En 2021 el Portal de la Udelar dialogó acerca de cambio climático con Marcelo Barreiro, docente investigador de la Universidad de la República (Udelar) y uno de los expertos integrantes del WG1 (Grupo de Trabajo 1), que realizó en aquel momento el Informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPPC), que funciona en la órbita de la ONU.

Barreiro señaló que el objetivo del IPPC es revisar toda la literatura que existe sobre el tema para evaluar que es lo que se conoce acerca del clima y en particular sobre el cambio climático. Barreiro, quien forma parte del del Departamento de Ciencias de la Atmósfera del Instituto de Física de la Facultad de Ciencias de la Udelar y es integrante del PEDECIBA Geociencias, es autor principal del capítulo del Informe que aborda la influencia humana en el sistema climático. Explicó que cuando cuando los investigadores hablan de cambio climático se refieren a cambios generados por la acción humana. Asimismo cuando se identifica un cambio climático se hace referencia a variaciones que se mantienen por lo menos durante treinta años.

Un problema que va en aumento

Observó que si se presta atención a la evolución de los Informes, en los últimos cinco o seis se detecta que la seguridad con la que se afirma que la acción humana ha ido cambiando el clima o la probabilidad que se le asigna a este factor como desencadenante del cambio climático, fue en aumento. En el quinto informe, el anterior al publicado en 2021, se concluía que era muy probable que desde 1950 a la fecha el calentamiento observado se debiera fundamentalmente a la acción humana. Mientras tanto el informe de 2021 es el primero que dice que el calentamiento observado desde la época preindustrial (desde 1850 aproximadamente) a la fecha, «ha sido generado por el hombre en forma indiscutible» y da un nivel de confianza más alto en el sentido de concluir que es el ser humano el que ha calentado el clima en 1,1 grado Celsius desde la época preindustrial. Barreiro entiende que este nivel de seguridad fue posible por dos condiciones, por un lado porque en los últimos 10 años el calentamiento fue muy marcado con lo que la tendencia quedó también mucho más clara y por otro que el conocimiento acerca del sistema climático y cómo funciona, cada día es mayor.

Entiende que existen una serie de indicadores del sistema climático que no incluyen sólo a la temperatura, «que nos indican que no hay otra forma de explicar el cambio climático si no se toma en cuenta la acción humana». Añadió que las líneas de evidencia que los investigadores utilizan para llegar a esta conclusión provienen de tres fuentes, una se alimenta de datos o registros observados de distintas variables que se estudian como la temperatura media global terrestre. Otra proviene de registros paleoclimáticos que realizan los paleoclimatólogos que se dedican a entender cómo eran los climas pasados de miles y millones de años atrás. La tercer línea de evidencia son los modelos climáticos, modelos matemáticos que resuelven a través de computadoras las ecuaciones que gobiernan el sistema climático. Estos se componen de cuatro modelos, uno para la atmósfera que es muy similar al que se aplica para los pronósticos del tiempo, otro para el océano que se usa para predecir las corrientes oceánicas, el de los comportamientos de los hielos, particularmente los oceánicos, y el de la vegetación, del comportamiento de los ríos y continentes.

Con estos modelos los investigadores hacen un experimento numérico a través del cual buscan reproducir el aumento en la temperatura media global de la tierra, a partir de dos simulaciones. En una de ellas solo se incluyen los cambios de la radiación solar y de los volcanes y observan si con eso pueden reproducir el aumento de temperatura. En la otra simulación agregan a estos dos factores las emisiones de gases por el efecto invernadero causada por los humanos y de aerosoles, partículas líquidas y sólidas que se emiten a partir de la actividad industrial. Lo que observan con este experimento es que el calentamiento observado se puede reproducir unicamente con la segunda simulación en la que se incluyen las emisiones humanas.

Repercusiones

Barreiro resaltó que si aumenta la temperatura los investigadores esperan que haya otros cambios como que se descongelen los glaciares, en particular los de montaña que son muy sensibles al cambio climático porque son relativamente pequeños, la acumulación y derretimiento de la nieve, entre otros. En este sentido indicó que se ha visto un retroceso de los glaciares a nivel global, lo que provoca que el agua que se desprende de ellos termine en los ríos y océanos y es una de las contribuciones en el aumento del nivel del mar.

