Democratización de la educación terciaria y superior de calidad

Objetivo general

Generar las condiciones necesarias para que cada vez sea mayor el número de estudiantes que acceden a la educación superior, realizan trayectorias exitosas en procesos de formación de calidad y logran aprender a lo largo de toda la vida.

Justificación

La demanda de educación superior ha mantenido su tendencia creciente en los últimos quince años. Si bien el número de estudiantes que ingresan a carreras de la Udelar ha mostrado un aumento notorio, existe aún un conjunto de la población que no logra acceder a la formación avanzada. Pese a que se ha duplicado el acceso de estudiantes que viven en hogares de los quintiles más bajos, son pocos los que realmente consiguen ingresar efectivamente ya que persiste un fuerte sesgo que los excluye.

Fomentar el ingreso de estudiantes que por su situación socioeconómica y cultural han estado relegados de la educación universitaria es fundamental para mejorar la calidad de vida de la sociedad. Las altas tasas de empleo de la población con formación universitaria culminada muestra en el país y en el mundo que esta etapa de aprendizaje repercute en las condiciones de vida, específicamente en las oportunidades de acceso al trabajo y en el beneficioso caudal generado en la integración social. La contribución de ciudadanos a la producción de bienes y servicios así como al desarrollo cultural nutre el entramado de una comunidad y la fortalece. Es también significativo el retorno en términos de acceso a mejores empleos y mejores remuneraciones en aquellos casos que no se obtiene un título pero se realiza algún año de formación universitaria.

En este contexto, consolidar una diversa propuesta de formaciones, que no presenten limitaciones de acceso ya sea por cupos o restricciones en su implementación, es imprescindible.

Se estima que al finalizar este próximo quinquenio la Universidad tendrá aproximadamente 145 000 estudiantes. Este aumento de la población estudiantil es deseable, sin embargo, la falta de recursos compromete el desarrollo de procesos de enseñanza de calidad, por lo que podría traducirse en el deterioro de la formación.

Democratizar la educación terciaria y superior supone incrementar el ingreso efectivo a través de la promoción del ingreso, el acompañamiento en la interfase con la enseñanza media y los apoyos a los aprendizajes de los estudiantes. Deben generarse trayectorias formativas que amplíen la permanencia y la culminación de los estudios, sostenidas en procesos de enseñanza activa que promuevan el estudiar a lo largo de toda la vida.

A la vez, la navegabilidad constituida por la movilidad de estudiantes y docentes, a fomentar en el sistema de enseñanza terciaria, tiene la virtud de enriquecer la trayectoria de los estudiantes, potenciar las capacidades de la comunidad educativa y optimizar los esfuerzos institucionales.

La transformación curricular iniciada en la Udelar ha demostrado la importancia de construir tránsitos diversos, coherentes y académicamente sólidos para formar egresados que se desempeñen con sensibilidad, compromiso ético y la más alta calidad académica y profesional, con la capacidad de responder a los desafíos cada vez más acuciantes de su entorno en el ejercicio profesional y el pleno ejercicio de la ciudadanía.

Un ejemplo del desempeño de estudiantes y docentes comprometidos fue la imponente dedicación a brindar respuestas frente a la emergencia sanitaria y socio-económica provocada por la llegada de la covid-19 al país. En el trabajo sostenido en laboratorios y talleres de diseño, así como en los análisis que aportan insumos a la búsqueda de soluciones a los grandes problemas que atraviesa la sociedad, se reconoció el valor de contar con una Universidad atenta, ágil a la hora de contribuir y trabajar codo a codo con otros actores, públicos y privados, con el compromiso mayor de servir a su país, fortalecer su soberanía y cuidar a la población.

En estos tiempos, la realidad demuestra que los equipos docentes deben estar preparados para recibir a generaciones de estudiantes con necesidades muy diversas y procedencias heterogéneas. Frente al confinamiento decretado por la emergencia covid-19, la asombrosa versatilidad de los docentes universitarios, así como el esfuerzo en la dedicación y la capacidad de aprender nuevas formas de enseñar permitieron que el 96 % de los cursos del semestre se hayan brindado en la virtualidad. Conseguir que el 100 % de las carreras estuvieran en funcionamiento casi pleno fue esencial para mantener el vínculo con los estudiantes y garantizar la continuidad educativa.

Sin lugar a dudas, la calidad de los procesos de enseñanza debe ser acreditada, reconocida y evaluada, como forma de apuntar a análisis críticos y a la mejora permanente de la práctica educativa que se realiza.

