Santín explicó que en el curso se buscó dar una perspectiva del ciclo de la vida de la adolescencia desde un lugar crítico. Señaló que esta etapa, después de la que se extiende del nacimiento hasta los dos años, es el segundo momento del ciclo vital en el que se dan un mayor crecimiento y desarrollo y por tanto mayores necesidades y requerimientos nutricionales. En este período las necesidades energéticas están aumentadas por lo que necesita mayor cantidad de los tres macro nutrientes que aportan las calorías (carbohidratos, proteína y grasas). En lo que se refiere al mayor crecimiento y desarrollo que se da en esta etapa, requiere un aporte mayor de calcio, hierro y zinc. Añadió que la nutrición en la adolescencia tiene otro aspecto que no pasa tanto por lo biológico sino por lo psicológico o emocional. Es el que se relaciona con las necesidades de referencia de los pares, identificación del ser, comenzar a tener sus propias preferencias, los vínculos familiares, entre otras, que tienen un papel fundamental en esta etapa.

La docente apuntó que desde que ingresó al Departamento de Nutrición Básica en 2013 habían organizado cursos en temáticas vinculadas a la nutrición durante el embarazo y primera infancia pero tenían pendiente abordar el tema específico de la alimentación en el período de la adolescencia. La idea de esta formación había surgido hace algunos años, un poco a raíz del interés de las docentes Alejandra Girona y el suyo propio, ya que ambas habían trabajado en el espacio adolescente del Programa Apex de la Udelar. Recordó que en 2019 se intentó realizar este curso en forma presencial, desde un enfoque de derechos, pero no se logró concretar, en 2020 se suspendió por las medidas de distanciamiento en el contexto de pandemia y en el 2021, con las herramientas virtuales mucho más incorporadas a la enseñanza, se logró llevar adelante a través de la plataforma EVA de la Escuela de Nutrición y algunas instancias sincrónicas de Zoom. Estas instancias sincrónicas se grabaron y se subieron a plataforma EVA lo que posibilitó que no fuera obligatorio estar presentes y se pudieran ver en cualquier horario. Apuntó que aunque la evaluación del curso no está finalizada, comprobaron que la temática despertó un gran interés que se reflejó en el número y la variedad de formaciones de los inscriptos (egresados de Nutrición, Psicología y de distintas especialidades de Medicina, de instituciones universitarias públicas y privadas).

Enfoque interdisciplinario

Teniendo en cuenta esto, en la formación buscaron abordar la temática desde una perspectiva integral de la salud del adolescente y apuntaron a un enfoque interdisciplinario que integrara otras áreas de conocimiento además de nutrición, como la salud mental. «En los cursos de grado vimos frecuentemente que los temas trabajados con los estudiantes se limitan al marco de la alimentación, qué es lo que deben comer, pero trabajar con adolescentes en un primer nivel de atención es mucho más», señaló Santín. El equipo docente del curso estuvo integrado por las licenciadas en nutrición Paula Russi y Rosario Fasanello, la Licenciada Asistente Romina Mauros, los doctores Nicolás Bagattini, Natalia Hermida y Karina Roselli, el doctor Gastón Ares del  Instituto Polo Tecnológico de Pando de la Facultad de Química de la Udelar y las docentes de la Udelar de la Escuela de Nutrición, Alejandra Girona, Yacqueline Lucas y Youssef Abrache, de Facultad de Psicología, Valeria Piriz y de la Escuela de Parteras de la Facultad de Medicina, Andrea Akar. 

Santín destacó que el equipo entiende que el desarrollo de los adolescentes no es solo físico sino que es biopsicosocial por ello en la propuesta se apuntó a integrar otras miradas que consideran fundamentales para trabajar la salud de las personas en esta etapa de la vida. Asimismo los contenidos del curso fueron enfocados desde la prevención y promoción en salud y desde los derechos. Santín señaló que, aunque en un primer abordaje que requiere ser profundizado en posteriores formaciones, se comenzó a trabajar en temas vinculados a género, entre ellos, qué pasa cuando se transcurre por una adolescencia trans y cómo se están trabajando estas situaciones en el primer nivel de atención.

La decisión de incluir a la psicología en los contenidos del curso surgió del contexto de pandemia en el que se realizaron y difundieron investigaciones acerca de cómo afectó esta situación a la salud mental de los adolescentes. Un estudio realizado a nivel mundial en 2021 reflejó que en el marco de la pandemia entre un 10 y un 20% de ellos presentó problemas de salud mental, como ansiedad, depresión y trastornos del sueño. Santín destacó que el aspecto nutricional también se ha visto afectado, se observa en muchos casos el aumento de peso producto de un mayor sedentarismo y de ingestas mayores. En Uruguay también se identifica esta problemática, en ese sentido señaló que las consultas se ven desbordadas de adolescentes con trastornos alimenticios. «Creo que los adolescentes van a ser la población donde estaremos viendo mayores repercusiones post covid», afirmó Santín.

El curso estuvo pensado para abordar la nutrición adolescente en Uruguay, desde la perspectiva de derechos, en sus varias facetas. En una de ellas, que tiene que ver con las políticas públicas para esta etapa de la vida, esto no se logró ya que no se pudo concretar la participación de los referentes en el área de adolescentes del Ministerio de Salud Pública. Santín indicó que otro aspecto de una nutrición basada en derechos es el que tiene que ver con respetar los tiempos y las preferencias del adolescente, «sin que por eso los adultos de la familia dejen de estar presentes en su alimentación», acotó. Añadió que un enfoque de la nutrición en la adolescencia basado en derechos, también se relaciona con la forma en que se realizan las consultas en los prestadores de salud, las prácticas que se llevan adelante como el carné de salud del adolescente y que cuidados tener con sus datos ya que son privados.