El otro hecho esperable por los investigadores con el aumento de temperatura es el calentamiento del océano lo que causa que este se expanda, que la columna de agua aumente y en consecuencia se eleva el nivel del mar. «El nivel del mar es una de las variables que viene aumentando de forma indiscutible, en las últimas décadas a razón de 3 a 4 milímetros por año», acotó Barreiro. Añadió que además ese ritmo de crecimiento se fue acelerando, al principio del siglo XX, el nivel del mar aumentaba un milímetro por año, más adelante dos, hasta llegar a los casi cuatro milímetros por año, crecimiento que presenta en la actualidad.

Explicó que las emisiones de gases por la acción humana causan cambio climático a través de efectos contrarios, la emisión de gases causantes del efecto invernadero, principalmente dióxido de carbono y metano, tiende a calentar el clima, entretanto los aerosoles tienden a enfriarlo. «El calentamiento que se registra el día de hoy es el resultado de un efecto menos el otro, el calentamiento de los gases de efecto invernadero es mayor que el enfriamiento debido a los aerosoles», afirmó.

En cuanto a las variaciones que se observan a raíz del cambio climático, señaló que el aumento de temperatura se registra en todos los lugares del planeta, en algunas zonas es mayor que en otras. Indicó que en Uruguay en los últimos 50 o 60 años la temperatura aumentó un promedio de1 grado, un aumento similar al que se registró en todo el planeta. Acotó que no obstante en regiones del hemisferio norte como Rusia, el norte de Europa y Canadá, el aumento fue de entre 2 y 3 grados. Añadió que los aumentos de temperatura provocan una mayor frecuencia de eventos de calor, temperaturas extremas, «un aumento del promedio de temperatura viene acompañado de un aumento en los extremos cálidos y una disminución, en los extremos fríos», expresó Barreiro.

Observó que con las lluvias se da una situación diferente a la que se plantea con la temperatura. En algunas regiones del planeta llueve más y en otras llueve menos que antes, con el cambio climático cambia la distribución de las lluvias a nivel global. «Donde antes llovía, llueve más y donde llovía poco llueve menos», indicó. El contraste entre las regiones del planeta más secas y las más húmedas, se ha vuelto más intenso. En Uruguay que es una región que ha tenido siempre un caudal importante de lluvias, en los últimos 50 o 60 años el nivel anual de lluvia es mayor.

En lo que se refiere a los umbrales de calentamiento global que indicarían un riesgo para la habitabilidad del planeta, expresó que «estos se definen políticamente», como con el «Acuerdo país». Este es un acuerdo político entre los gobiernos para evitar llegar al fin del siglo XXI con un promedio de calentamiento global de la tierra, de 2 ° C y si es posible no pasar el 1,5 ° C. «No hay un umbral que sea mágico», expresó. Acotó que el 1,5 ° C es un promedio cercano al que se registra hoy (en la actualidad este promedio está en 1,1 ° C). Se ha encontrado que existe una relación entre el aumento de temperatura y el acumulado de emisiones de gases efecto invernadero, los investigadores concluyen que si el planeta continúa al mismo ritmo de acumulación de estos gases en la atmósfera, que lleva hasta hoy, en cerca de 10 años llegaría a 1,5°C de calentamiento.

Escenarios posibles

Barreiro explicó que el estudio de los posibles escenarios para el planeta frente a estos umbrales, es la novedad que introduce este IPPC con respecto a los anteriores. En el Informe se plantea, ante la eventualidad de llegar a 1.5° C de calentamiento global, cómo van a cambiar los eventos extremos y si se llega a 2° C, cómo se modificarán estos. Añadió que estos escenarios son una forma de poder explicar esto claramente a los actores políticos y al público en general y de mostrar gráficamente que es lo que se esperaría si se continúa aumentando la temperatura media global. Plantean por ejemplo que si en una región ocurre un evento climático como una ola de calor, una vez cada 10 años, cuando la temperatura global aumenta cerca de 1° por encima de la actual, ese evento va a ocurrir tres veces cada 10 años. Además ese suceso va a ser aproximadamente 1° más intenso de lo que era antes de ese aumento del calentamiento. Si se pasa a un aumento de 4° del calentamiento global, el evento va a ser alrededor de 10 veces más probable, y 5° a 6° más intenso de lo que es hoy.