En este sentido, la innovación educativa y la renovación pedagógica son elementos claves para desarrollar formación de calidad de profesionales que enfrentarán realidades cada vez más desafiantes. De la mano, la creación de nuevas carreras y el fortalecimiento, adecuación y aggiornamento de las existentes son acciones transformadoras para lograr avanzar en la calidad de la propuestas de formación que la Universidad hace a los estudiantes.

Es de suma importancia destacar que el respaldo que la Udelar ha recibido en anteriores asignaciones presupuestales ha dado lugar a logros que son patrimonio de toda la sociedad uruguaya. Particularmente, el registro histórico en el número de estudiantes universitarios a los que se brinda formación, los miles de nuevos estudiantes que provienen de familias que no alcanzaron formación universitaria; la duplicación en el ingreso en los últimos veinte años y el aumento de los egresos un 55 % en los últimos quince.

Entre los estudiantes que culminan su formación de grado prevalece la mayoría de aquellos que vienen de hogares con clima educativo alto. Específicamente en 2018, casi el 41,6 % de los egresados provenía de hogares que contaban con clima educativo alto y 29,3 % de un hogar con clima educativo bajo. Vale señalar, que a menores dificultades socioeconómicas y en un entorno cultural estimulante, disminuye el riesgo de desvinculación y rezago, por lo que se hace imperativo acompañar fuertemente el proceso de aprendizaje de aquellos estudiantes con mayor vulnerabilidad, combatir las condiciones que dan lugar al abandono de los estudios y promover decididamente el egreso de todos los estudiantes y especialmente los más postergados. Asimismo el número de estudiantes que trabajan es elevado, alcanza el 54 % del total de estudiantes y el 25 % de los estudiantes que recientemente ingresaron en la generación 2019. Esta característica del estudiantado genera la necesidad de ofrecer tránsitos adecuados para compatibilizar estudio y trabajo.

Igualmente relevante es señalar una vez más las limitaciones que se agudizan por falta de recursos. Si bien se ha avanzado con gran compromiso y esfuerzo institucional, la realización de programas de acompañamiento a los estudiantes, las mejoras en las condiciones de estudio, la deseable tendencia de que cada vez más estudiantes realicen trayectorias educativas exitosas y disminuya el abandono, corren el riesgo de no concretarse o descontinuar sus avances.

Consagrar el derecho a la educación a lo largo de toda la vida continúa en el primer lugar de los retos que la Universidad propone y que su compromiso con la soberanía y el desarrollo integral del país le impone. El combate a la desigualdad, la construcción de libertades y la ampliación de derechos se constituyen en los caminos a recorrer.

Orientaciones y descripción de acciones a realizar

Generalización de la formación terciaria y universitaria y fomento al aprendizaje continuo a lo largo de toda la vida. Crecimiento del número de estudiantes que ingresan, permanecen y culminan su formación.

El proceso de generalización de la formación terciaria y universitaria que se propone requiere de acciones que involucran a los actores del sistema nacional de enseñanza pública, con mayor énfasis en la coordinación con el sistema de enseñanza terciaria pública y los involucrados en el subsistema de educación media superior. Estos aspectos se profundizan en la línea programática relacionada al fortalecimiento de la coordinación de instituciones de educación pública.

A su vez, se ha estudiado finamente la necesidad de fortalecer políticas de estímulo al ingreso, con atención particular a incrementar la cobertura y realizar procesos de continuidad de la formación en el sistema educativo. Se plantea generar nuevos mecanismos de ingreso y reconocimiento de saberes, reforzar las tutorías de apoyo a los estudiantes y el seguimiento de sus trayectorias, expandir los espacios de orientación y asesoramiento que contribuyan a la permanencia y al tránsito hacia la culminación exitosa de los estudios de grado y a la capacidad de aprender y actualizarse a lo largo de la vida. El reforzamiento del Programa de Respaldo al Aprendizaje es clave para consolidar estrategias institucionales en esta dirección.

En sintonía con lo anterior se propone eliminar los cupos al ingreso de las carreras de grado y las restricciones de igual carácter a la hora de realizar cursos y pasantías. El aumento de la población estudiantil es un logro nacional y debe ser atendido con condiciones adecuadas a efectos de no verse afectada la calidad del proceso de enseñanza por la masividad. En este sentido, es fundamental la propuesta de mejorar la relación de horas docentes y cantidad de estudiantes.

