La iniciativa para el otorgamiento del título, que se entrega en el marco de una visita del profesor Robinson a Montevideo para asistir a la Reunión Anual de LACEA-LAMES 2024, fue presentada por la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración (FCEA) y la Facultad de Ciencias Sociales.

En el evento, que se realizó 15 de noviembre, hicieron uso de la palabra el rector de la Udelar, Rodrigo Arim y la directora del Instituto de Economía de FCEA, profesora Verónica Amarante, quien fue la responsable de leer la laudatio correspondiente.

Arim agradeció al destacado economista y a la FCEA «por el honor y la posibilidad de encontrarnos en Uruguay discutiendo sobre temas que tienen que ver con el desarrollo de nuestro país y la desigualdad imperante en América Latina y el Caribe». El rector recordó que la Udelar otorga el título Doctor Honoris Causa a aquellos que han realizado contribuciones notables al avance de la ciencia, de la cultura o del bienestar general. En ese sentido destacó que «el vínculo de Robinson con los problemas del desarrollo y en particular con aquellos asociados a la desigualdad y la construcción institucional de los países de América Latina y el Caribe es de larga data y desde ese lugar también se justifica la distinción que hoy le otorga la Udelar».  

Amarante por su parte resaltó la investigación de Robinson, «que ha contribuido a ampliar nuestra comprensión acerca del desarrollo de las naciones». Su trayectoria intelectual se refleja en su distinguida carrera en universidades como Harvard y en la actualidad la Universidad de Chicago, indicó. También resaltó algunos de los cargos en los que Robinson se desempeña, es director del Instituto Pearson, profesor de la Escuela Harris de Políticas Públicas y del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de Chicago, así como miembro del Instituto de Estudios Africanos de la Universidad de Nigeria en Nsukka. 

Sus contribuciones académicas le han valido su reciente distinción como Premio Nobel de Economía (junto con los profesores Daron Acemoglu y Simon Johnson). La investigación del profesor Robinson se ha centrado en el análisis de cómo la calidad de las instituciones influye en la prosperidad de las naciones y en el desarrollo económico de largo plazo, trabajando en las fronteras entre la economía y la ciencia política, continúa señalando el documento.

El profesor Robinson cuenta con cinco Doctorados Honoris Causa, así como variados premios de universidades e instituciones de diferentes países. Resulta también relevante destacar que sus aportes han trascendido los círculos puramente académicos, ya que ha elaborado libros de divulgación que recogen y difunden buena parte de los resultados de sus investigaciones científicas, añade.

«Lo que distingue al profesor Robinson no es solo la profundidad y la originalidad de su investigación académica sino también su dedicación a interactuar con académicos y formuladores de políticas en todo el mundo», expresa. Sin duda su trabajo es una fuente de inspiración para nuevas generaciones de jóvenes economistas y otros científicos sociales interesados en construir el desarrollo de los países, añade. Con la entrega de este título la Udelar reconoce y agradece sus contribuciones «a la comprensión de los desafíos del desarrollo y su labor de tender puentes entre la academia y la política pública», concluye.

La utopía y lo posible

Luego de recibir el título Doctor Honoris Causa de manos del rector de la Udelar, el profesor Robinson expresó su agradecimiento y brindó la conferencia «The Fundamental Disequilibrium in Latin America».

Comenzó recordando una visita que realizó a Colombia 32 años atrás, en la cual le presentaron una historia de éxito económico en relación a la deuda nacional, la inflación y otros indicadores, mientras que la población convivía cotidianamente con altos niveles de violencia. En base a ese ejemplo, su charla intentaría explicar «de qué manera Latinoamérica puede ser tan esquizofrénica», planteó.

Señaló que tanto en el ejemplo colombiano como en otros de la región, se aplican nociones que el intelectual Ángel Rama presenta en su obra La ciudad letrada. Allí el autor uruguayo sostiene que en América Latina «existe un choque entre lo real y lo ideal» y que «se privilegia a la potencialidad por encima de la realidad», indicó Robinson. Con frecuencia en nuestra región se intenta «imponer una noción ideal de cómo deberían funcionar las cosas en una situación en la que no van a poder funcionar». Esto provoca entre otras cosas la descalificación técnica, que es una forma de implementar una visión utópica del orden jurídico en un contexto donde su aplicación no es práctica.  