Indicó que los escenarios que plantea el IPPC se construyen a partir de la combinación de dos elementos, el primero de ellos un componente vinculado a lo socio económico de cómo va a evolucionar la sociedad. En este componente se presentan cinco escenarios, el 1 y el 5 son dos escenarios optimistas ya que plantean un desarrollo humano muy bueno, instituciones políticas fuertes y educación para todos. La diferencia es que en el escenario 1 en el planeta se da una transición hacia una economía sustentable, de poca emisión de gases de efecto invernadero, basada en energías renovables y en el escenario 5 el desarrollo humano está basado en la «quema de combustibles fósiles hasta que se terminen». Estos escenarios, desde el punto de vista humano quizás son equivalentes pero desde el aspecto climático son opuestos. Los escenarios 2, 3 y cuatro, son intermedios a los dos anteriores.

Destacó que el IPPC estudia, frente a estos escenarios, qué tan grandes van a ser los cambios y concluye que «cuánto mayor es el uso de combustibles fósiles por parte de la sociedad, los cambios climáticos son mayores», afirmó. En ese sentido uno de los resultados a los que llega el Informe, es que si se quiere limitar el calentamiento global a 1,5 ° C para fin del siglo XXI, el planeta tiene que enfocarse en el escenario 1, de forma que para el año 2050 la economía mundial tenga una emisión de carbono neta a la atmósfera de 0. «Descarbonizar la economía es la única forma de mantenernos en el acuerdo país de 1,5° de calentamiento para el fin del siglo XXI», sostuvo. Aclaró que existe un pequeño margen en la emisión de carbono, se puede emitir una pequeña cantidad pero el planeta debe ser capaz de absorberla. Al día de hoy no existe una tecnología que permita absorber a gran escala el dióxido de carbono que se está emitiendo, por tanto la única salida es comenzar a emitir menos.

Cambios previstos a nivel local

El informe aborda las repercusiones y estimaciones a futuro a raíz del cambio climático, a nivel global y a nivel regional. En lo que se refiere a Uruguay, el nivel anual de lluvias aumentó un 20% y se da la particularidad de que en invierno se registra una tendencia a que llueva menos, en particular en el norte del país, de lo que llovía en décadas anteriores y en primavera, otoño y verano, llueve más. Se ha visto un aumento de entre un 5 y un 10% de eventos extremos de lluvia. En cuanto a los pronósticos a futuro para Uruguay, Barreiro señaló que trabajaron en este aspecto en el marco de convenios que tuvo la Facultad de Ciencias con el Ministerio de Vivienda Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, entre otros organismos, en los proyectos del Plan Nacional de Adaptación en Costas y el Plan Nacional de Adaptación en Ciudades. En esos trabajos concluyeron que en el caso de las lluvias en Uruguay se prevén a futuro aumentos de las lluvias en todo el país, fundamentalmente en otoño y en verano. Mientras tanto en invierno no se esperan cambios grandes en el nivel de lluvias en el territorio nacional y en primavera una disminución de las lluvias en el sur del país. En cuanto a la temperatura, Barreiro señaló que al igual que en el resto del planeta, en Uruguay va a seguir aumentando y este aumento será mayor cuanto más grande sea la emisión de gases de efecto invernadero. En un escenario intermedio como el 2, de los cinco que plantea el IPPC, se estima que la temperatura aumente 2°, mientras que en un escenario como el 5, de mayor consumo de combustibles fósiles, el aumento llegaría a cerca de 4°. Aclaró que el clima de Uruguay cambia no sólo por la emisiones de gases de efecto invernadero del país sino por las que se emiten en todo el planeta, «a nivel climático no hay fronteras», apuntó.

En cuanto al nivel del mar en la costa, en Uruguay este aumentó alrededor de 20 centímetros en 100 años y se prevé que este aumento continúe “por las próximas décadas y siglos”. Añadió que además el nivel del mar tiene una inercia muy grande porque el 90% de toda la energía que está quedando atrapada en el sistema climático por el aumento de los gases de efecto invernadero, lo absorbe el océano. El aumento del calentamiento de los océanos que provoca la expansión y por ende el crecimiento del nivel del mar, «no hay forma de pararlo, podes hacer que sea el mínimo posible pero toda la energía que ya absorbió el océano, que la va a usar para calentarse, no hay forma de pararlo», planteó.

«Esto implica que el cambio global en la forma de producción ya debería haber comenzado», concluyó Barreiro. «Treinta años es poquito, está a la vuelta de la esquina», expresó.

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