, en una denuncia, pero también en una reflexión muy fértil», expresó. En este sentido resaltó el papel del AGU no sólo por su trabajo en esta publicación y en el marco de la conmemoración de los 50 años de la dictadura, sino por el que lleva adelante desde hace años, en pro de la reconstrucción de la memoria institucional y de los universitarios. 

Destacó que este libro es un trabajo colectivo que «habla por sí mismo de manera muy ordenada e insistiendo sobre varios puntos de referencia compartidos». Subrayó asimismo que los autores no realizan una reconstrucción de la dictadura en un sentido descriptivo, solamente a partir de la sucesión de políticas autoritarias llevadas adelante por la intervención, ni tampoco se centran en la represión, sino que reflexionan sobre las políticas universitarias de la dictadura, «¿cuáles fueron los centros de atención de la misma, las tensiones internas en su aplicación, sus logros parciales, sus fracasos, la viabilidad, las resistencias?». 

Agregó que la obra también analiza las corrientes de pensamiento que pudieron sustentar parte de esas políticas, los apoyos de organismos internacionales, la relación entre las políticas universitarias y las de carácter más general de la dictadura, su relación con las propuestas de derecha y conservadoras en las décadas precedentes de los 50 y 60. La reconstrucción del pensamiento conservador en la Universidad y en otros ámbitos es necesaria para compensar la idea tan arraigada de que la sociedad uruguaya es excepcional, tolerante y negociadora, para incluir otras dimensiones del pensamiento y de las prácticas políticas «que van en dirección totalmente contraria, pero que no son otro Uruguay sino que son este Uruguay», indicó Rico. La obra incluye asimismo un análisis de casos, entre ellos las políticas comunicacionales audiovisuales y las resistencias del movimiento estudiantil en el proceso de transición a la democracia y de reorganización, señaló. 

«El libro importa porque la Universidad es un ámbito institucional en el que se ejerció fundamentalmente el poder civil de la dictadura cívico militar», un régimen político híbrido o compartido que supuso una división de trabajo, «la Universidad es un ámbito privilegiado para ese comportamiento de los civiles en las distintas jerarquías docentes y también funcionariales que sostuvieron la Universidad intervenida», sostuvo. Añadió que la Universidad también es un ámbito privilegiado para las políticas clientelistas y centradas en el prestigio, que quizás formaron parte de la base social, o del consenso cultural que la dictadura forjó en distintos ámbitos de la sociedad. «La obra asimismo analiza la adaptabilidad de las personas durante la dictadura, el conformismo, el mirar para el costado, el sobrevivir, el no te metas, por consiguiente el libro deja muchas preguntas planteadas», concluyó. 

Un libro «muy necesario» 

Caetano destacó que este es un libro «que era muy necesario, que faltaba». Además definió como «muy impresionante» que no fuera hasta 2015 que se realizara una investigación sobre la Universidad intervenida, a cargo de Vania Markarian, que durante bastante tiempo fue la única referencia en este aspecto de la temática. Resaltó que comparte la disconformidad intelectual y política que se refleja en la obra acerca de la reflexión y las investigaciones en torno a la dictadura realizadas hasta hoy: La conmemoración de los 50 años puso de manifiesto que falta muchísimo por trabajar acerca del tema y por eso este libro es una apuesta «muy bienvenida», indicó. Resaltó que a lo largo de la obra se articulan cuestiones muy importantes, entre ellas el andamiaje represivo que tuvo la Universidad intervenida y los intentos de reforma que se dieron en este período. Afirmó que «las dictaduras no son momentos en donde desaparece la política» sino que persiste y es muy importante analizarla; entre otras cosas, porque este análisis revela «ese otro país que no terminó con la dictadura, que ya existía y todavía está» y habilita a «una reflexión que rompe en buena medida con esa autoimagen que tanto mal nos hace, de isla de excepción, de un espejo siempre virtuoso, que no es real». 

Señaló que las numerosas acciones «absolutamente terribles» que se cometieron durante la dictadura, no se asocian solamente con la represión sino también «con un proyecto de Universidad», autoritario y nacionalista, que tuvo respaldos diversos y que contó con el apoyo de civiles. «Casi 40 años después del fin de la dictadura y 50 años después de la intervención de la Universidad, muchos de esos proyectos persisten», afirmó.  Entiende que por ello el libro es un estímulo para repensar la Udelar, «una Universidad que fiel a su tradición debe vivir siempre en la reforma y a través de la reforma, que nunca terminará de construirse de una vez y para siempre». Caetano señaló algunos puntos muy interesantes de la investigación, todos «profundamente documentados y desarrollados en base a preguntas sumamente interpelantes», entre ellos el nombre de los asesores universitarios durante este período, «alguno de ellos me sorprendió, los pensaba en otro bando», afirmó. 