En su visión muchos fenómenos en Latinoamérica pueden explicarse porque en su cultura conviven elementos mutuamente contradictorios -ejemplo de esto es el sincretismo religioso-, y esto se replica en el plano de la política. En lugar de una modificación «hay una adición, no se deshace lo viejo, se agrega algo nuevo». Para Robinson y su equipo, esta «mentalidad barroca» y esta situación de lo ideal y lo real «tienen que ver con la larga historia del utopismo». El problema de América Latina se plantea porque «queremos imponer el ideal y eso crea el desequilibrio». El ideal es utópico y no funciona pero «cuando los proyectos utópicos fallan, ustedes no se ajustan», afirmó. 

Tales características culturales en nuestra región pueden explicar la inequidad, el clientelismo y «el Estado mágico», un concepto que el economista relaciona con la corriente cultural del realismo mágico que maneja realidades alternativas. Dicha noción refiere al hecho de vivir en base a distintos códigos al mismo tiempo; lo oficial y lo no oficial, el sector formal y el informal tienen sus propias reglas y regulaciones, explicó. 

El economista se refirió al gobierno de Javier Milei en Argentina, que propone «una utopía libertaria» en un contexto en el que no puede llegar al éxito. En América Latina se ha planteado la convivencia entre el clientelismo y el modelo neoliberal del Consenso de Washington pero estos no son compatibles y parecería que en nuestra región «nadie aprende de los fracasos», explicó. También se observa la disfunción de la política pública, que con frecuencia no beneficia a los verdaderos destinatarios. 

Al finalizar la conferencia, Robinson respondió preguntas del público

Video de la actividad:

Honoris Causa a James Robinson. Foto: Juan Martín Xavier, UCUR
 
Honoris Causa a James Robinson. Foto: Juan Martín Xavier, UCUR
Verónica Amarante. Honoris Causa a James Robinson. Foto: Juan Martín Xavier, UCUR
 
Verónica Amarante. Honoris Causa a James Robinson. Foto: Juan Martín Xavier, UCUR
Honoris Causa a James Robinson. Foto: Juan Martín Xavier, UCUR
 
Honoris Causa a James Robinson. Foto: Juan Martín Xavier, UCUR
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Honoris Causa a James Robinson. Foto: Juan Martín Xavier, UCUR
Honoris Causa a James Robinson. Foto: Juan Martín Xavier, UCUR
 
Honoris Causa a James Robinson. Foto: Juan Martín Xavier, UCUR
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Honoris Causa a James Robinson. Foto: Juan Martín Xavier, UCUR
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Honoris Causa a James Robinson. Foto: Juan Martín Xavier, UCUR
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Honoris Causa a James Robinson. Foto: Juan Martín Xavier, UCUR
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Honoris Causa a James Robinson. Foto: Juan Martín Xavier, UCUR
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Honoris Causa a James Robinson. Foto: Juan Martín Xavier, UCUR
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Honoris Causa a James Robinson. Foto: Juan Martín Xavier, UCUR
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Honoris Causa a James Robinson. Foto: Juan Martín Xavier, UCUR
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Honoris Causa a James Robinson. Foto: Juan Martín Xavier, UCUR
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Honoris Causa a James Robinson. Foto: Juan Martín Xavier, UCUR
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Honoris Causa a James Robinson. Foto: Juan Martín Xavier, UCUR
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Honoris Causa a James Robinson. Foto: Juan Martín Xavier, UCUR
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Honoris Causa a James Robinson. Foto: Juan Martín Xavier, UCUR
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Honoris Causa a James Robinson. Foto: Juan Martín Xavier, UCUR
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Honoris Causa a James Robinson. Foto: Juan Martín Xavier, UCUR
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Honoris Causa a James Robinson. Foto: Juan Martín Xavier, UCUR
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Honoris Causa a James Robinson. Foto: Juan Martín Xavier, UCUR
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Honoris Causa a James Robinson. Foto: Juan Martín Xavier, UCUR
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Honoris Causa a James Robinson. Foto: Juan Martín Xavier, UCUR
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Honoris Causa a James Robinson. Foto: Juan Martín Xavier, UCUR
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