Renovación curricular, renovación pedagógica e innovación educativa en la formación universitaria

La calidad de los planes de estudios y su implementación se sustenta en procesos de renovación curricular y de transformación de la enseñanza. De forma sistemática se precisa evaluar las carreras, diversificar la propuesta educativa y profundizar la articulación entre formaciones. Esto supone invertir más recursos en la creación de nuevas carreras, la consolidación de aquellas carreras que son nuevas y la implementación de formaciones relevantes que no han sido implementadas por ausencia de fondos.

En el marco de la renovación pedagógica y la innovación educativa, se encuentran dos aspectos de relevancia mayúscula por su incidencia en el proceso de formación. Por un lado, una modernización y redimensionamiento de los procesos de evaluación educativa, que si bien a lo largo de las últimas décadas ha dado lugar a controversias, se considera vital para colaborar en la mejora de la enseñanza y el aprendizaje. Por otro lado, vinculado también a los criterios de diseño curricular, la reformulación para su potenciación de una forma alternativa y aun novedosa al ingreso de las carreras como son los Ciclos Iniciales Universitarios. Asimismo, continuar con el esfuerzo de búsqueda y diseño de soluciones educativas creativas que den respuesta a los complejos problemas de la enseñanza y el aprendizaje en la formación universitaria de grado, con un enfoque aplicado a los espacios de enseñanza directa.

La labor de la Unidad Académica de la Comisión Sectorial de Enseñanza en esta materia así como la implementación de apoyos a través de convocatorias concursables específicas requieren ser fortalecidas a lo largo del quinquenio para lograr mejores procesos y resultados.

Mejora de las condiciones y recursos necesarios para la enseñanza

A quiénes forma la institución y cómo lo hace está condicionado fuertemente por la infraestructura existente. La actualización de los recursos educativos y la adquisición de equipo de gran porte para la enseñanza en aulas, laboratorios y talleres requiere jerarquizar su financiamiento, de modo de concretar inversiones con alto impacto en la mejora de la enseñanza.

Particularmente el semestre que transcurrió, con suspensión de actividades presenciales, resignificó la necesaria implementación de distintas acciones que potencian y optimizan el uso de tecnologías. La generalización en el uso del Entorno Virtual de Aprendizaje de la Udelar, las clases por conferencias en plataformas digitales, la reformulación de programas y diseños de clases y elaboración de materiales educativos diversos en inmensas cantidades, acompañados por una presencia docente muy destacable, mostraron la importancia de avanzar hacia un uso más profundo de distintas tecnologías. En consonancia con la experiencia realizada y a la vez con una mirada crítica sobre lo que aún no se a logrado concretar y ha sido materia de priorización a nivel mundial, se propone consolidar las condiciones necesarias para el desarrollo de la enseñanza semipresencial y a distancia de calidad.

Una mención especial merece la coordinación de la enseñanza en línea, liderada por la Comisión Sectorial de Enseñanza, que posibilitó el despliegue de herramientas para el desarrollo de los cursos en el Entorno Virtual de Aprendizaje y el asesoramiento y acompañamiento a la comunidad de docentes y estudiantes.

De igual modo, es absolutamente pertinente la generación de recursos educativos que permitan maximizar la accesibilidad. Materiales para estudiantes hipoacúsicos o con baja visión, que son en 2019 el 0,20 % y 2,10 % respectivamente de la matrícula global, deben elaborarse y ponerse a disposición de forma de cubrir la totalidad de la demanda. Las acciones vinculadas a la accesibilidad se profundizan en la línea programática Efectivización de los derechos de las personas en todas las actividades universitarias y en la línea Construcción de infraestructura adecuada para el desarrollo universitario.

Otros recursos son fundamentales para la enseñanza universitaria de calidad en cualquier contexto y sin discriminaciones: Programa de Enseñanza de Lenguas Extranjeras y el Programa Universidad en las Cárceles

En el caso de este último se trata de la instalación de un circuito compuesto por centros universitarios dentro de las unidades del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) y el dictado allí de un ciclo inicial de formación adecuado a este contexto.

Las cárceles en nuestro país son un problema social relevante y de su desarrollo depende buena parte de lo que sucede con la seguridad y la convivencia pacífica. Es por ello que se entiende central dirigir hacia allí recursos de manera planificada.

Si bien la Udelar realiza acciones de cooperación e intercambio con las cárceles de Uruguay hace ya varias décadas, el vínculo sistemático con el inr en los últimos cuatro años permite proyectar una estrategia de colaboración recíproca sobre bases ya establecidas.

