En la entrevista el MSc. Marcos Tassano, uno de los docentes a cargo de dicha investigación, explicó que gracias a las capacidades instrumentales que tienen, pueden medir los isótopos radiactivos en diferentes muestras de suelos, o sedimentos de embalses. Particularmente en esta investigación, pudieron observar que las muestras extraídas del suelo poseen cierta concentración de isótopos artificiales. Comentó que «fueron producidos por la humanidad, producto de  las pruebas nucleares, es decir bombas atómicas, que se realizaron a mediados del siglo XX, específicamente entre la década del 50 y 60». 

Tassano explicó que si bien estas pruebas nucleares fueron realizadas a lo largo del mundo, al ser explosiones, los isótopos artificiales fueron lanzados a la atmósfera con la lluvia distribuyendose de forma global. Destacó que «acá en Uruguay, hay isótopos artificiales, particularmente para nosotros el más importante es el isótopo 137 del cesio». Comentó que este isótopo en particular tiene la propiedad de que se une muy firmemente a las partículas finas del suelo, y por lo tanto, el suelo queda marcado con este.

«Cuando el suelo se mueve por la erosión natural del mismo, es decir que cuando llueve el agua arrastra hacia abajo el suelo, y como consecuencia en las partes de arriba de las laderas, hay menos suelo. Eso genera repercusiones en la agricultura, porque el suelo agrícola es especialmente susceptible a la erosión»

 Erosión natural

Por otro lado, explicó el docente a cargo de la investigación que «el proceso natural de erosión, puede estar acelerado por la intervención humana, que es la agricultura, la cual genera movimientos en el suelo». Debido a eso, el suelo se encuentra desprotegido, generando mayor movimiento con la lluvia, caso diferente sería si tuviera las praderas naturales, para las cuales Uruguay estaría adaptado. 

Destacó que la intervención humana ayuda a este proceso de erosión y se ve afectado con los isótopos artificiales. «Nosotros tenemos una marca para poder medir para dónde y en qué tasas se mueve el suelo. De las muestras, medimos el isótopo 137 del cesio, permitiéndonos estimar la erosión » comentó Tassano.

En referencia a la plantación forestal, Tassano comentó que «han hecho mediciones al respecto y si bien no contamos con los datos suficientes para que sean publicables, notamos que las plantaciones no generan mayor erosión del suelo, respecto a la agricultura».

Tassano explicó que «las plantaciones en sí protegen al suelo, porque el mismo está fijo,  las copas del árbol hace que disminuya la velocidad de la lluvia cuando impacta con el suelo, y en los períodos de plantación y cosecha el suelo se queda desprotegido y se erosiona. Pero desde la perspectiva de erosión física del suelo, no representa un problema mayor con respecto a la agricultura». 

En una publicación reciente en el portal Nature sustainability  expusieron los datos obtenidos de mediciones del sedimentos en el embalse del Río Negro, donde confirman que el mayor cambio en la erosión se da en la plantación o cosecha de árboles cuando el suelo esta desprotegido. 

Consecuencia histórica

Particularmente destacó un trabajo en conjunto con colegas franceses, donde se  enfocaron en  las pruebas nucleares realizadas en la polinesia francesa, la cual está casi a la misma latitud que nuestro país. Allí estudiaron los vientos predominantes en la época de las pruebas nucleares, que estaban orientados hacia el continente sudamericano permitiéndoles determinar que «más o menos la mitad del componente radiactivo artificial, que hay en nuestro país, proviene de estas pruebas nucleares en específico».

Tassano declaró que «la erosión tiene una afectación enorme para nuestro país». Uruguay históricamente se ha dedicado a la agricultura, siendo este un pilar fundamental en la economía actual.«Si el suelo se va gastando, lo que está perdiendo el país es capacidad de producción por hectárea. Hay cada vez menos suelo, y menos lugares donde se puede plantar, y lo que se planta rinde menos» expresó.  

Apoyo internacional

El origen de esta investigación surgió hace 15 años, en principio en  proyectos técnicos del organismo internacional  de energía atómica, en el cual promovía en específico la medición de estos isótopos en el suelo. Tassano comentó que  como resultado se descubrió que la medida hallada en Uruguay era suficiente, dándoles la posibilidad de comenzar una investigación más profunda y duradera. 

Tassano destacó que han generado diversas colaboraciones nacionales con agrónomos del Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA), y a nivel internacional con el grupo francés, que forman parte de la comisión de energía atómica de Francia.

Actualmente tienen diferentes métodos de financiamiento, a nivel nacional con el fondo María Viñas, de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) en un proyecto en Colonia, en conjunto con el INIA La Estanzuela . A su vez están en un proyecto reciente, que es una financiación doble, por un lado la ANII y por otra parte que es de carácter internacional llamado CLIMAT-Amsud, en conjunto con un grupo francés y de otras partes de Sudamérica. 

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