El rector comenzó su presentación rindiendo cuentas sobre los logros de la Universidad con las partidas incrementales recibidas: sostener el sistema de becas, el régimen de dedicación total (RDT) y el proceso de desarrollo de la Universidad en el interior del país. Con respecto al sistema de becas, la partida de 20 millones de pesos recibida significó que se pudiera cubrir un 5,6 % del total de la demanda de becas de apoyo económico y así contemplar a por lo menos 250 estudiantes becarios más durante este año. Indicó que «las becas son un instrumento de protección social que tienen que tener un comportamiento anticíclico», por eso entiende que «es un contrasentido que ante una circunstancia de crisis, cuando los jóvenes más lo necesitan porque su familia tiene dificultades, el país tome la decisión de restringir las partidas que otorga».

Al referirse a la expansión de la Universidad en el territorio nacional, apuntó a que se obtuvieron 10 millones de pesos y está previsto en el resto del quinquenio otros 100 millones de pesos adicionales; eso «implica consolidar los tres Centros Universitarios Regionales (Cenur) que tenemos y simultáneamente avanzar en la consolidación de algunas carreras que tienen algunas fragilidades en el interior y ampliar en algo la oferta educativa». Explicó que esos 10 millones ya fueron asignados a la consolidación de algunas obras de infraestructura que son relevantes para este año y ya está en proceso un llamado para consolidar y expandir la oferta en el interior.

Con respecto al RDT, mencionó que, con los recursos que fueron asignados, se logró que 55 docentes ingresarán al régimen. Además, en setiembre la Universidad, con ahorros circunstanciales, logró destinar fondos para el ingreso de 68 docentes al RDT, cuyas solicitudes habían sido aprobadas con anterioridad. «La buena noticia es que más jóvenes están necesitando dedicarse a la vida académica, el tema es que tengamos problemas de financiamiento para poder avanzar en cubrir estas necesidades y corremos el riesgo de la migración de uruguayos calificados que no encuentren en el país la posibilidad de desarrollo», señaló.

Sin embargo, el rector recordó que los montos aprobados en la Ley de Presupuesto para el quinquenio representan el 5,48 % de lo solicitado y le otorgan fondos a tres de las quince líneas programáticas que se presentaron. En este sentido, para el 2020-2024 el presupuesto se reducirá un 7,36%. También se señalaron en la Cámara algunos problemas y renuncias a los objetivos estratégicos de la Udelar, como la no instrumentación de algunas carreras aprobadas por el Consejo Directivo Central y la no eliminación de cupos en otras, al igual que la postergación de innovaciones institucionales para la generación de conocimiento, además de indicar algunos programas en riesgo como el Instituto Polo Tecnológico de Pando, la enseñanza en contexto de encierro, y el desarrollo de políticas de Bienestar Universitario en el interior.

La Udelar en la pandemia

Asimismo, Arim señaló los principales aportes que la Universidad ha realizado en la pandemia para fortalecer la respuesta de la sociedad frente al SARS-CoV-2, desarrollando capacidad nacional de diagnóstico, estudiando el comportamiento del virus y datos epidemiológicos, apoyando la atención en salud, también realizando aportes a la comprensión pública de la pandemia y campañas de comunicación para conductas responsables y vacunación. Recordó que se sostuvo la enseñanza en un contexto extraordinario implementando la inscripción on line, otorgando Salas Zoom gratuitas para estudiantes y docentes, y también coordinando con ANEP aspectos relativos al egreso de enseñanza media y períodos de exámenes, así como el funcionamiento de liceos en locales universitarios. Destacó que la Universidad migró casi la totalidad de los cursos pasibles de ser dictados de manera telemática a plataformas digitales – más de 2700 cursos-, y mantuvo el funcionamiento continuo de la institución. Además, se realizaron cursos propedéuticos para la generación 2021 y diversas actividades de apoyo a la nueva generación de ingreso, así como la Creación de la Beca Laptop y el Espacio Psicológico Virtual para estudiantes. Un destaque tuvo el Hospital de Clínicas que se adecuó a la situación sanitaria, tanto en su función asistencial como en materia de enseñanza e investigación, y estableció protocolos que permitieran atender la salud de la población a pesar de la pandemia. Sin embargo, remarcó que todas estas acciones se lograron realizar sin incrementos presupuestales, «con ahorros contingentes», que con motivo de la pandemia tuvo la Universidad al cerrar sus edificios, en áreas como electricidad, limpieza, aulas no utilizadas, transporte institucional, en programas no ejecutados (movilidad estudiantil y docente) y obras no realizadas, que dan un total de $253.913.349.

