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Educación ambiental: en el territorio y con las comunidades
La Red Temática de Medio Ambiente (RETEMA) y el Núcleo Interdisciplinario Educación Ambiental desde el Este de la Universidad de la República (Udelar) participaron del 8.° Encuentro nacional y 3.a Ronda latinoamericana de educación ambiental. Las docentes Solana González y Estela Delgado, integrantes de los equipos docentes mencionados, conversaron sobre la actividad y sobre la educación ambiental dentro y fuera de la Udelar.

El 8.° Encuentro nacional y 3.a Ronda latinoamericana de educación ambiental tuvo lugar en Antel Arena los días 6,7 y 8 de junio, en el marco de la Expo Uruguay Sostenible. El evento es organizado cada dos años por la Red Nacional de Educación Ambiental para el Desarrollo Humano Sustentable (RENEA). Esta organización está compuesta por tres ámbitos: uno que corresponde a la educación formal, del que forma parte la Udelar, otro gubernamental integrado por ministerios, gobiernos departamentales y otros organismos, y por último el de la sociedad civil, donde participan distintas organizaciones y colectivos.
Por su parte RETEMA, que fue creada en 2001, es un espacio de la Udelar que integran actualmente 17 servicios universitarios a través de la representación de delegados y delegadas a su Comité Ejecutivo. Además, cuenta con un equipo coordinador que González integra en este período junto con Valentina Pereyra, Marcelo Loureiro y Daniela Ojeda. González comentó que esta red forma parte de RENEA activamente y en el encuentro realizado a comienzos de junio, participó evaluando resúmenes presentados y moderando mesas y otras actividades.
En la Udelar el rol de la RETEMA «es articular con los servicios y pensar estrategias conjuntas sobre cuestiones ambientales que tengamos en agenda, por ejemplo, el año pasado trabajamos con la crisis hídrica. También buscamos democratizar el acceso a la información, difundir qué está pasando y qué dice la academia sobre determinados temas», explicó.
Universidad convocada
Las y los integrantes de RETEMA se organizan en grupos de trabajo sobre temáticas de coyuntura actual en las que confluyen distintas áreas del conocimiento. González señaló que estos grupos «no necesariamente tienen que ser académicos», incluyen investigadores e investigadoras pero también articulan con otros actores. Además, cada año se realiza el evento central de la red, las Jornadas de RETEMA, y estas tampoco son exclusivamente académicas sino que integran diferentes saberes, comentó, la idea es que las jornadas constituyan «una puerta de entrada y un ida y vuelta con la Universidad, porque claramente los temas ambientales son complejos y necesitan diversas miradas y posiciones».
La docente agregó que la Universidad «siempre es convocada» para ofrecer sus aportes en diversos ámbitos de deliberación y por eso RETEMA ayuda a representar a la institución en distintas delegaturas proponiendo a docentes referentes en cada temática. Estos integran la Comisión Nacional de Áreas Protegidas, comités sobre normas ISO 9000 de la UNED relativas a residuos sanitarios, Comisiones de Cuenca o ámbitos similares que surgen por iniciativa de gobiernos departamentales u otros organismos. González agregó que las solicitudes para estas delegaturas llegan por diferentes vías y la Universidad «está tratando de ordenarse en cuanto a cómo se representa hacia afuera, también porque los temas ambientales cada día van a estar más en la agenda». Otras líneas de trabajo de la red se vinculan con el apoyo a servicios universitarios en cuanto a temas ambientales y al desarrollo de cursos y talleres dirigidos a estudiantes, trabajadoras y trabajadores de la Udelar.
En RETEMA «queremos seguir creciendo porque si bien la representación de los servicios es amplia, la Universidad es más amplia, nos falta. Como todo ámbito de participación es difícil de sostener porque todos los docentes están muy saturados, entonces cada día más reivindicamos que la red tiene que sostenerse y expandirse, tanto en nuestra representación a la interna de la Universidad como hacia afuera», planteó González.
«Qué es lo ambiental»
Respecto a la formación sobre temas ambientales en la Udelar, RETEMA entiende que nos encontramos «en una crisis socioambiental» y esto involucra a todas las áreas de conocimiento. «Si bien existe un gran núcleo de investigadores que trabajan más en ecología o en biodiversidad, claramente en esta etapa capitalista -que algunos definen como Antropoceno o como Capitaloceno-, los sistemas productivos, la forma económica y la coyuntura regional juegan en los temas ambientales», explicó. Agregó que en mayo RETEMA impulsó un relevamiento para saber cuántos docentes se sentían convocados con esta temática; «recibimos 156 respuestas y este año vamos analizarlas. Luego la idea es presentar los resultados y también hacer una ronda con los diferentes Prorrectorados para pensar juntos y articular como red respecto a estrategias, vacíos o necesidades de información. Porque es muy complejo definir qué es lo ambiental, hasta dónde abarca; está todo en disputa y en debate. Entonces puede ser interesante pensar con el Prorrectorado de Enseñanza cómo se ambientalizan las currículas. Si bien se hizo una gran inversión en la curricularización de la extensión universitaria, quizá también es necesario pensar los temas ambientales en todas las formaciones porque la Universidad tiene un compromiso con el país al formar a sus egresados y una responsabilidad social en cuanto al rol de nuestros universitarios».