En este sentido el Programa Universidad en Cárceles se concibe como un programa específico para el desarrollo de las funciones universitarias en cárceles, conjugando experiencias y líneas ya existentes, con potenciales nuevos equipos de distintos servicios, áreas y disciplinas universitarias.

En lo que respecta a la enseñanza universitaria en particular, en los últimos años se realizó una apuesta institucional desde el inr y la Udelar que redundó en el crecimiento del número de estudiantes universitarios que se encuentran en privación de libertad lo que requiere de una atención específica que asegure estándares de calidad adecuados para el cursado de carreras de grado.

Los logros alcanzados hasta ahora son relevantes, pero no suficientes para sostener una política pública que asegure el acceso a la educación superior y a la continuidad educativa de las personas privadas de libertad en condiciones dignas. En este sentido se propone comenzar ciclos iniciales de formación universitaria que se dicten en privación de libertad en su totalidad y que permitan una primera aproximación a la vida universitaria. Esto será posible acompañado de la propuesta de instalación de un circuito dentro de las unidades del INR en los que se dicten estos ciclos y se dé continuidad al cursado de carreras de grado. El circuito estará compuesto por centros universitarios, espacios cedidos o coconstruidos entre la Universidad y el INR para el desarrollo de las funciones universitarias.

Mejora sistemática de la información y los procedimientos de organización y regulación de las carreras

La Ordenanza de Grado presentada en las páginas descriptivas de este documento generó un escenario de profundas transformaciones de carácter principalmente curricular, así como de organización de la enseñanza en la Udelar. A casi diez años de su creación merece una revisión que permita evaluar la normativa y realizar los ajustes que se consideren pertinentes, siempre con la finalidad de preservar aquellas orientaciones que han conducido a brindar una mejor formación.

Por otra parte, esta continua vocación de mejorar las carreras debe sostenerse en la evaluación de planes de estudios, mejora en los procedimientos y en el manejo de documentación e información sobre las carreras. Por ejemplo, una tarea ya iniciada y que se propone profundizar es la mejora en trámites de reválidas.

La evaluación generalizada de las carreras de grado de la Udelar y la acreditación de aquellas comprendidas en el proceso de acreditación ARCU-SUR tendrá un respaldo fortalecido que se detalla en la línea programática que aborda esta temática.

Desarrollo profesional docente e investigación en enseñanza universitaria

La llave para la transformación y mejora en educación reside en el desarrollo profesional del cuerpo docente, y en la capacidad de la institución de crear conocimiento en enseñanza universitaria que permita hacer políticas basadas en evidencias.

Se propone entonces potenciar los programas de formación de los docentes en modalidades y formatos alternativos, impulsar el desarrollo de la Maestría en Enseñanza Universitaria en el interior del país y promover nuevos posgrados conjuntos en modalidades semipresenciales y a distancia. Asimismo, se propone potenciar la investigación a través del llamado a Proyectos de Investigación para la Mejora de la Calidad de la Enseñanza con perspectiva interinstitucional y regional y la creación de un Laboratorio de Investigación en Educación Virtual en conjunto con la Administración Nacional de Educación Pública y el Plan Ceibal.

Población objetivo

Estudiantes que se han inscripto e ingresado en la Udelar y los que han culminado la enseñanza media.

De modo más general, las acciones propuestas están dirigidas a favorecer a toda la población del país en el convencimiento de que la democratización de la educación superior contribuye al desarrollo nacional integral.

Metas asociadas a los objetivos estratégicos

  • Consolidación de una propuesta de enseñanza universitaria amplia y de calidad, con planes de estudios actualizados, en cuya implementación se incluyan metodologías y modalidades acordes a la heterogeneidad de los estudiantes, programas de acompañamiento y apoyo a los aprendizajes con énfasis en el ingreso, el uso más extendido de tecnologías y desarrollo de innovaciones y un mayor número de docentes que participan en actividades de formación docente.
  • Generalización de la enseñanza universitaria a través del incremento en el número de estudiantes que ingresan de forma efectiva, la disminución de la desvinculación estudiantil y los tiempos de rezago y el aumento de los egresos.

Resultados esperados

  • Ampliar y mejorar la oferta de enseñanza.
  • Desarrollar procesos de enseñanza de calidad evaluada y acreditada
  • Incrementar la cobertura: en el acceso, la permanencia y la culminación de los estudios.
  • Disminuir las inequidades geográficas, en la accesibilidad y la económica y social.
  • Aumentar el número de estudiantes que provienen de hogares con situaciones socioeconómicas tradicionalmente postergadas.

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