|
Mujeres en la Udelar que superan desafíos
En el período 2015-2022 del total de estudiantes activos en la Facultad de Ingeniería (Fing) de la Universidad de la República (Udelar), 23,6 % eran mujeres y 76,4 % hombres. Si se analiza el número de docentes de la Facultad por género, se registra en ese período una proporción similar, 75% mujeres y 25% varones. En el marco del 8M Día Internacional de la Mujer, el Portal de la Udelar dialogó con Anyela Molina, recientemente egresada de la carrera ingeniería civil y actualmente cursando la maestría en ingeniería estructural de la Fing.
Cuando cursaba el bachillerato en Castillos, en el departamento de Rocha y se le planteó la disyuntiva de qué carrera seguir, no tenía una opción clara, sabía que debía elegir entre áreas que implicaran manejo de números ya que tenía afinidad en esa materia pero no tuvo una vocación temprana por la ingeniería, recuerda Anyela. Comenzó a buscar en el librillo de carreras de grado y le llamó la atención Ingeniería civil, de todas formas tenía muchas dudas entre Ingeniería y Ciencias Sociales y por eso se inscribió a las dos carreras. «Nunca pisé Ciencias Sociales porque empecé en Ingeniería y me di cuenta que estaba en un buen lugar», expresó. «Muchas personas me dijeron: no hagas Ingeniería que no tienes la capacidad para cursar esa carrera, entonces decidí: voy a hacer Ingeniería», añadió.
Los comienzos no fueron fáciles para Anyela, sabía que la línea de ómnibus 199 pasaba por Facultad de Ingeniería pero le ocurrió varias veces que se lo tomaba y terminaba en el cementerio del norte y al preguntar al chofer del ómnibus si este pasaba por la Facultad le decía que había tomado el que iba en el sentido contrario. Señala que tuvo la ventaja de que cuando vino a Montevideo ya tenía una hermana y un hermano que habían salido antes de la casa para estudiar, la primera estaba estudiando en Montevideo y el segundo con una beca en Brasil. «La que la pasó peor fue mi hermana que fue la primera que vino, en mi caso cualquier cosa que me pasara, si tenía que ir al médico por ejemplo, estaba mi hermana, hizo el papel de mi madre acá».
Al principio no se dio cuenta lo mucho que extrañaba, reflexiona. Se vino a vivir a una residencia estudiantil donde vivió unos tres años, el primer semestre no aprobó ninguna de las materias que cursaba, el nivel académico de la carrera era mucho más alto del que traía del bachillerato. «Cuando llegas a la Facultad te das cuenta que hay muchas temáticas que deberías haber trabajado en el liceo y no las diste, vine con la experiencia del bachillerato en el interior», señaló. «De repente llegas acá y es mucha la exigencia, el tratamiento de muchos temas es muy intensivo», añadió. Entiende que lo más difícil en lo académico fue encontrar los métodos de estudio más adecuados para ella. «No a todas las personas nos sirve estudiar de la misma manera ni tenemos que dedicar la misma cantidad de horas para estudiar», afirmó. Además al vivir en una residencia estudiantil otra de las dificultades que se presentan es encontrar espacios y horarios de estudio en especial cuando estás en un cuarto compartido. «Quizás una persona estudia mejor de noche pero no puede quedarse hasta tarde porque molesta al otro que duerme más temprano», apuntó.
«En esos primeros tiempos no sé cuántas veces le dije a mamá: voy a dejar la carrera y ella me decía que siguiera. En el primer semestre cuando me fui en el receso a Castillos le dijo a todo el mundo antes que yo llegara: nadie le pregunte a Anyela cómo le fue, dejenla tranquila», recordó. Siempre tuve la contención de que todo estaba bien si perdía, que siguiera intentando, creo que la presión en realidad me la imponía yo misma, cuando un poco más adelante en la carrera empecé a salvar todo, estudiaba un montón de horas, mi madre llegó a decirme un día: «pará, no estudies tanto, anda más lento, no necesitas recibirte ya», me aconsejaba que disfrutara también de salir y de la familia y no me encerrara solo en el estudio, tenía mucho miedo que me enfermara. En el 2019 ingresó como pasante al Instituto de Ensayo de Materiales de la Fing, donde trabaja actualmente, en un sector en el que hoy la mayoría de las integrantes del equipo son mujeres. Actualmente es docente en el departamento de Aglomerantes, Agregados, Hormigones y Afines de la Fing.
Entiende que existen espacios de consulta y orientación en la Udelar para los estudiantes pero suele suceder que los jóvenes que recién ingresan no saben cómo acceder a estos servicios. En lo particular no pudo asistir a instancias previas al comienzo de clases en las que se realizan recorridas guiadas para los estudiantes para mostrarles la Facultad, llegó directamente al comienzo de los cursos. De todas formas entiende que sería positivo aumentar la difusión, en especial entre los jóvenes que recién ingresan a la Universidad, de todas esas herramientas y espacios de apoyo con los cuentan los estudiantes en la Udelar.