Otro de los puntos del libro que resalta el historiador es el que aborda la ideología educativa de la dictadura en los ámbitos universitarios. Respecto al desarrollo de los cónclaves gubernamentales desde 1973 a 1981, subvalorados hasta el momento, señaló que el libro revela cómo contribuyeron a la normalización autoritaria, según las visiones de desarrollo y la despolitización que planteaba la dictadura. También destacó la relación de documentales y cortos que presenta la obra y que marcan una orientación de la dictadura en cuanto a un proyecto cultural, así como también la perspectiva regional e internacional que se incorpora a lo largo del libro al abordar la temática.

«Construir miradas más amplias» 

Patto agradeció y celebró la invitación a participar del evento y recordó que los vínculos de trabajo que tiene con el AGU llevan ya una década. Resaltó la importancia de la temática y de las conmemoraciones que se llevan a cabo durante el 2023 en Uruguay y Chile. Asimismo recordó que en 2024 Brasil conmemorará los 60 años del inicio de su dictadura, la que se considera que inauguró el ciclo de golpes militares en Latinoamérica. Lamentó que la relevancia de estos períodos golpistas se viera incrementada en los últimos años debido a la expansión del activismo público de las fuerzas autoritarias de derecha, «que en parte son nostálgicas de las dictaduras militares y por eso las mantienen vivas en nuestro presente». 

El investigador brasileño indicó que estudió las dictaduras latinoamericanas para entender el golpe de Estado en Brasil. Entiende que el abordaje de la temática con una perspectiva comparada regional es importante porque ayuda a producir un conocimiento más amplio sobre las tendencias generales de las fuerzas transnacionales que afectan a la región y la conectan con el mundo. Al mismo tiempo estas perspectivas pueden permitir una mejor comprensión de los casos nacionales y sus peculiaridades, sostuvo. Destacó que las dictaduras de Brasil y Uruguay tuvieron similitudes, entre ellas que fueron los países de Latinoamérica donde se dio la asociación más intensa entre militares y civiles, «que trabajaron juntos para la construcción del Estado autoritario». Entiende que el tema de las universidades bajo el régimen de dictadura representa otro campo muy interesante para aplicar las perspectivas transnacionales y «este libro nos ofrece indicaciones importantes en esta dirección de construir miradas más amplias». 

Markarian, quien fue la responsable de cerrar la presentación, manifestó la alegría del equipo del AGU «por esta instancia de celebración y de esfuerzo finalizado» y agradeció a todos los que colaboraron con este trabajo, que se enmarca en un esfuerzo que el AGU realiza desde su fundación. En ese sentido resaltó el trabajo de las investigadoras impulsoras del AGU, Blanca Paris y Alicia Casas. 

Señaló que este libro recopila material que ya fue publicado en revistas y que fue reunido para marcar la fecha e intentar impulsar una agenda de investigación. Entiende que estas investigaciones abordan aspectos de la temática que no habían sido enfocados, el impacto de los proyectos del régimen dictatorial en el ámbito universitario: «el trabajo del AGU tiene como como principal objetivo enfrentar ese lugar oscuro, mirarlo de frente, reflexionar acerca de por qué tenemos ese cuadro negro en el Rectorado, qué quiere decir y qué podríamos poner en su lugar». A 50 años del golpe de Estado «como dijera un famoso historiador francés, ha llegado el tiempo de hacerle al pasado preguntas que los contemporáneos ni siquiera imaginaron», «Nunca más dictadura», concluyó.  

La obra

El libro cuenta con cinco capítulos, cada uno de los cuales es de autoría de uno de los investigadores o investigadoras del AGU: «La Universidad intervenida. Cambios y permanencias de la educación superior uruguaya durante la última dictadura», de Vania Markarian, «La política educativa de la dictadura en los cónclaves gubernamentales (1973-1981)», de Lucas D’Avenia; «La dictadura uruguaya ante los desafíos de la modernización de la Universidad de la República», de María Eugenia Jung; «Cine, Universidad y política audiovisual. El departamento de medios técnicos de comunicación de la Universidad de la República (1973-1980)», de Isabel Wschebor; y «En suspenso. Los estudiantes movilizados en la transición democrática», de Gabriela González. Finalmente, el libro incluye una serie de documentos que han sido consultados por las y los autores, tales como el Decreto de intervención de la Udelar; el Sumario de varios docentes universitarios, de enero-febrero de 1974; anuncios y volantes sobre la Semana del Estudiante, de julio y setiembre de 1983. La publicación estuvo a cargo de Ediciones Universitarias.

El libro se encuentra a la venta en el Servicio de Atención Central de la Udelar (Av. 18 de Julio 1824, hall central). Contacto: teléfonos 2408 2566 y 2408 9574, informacion@udelar.edu.uy

Fotos: Evelyn Chiribao, UCUR

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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