En la apertura del evento hicieron uso de la palabra el rector interino de la Udelar, Alvaro Mombrú; la directora de la Escuela de Nutrición, Myriam De León Rodríguez; y el director de la Licenciatura en Nutrición, Youssef Abrache.

Mombrú señaló refiriéndose a los 80 años de esta carrera de la Escuela de Nutrición en la Universidad: «es un período de tiempo muy importante porque en él se dio la evolución de la actividad profesional y el conocimiento en este campo y de la inserción de esta profesión en la sociedad».

Resaltó que la Escuela de Nutrición tuvo un desarrollo institucional muy grande en estos últimos años, lo que se pone de manifiesto en el aspecto edilicio, entre otros. En este sentido recordó el antiguo edificio de la calle Paysandú, sede de la Escuela en Montevideo y su actual ubicación en el predio del Área de la Salud, en el Edificio Polivalente Parque Batlle. La Escuela «está llamada a grandes desafíos en lo que se refiere a conocimiento, avance tecnológico, inteligencia artificial, entre otros muchos retos que se le presentan en el horizonte pero estamos convencidos que los va a poder superar como lo ha hecho hasta este momento», concluyó.

La alimentación como un derecho humano y un hecho social

«Hoy no sólo celebramos un número, celebramos una historia de compromiso, de trabajo colectivo, información rigurosa y de construcción de una profesión que ha sabido crecer, adaptarse y aportar de forma clave a la salud y al bienestar de nuestro pueblo», expresó por su parte De León. 

Añadió que la carrera de Nutrición ha estado históricamente atravesada por los desafíos sociales y políticos del país y de la región y como integrante de la Udelar, la Escuela de Nutrición fue y es parte de un proyecto de universidad pública latinoamericana comprometida con la justicia social, la equidad y con el derecho a la educación, y a la salud. «La nutrición no es una práctica aislada, es una herramienta para garantizar derechos, para mejorar la calidad de vida de las personas, para incidir en políticas públicas», sostuvo De León. Señaló que en la actualidad, más que nunca, entienden la alimentación como un hecho social, cultural, económico y político y como un derecho humano que debe ser garantizado para todas las personas que habitan el país.

«Hemos diversificado nuestras líneas de investigación, fortalecido los vínculos con la comunidad, ampliando nuestras miradas para incluir las dimensiones de sustentabilidad, de soberanía alimentaria, equidad de género y el respeto por la diversidad cultural. Y todo esto lo hemos hecho con una profunda conciencia de nuestro lugar en el mundo. Hoy, al comenzar este ciclo de conmemoraciones, lo hacemos con alegría, pero también con responsabilidad. que sabemos que tenemos mucho por celebrar, pero también mucho por seguir construyendo», concluyó De León.

Abrache, por su parte, invitó a celebrar este aniversario y señaló que 80 años implican un largo recorrido «pero aún así breve en términos de ciencia; somos jóvenes». «Somos gracias a nuestro recorrido, al fervor de lo que aprendimos, bases fundamentales de nuestra identidad como ciencia, pero también somos hacia dónde vamos si queremos ir, desde la autonomía, la ética, la responsabilidad social, académica y desde el sentido crítico, siempre buscando el bien», expresó. 

Agregó que la institución ha sabido crecer y repensar continuamente su historia desde la carrera de Dietista a la de Nutricionista-dietista y a la actual Licenciatura en Nutrición. «Ahora estamos a diez años de nuestro último plan de estudios 2014 y desde hace unos años con una infraestructura hermosa, de nivel y en un servicio orgullosamente emancipado», planteó.

El director señaló que la alimentación «no es un trámite» ni un hecho simple sino que somos seres biopsicosociales, jamás ajenos a nuestro entorno. Por tanto la carrera es interdisciplinaria y como colectivo «no olvidamos que la ciencia es una carrera humilde pero muy compleja» y sus áreas de conocimiento van desde lo más básico hasta lo más aplicado, «desde las ciencias más exactas hasta las clínicas y las humanísticas», afirmó. Para concluir expresó: «debemos permitirnos dejar el miedo de lado, apostar al desarrollo en movilidad, salir de nuestra zona de confort y seguir pensando en nuestra formación y ejercicio».

Finalizada la apertura se desarrolló un conversatorio titulado «La historia de la carrera de Nutrición desde la mirada de diferentes actores institucionales». Posteriormente la docente Alejandra Girona brindó una conferencia titulada «Desafíos y oportunidades de la Nutrición después de 2030».

El desafío de lograr una equidad nutricional

 «Quiero rendir homenaje a todos los colegas que a lo largo del tiempo han enriquecido con su labor a esta profesión, en especial a aquellos que con su compromiso y sin ostentación han sostenido con firmeza los principios éticos y la dignidad de nuestra profesión contribuyendo de manera silenciosa pero profunda a su fortalecimiento, en especial en momentos oscuros y terribles de la historia de este país», expresó Girona.

La docente afirmó que desde hace muchos años el mundo vive en un ciclo constante de crisis alimentarias globales, «una tras otra» y entiende que «la injusticia social y alimentaria es el telón de fondo de estas crisis, son el resultado de un sistema alimentario global que no está orientado al sostenimiento de la vida». Sostuvo que la situación alimentaria crítica que vive el mundo no es producto  simplemente de contextos desafortunados agravados por pandemias, conflictos, guerras o eventos climáticos, sino de decisiones políticas, económicas y personales».

Añadió que el fracaso de la globalización impulsada en la última parte del siglo XX, para mejorar la vida de todas las personas, especialmente en lo que refiere a alimentación, «demostró que las soluciones a los problemas alimentarios nutricionales requieren de miradas sistémicas e interdisciplinarias que cuesta poner en funcionamiento».  

Resaltó que el derecho a la alimentación no es solo acceso a alimentos sino el derecho a decidir cómo producirlos y compartirlos y cómo vivir dignamente. Entiende que como se llevó a cabo en Brasil, es necesario generar políticas públicas que articulen con salud, educación, agricultura familiar y asistencia social y que incorporen la voz de la sociedad civil. «El gran desafío ético será lograr una equidad nutricional real en un mundo cada vez más desigual», apuntó. «No debemos conformarnos con eso, la nutrición y los profesionales de la nutrición deben dialogar activamente con otras políticas gubernamentales integrando las necesidades nutricionales con las estrategias de crecimiento económico y los objetivos de desarrollo del país», concluyó.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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