González es doctora en Veterinaria y magíster en Ciencias ambientales sobre la conservación de animales en peligro extinción. También realizó un Doctorado en Educación Ambiental en Brasil y luego se enfocó en el trabajo con escuelas rurales como observatorios socioambientales. Esto implica «sobre todo en pensar los conflictos ambientales como un emergente de disputa del territorio y la escuela rural, como espacio del Estado en el territorio, es un lugar bueno y propicio para pensar lo que está pasando ahí, es como una gran observadora donde confluyen las personas que habitan en ese lugar», explicó. La docente realiza este trabajo principalmente en la cuenca de la Laguna Merín en Rocha, Treinta y Tres y Cerro Largo.
Ambiente y comunidad
Por su parte, Delgado se refirió al trabajo del Núcleo Interdisciplinario Educación Ambiental desde el Este (creado en 2020), que entre otras acciones ha implementado el curso curricular de grado Educación Ambiental. Este curso, que lleva dos ediciones, se acredita en varias carreras ofrecidas por el Centro Universitario Regional del Este (CURE) y además, es optativo para todas las carreras Udelar. En el 8.° Encuentro nacional y 3.a Ronda latinoamericana de educación ambiental, Delgado y otros integrantes del Núcleo presentaron su experiencia con el desarrollo de este curso.
La docente explicó que llevar adelante una formación específica curricularizada en esta temática fue uno de los objetivos específicos del Núcleo al establecerse como tal, porque si bien ya se implementaban algunos cursos, «la educación ambiental era un debe en el CURE hasta ese momento, era muy demandada sobre todo por los estudiantes y por las organizaciones sociales». Desde que la Udelar se instaló en Maldonado y en Rocha, muchos investigadores e investigadoras de las ciencias naturales y exactas, de las ciencias sociales y de las artes trabajan sobre cuestiones ambientales y con frecuencia, aportan asesoramiento en temas relacionadas con la costa y con los conflictos sociales que surgen en la zona costera, señaló. Este trabajo generó una demanda creciente vinculada a la extensión universitaria «porque la educación ambiental tiene mucho de la extensión dialógica, del diálogo de saberes», planteó.
Con el aporte de docentes referentes de la Udelar y de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul, se elaboró un curso de 75 horas de duración con base «en una mirada desde una educación ambiental crítica, buscando superar una primera etapa de concientización y sensibilización y avanzar en construir verdaderas trayectorias y procesos de educación ambiental en diálogo con los territorios», explicó. Además, se abordó con un enfoque interdisciplinario y por eso el curso tiene temáticas que vinculan a las ciencias sociales, a las ciencias humanas, al arte, a la cultura y al patrimonio.
Además de adquirir bases conceptuales y herramientas metodológicas, las y los estudiantes llevan adelante una práctica referenciada al territorio y para eso el curso cuenta con la participación de organizaciones sociales que aportan sus experiencias y relatos: «en este ejercicio les pedimos a los estudiantes que analicen cómo esos grupos y colectivos abordan desde distintas miradas la educación ambiental. También hacemos análisis de canciones, de noticias de prensa y de discursos relacionados a la cuestión ambiental».
Escuchar y ver
Las dos ediciones del curso contaron con la participación de estudiantes de diversas carreras, lo que fue «muy lindo y desafiante porque venían con miradas bien distintas, entonces había que poder intercambiar sobre lo que para cada uno era el ambiente y sobre los abordajes pedagógicos y didácticos de la educación ambiental». A la hora del trabajo en el territorio esta diversidad enriquece mucho la experiencia, comentó. En estas prácticas, los participantes del curso diseñan actividades «a partir de algo que esté sucediendo en el territorio. La iniciativa no parte desde su rol e intereses como universitarios sino al revés, para eso les decimos que hay que tener “una oreja enorme”, lo primero es escuchar mucho y ver mucho, observar qué es lo que a la gente le pasa, cuáles son sus inquietudes en relación a lo ambiental». Delgado indicó que hasta ahora unos 45 estudiantes han realizado este curso.
Respecto a la educación ambiental en todos los espacios de la sociedad, explicó que para su grupo de trabajo es «un proceso interdisciplinar que se da desde el diálogo de saberes»; «no es la transmisión de conocimientos biológicos o ambientales sino la generación de pensamiento crítico, de capacidades de entender y de empoderamiento de las comunidades. Es imposible pensar en educación ambiental sin pensar en las comunidades, en las organizaciones y en los colectivos», explicó. Esto implica que las y los universitarios trabajen también con otras instituciones en los territorios tales como los otros centros educativos.
En cuanto al abordaje de los temas ambientales por parte de los tomadores de decisión, sostuvo que en general se basan en una visión pragmática que no siempre se acompasa con el avance del deterioro de los sistemas naturales. Estos procesos requieren justamente de una educación ambiental con visión crítica, «que ponga en valor los ecosistemas y las cuestiones ambientales pero al mismo tiempo haga posible criticar y denunciar cuando el cuidado es necesario», expresó.
Por último, Delgado informó que su equipo llevó adelante la iniciativa llamada «El núcleo te conecta»: se trata de un registro de personas y colectivos que trabajan en el Este del país en acciones vinculadas a la educación ambiental. A través de esta plataforma «pretendemos que la gente se encuentre, que se encuentren las personas, los académicos y los colectivos que tienen intereses, motivaciones o problemas similares» en relación al ambiente.
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