En la formación también se abordaron temas como la nutrición durante el embarazo adolescente y los adolescentes vegetarianos. En la clase que trató esta última temática, a cargo de la docente Jaqueline Lucas, no se dio una perspectiva cerrada sino que se mostraron los distintos consensos que existen acerca de la misma. En ese sentido, la posición de la Academia de Nutrición y Dietética y la Sociedad Canadiense de Pediatría es que las dietas veganas y vegetarianas, bien planificadas son apropiadas para todas las etapas del ciclo de la vida, incluido el embarazo, la lactancia, la infancia, la niñez y la adolescencia. Entretanto el Comité de Nutrición de la Sociedad Alemana de Medicina Pediátrica y Adolescente sostiene que una dieta lacto ovo vegetariana equilibrada durante la niñez y la adolescencia puede satisfacer los requerimientos nutricionales, lograr el crecimiento normal y el desarrollo apropiado para la edad. No obstante recomienda prestar especial atención a asegurar una mayor ingesta de hierro. En el caso de la dieta vegana por tiempo prolongado alertan acerca de que regularmente produce una deficiencia de vitamina B12. El Grupo de Hepatología, Gastroenterología y Nutrición Pediátrica, franco parlantes también desaconseja una dieta vegana en bebés, niños y adolescentes debido al riesgo de deficiencias nutricionales inevitables en ausencia de suplementos.

En cuanto al embarazo adolescente, clase dictada por Santín, se planteó la cuestión de los requerimientos nutricionales mayores de las adolescentes embarazadas que los de las mujeres adultas, en etapa gestacional, debidos a que se crean dos tipos de demandas: las del feto y las de la embarazada que está todavía creciendo. En el intercambio durante esta clase surgieron algunos acuerdos como que el estado nutricional previo al embarazo y durante el mismo es un factor determinante de la salud materna, fetal y neonatal y que la lactancia también supone un reto para el organismo de la madre, aun más durante el periodo de la adolescencia. Santín destacó que no existen referencias a nivel país y tampoco hay demasiada información a nivel regional ni mundial acerca de esta cuestión. «Aparece mucho lo artesanal cuando se está trabajando con adolescentes embarazadas», señaló. Añadió que es muy importante comenzar a desarrollar conocimientos que apunten a cómo trabajar, cómo evaluar, cómo establecer las necesidades, de las adolescentes embarazadas.

Algunas problemáticas y estrategias

La docente destacó que aunque los adolescentes son mucho más autónomos que en la etapa escolar, es necesario que los adultos estén presentes en cuanto a la observación de lo que comen, en la participación de los alimentos o en la elaboración. Entiende que muchas veces a la hora de atender la alimentación se da prioridad a los niños más pequeños de la casa y se relega a los adolescentes, al dejar de lado estos aspectos y darles el dinero para que ellos sean quienes adquieran los alimentos. Santín destacó que la presencia de los adultos en la nutrición de los adolescentes es importante también porque en ese período de la vida se siguen creando hábitos alimenticios, que podían ser saludables en etapas anteriores pero distorsionarse en este momento. Acotó que muchas veces en la adolescencia es cuando se suelen consumir más alimentos azucarados y bebidas que contienen una combinación de cafeína y azúcar que no son adecuados para este momento de la vida. Es frecuente en esta etapa que comience a verse un aumento de sobrepeso y obesidad. Alejandra Girona, docente de la Escuela de Nutrición y una de las responsables de dictar las clases del curso, explicó a los participantes que el número de niños y adolescentes obesos de entre 5 y 19 años se ha multiplicado desde mediados de la década de 1970, aumentando entre 10 y 12 veces en todo el mundo. Añadió que esta problemática afecta cada vez más a los pobres, lo que refleja la mayor disponibilidad de calorías procedentes de alimentos grasos y azucarados en casi todos los países del mundo. Resaltó que muchos adolescentes y jóvenes están comiendo muy pocos alimentos saludables y demasiados alimentos poco saludables que están desplazando las comidas tradicionales.

En una de las clases del curso a cargo del doctor Gastón Ares en la que se abordó lo que piensan los adolescentes acerca de su alimentación, se llegó a algunas conclusiones como:

– Los hábitos alimentarios en la adolescencia son complejos y están influidos tanto por comportamientos individuales como por el resto de los componentes del sistema alimentario.

– Es necesario implementar una diversidad de acciones para promover hábitos saludables.

– El empoderamiento de las y los adolescentes es clave.

Santín entiende que es importante que los adolescentes mantengan el ejercicio físico, no solo por los beneficios que aporta a aspectos de la salud física como la densidad ósea, sino también a la salud mental ya que disminuye el estrés, estimula la creatividad y aumenta el vínculo con sus pares. Consideró que la situación que vivieron los adolescentes por el contexto de pandemia, hizo que perdieran muchos de estos beneficios, «tuvieron que estar mucho más aislados, más sedentarios, y esto influye no sólo en su estado nutricional sino también en su salud mental y estado anímico», expresó.

Los comentarios están cerrados.