Para enfrentar la pandemia y anticiparse a las secuelas, la Udelar propone para el Hospital de Clínicas reforzar el rubro gastos e inversiones, fortalecer sus recursos humanos y cuatro importantes programas para enfrentar las secuelas de la pandemia, para los cuales ya se aprobó en la Cámara de Diputados algunos recursos incrementales para el 2022. Estos programas son: de rápida resolución del cáncer de mama, rehabilitación post Covid-19, creación de la unidad de cirugía ambulatoria y el programa integral de ACV y neurorrehabilitación. De todas formas, aclaró el rector que en acuerdo con ASSE «vamos a poder implementar estos programas, pero no en la escala que pensábamos», y que además, el hospital universitario no tiene aún recursos incrementales para compensar el deterioro de su rubro de gastos e inversiones, ni para sostener la evolución y el rendimiento de sus recursos humanos. 

Además, la Universidad ha planteado crear dos institutos de investigación: en vacunas, y sobre el impacto social de la crisis. Con respecto al instituto de investigación en vacunas se pretende incorporar las nuevas tecnologías que está utilizando el mundo en este plano para que Uruguay pueda investigar y producir sus propias vacunas, reduciendo su dependencia del mercado internacional. Recordó y agradeció que la Cámara de Diputados aprobó una asignación para el 2022 de 7 millones de pesos que permitirá realizar la primera etapa del pre proyecto de instalaciones y avance en formulación académica. Con respecto al instituto de investigación del impacto social de la crisis, señaló que «si queremos tener buenas políticas y queremos evitar que los problemas de hoy se transformen en herencias perennes para el futuro en términos sociales, tenemos que tener investigación de calidad en esta área».

Necesidades urgentes

Con respecto a las urgencias del período y los impactos de la pandemia en el estudiantado, el rector se refirió a la importancia de sostener una educación superior con estándares de calidad y alcance imprescindibles, y mencionó que fue difícil y desafiante migrar sin previo aviso de la presencialidad a la virtualidad, pero la Udelar lo hizo con capacidades instaladas, buenas plataformas y aprendizajes previos. Es por eso que esta transición de nuevo a la presencialidad también será difícil, porque por razones sanitarias no se sabe si se podrá volver a las clases como eran antes de la pandemia.

También subrayó que se está solicitando fortalecer las becas de posgrado y la recuperación salarial. Dijo que, a enero de 2021, la pérdida del salario real fue del orden del 5%, y recordó que la Udelar sigue siendo la entidad del Estado que estando al mismo nivel de calificación, paga peor a sus profesionales. «Es una señal que debemos dar como país», afirmó, porque «si seguimos deteriorando el salario universitario, estamos deteriorando la base académica y científica del Uruguay, que de por sí es frágil».

Asimismo, el rector hizo especial énfasis en la necesidad de atender al crecimiento récord de la población estudiantil, porque este año la Udelar creció más del 16%. «En 2021 pasamos de 18686 inscriptos a 21745, con menos recursos para la enseñanza», advirtió. Además, hay una proyección de 147.527 estudiantes para el final del quinquenio y «esto es un dato que nos preocupa, porque tenemos más estudiantes y no podemos contratar más docentes», enfatizó. Es por ello que señaló que el crecimiento del estudiantado proyectado debe acompañarse de un fortalecimiento de equipos docentes; equipos técnicos, administrativos y de servicios; becas de estudio que apuntalen la continuidad educativa y nueva infraestructura educativa (simuladores, plataformas tecnológicas, entre otros).

Arim también repasó otro dato importante del 2021 con respecto a la matrícula de la Universidad que creció en todos los departamentos del país y el número de estudiantes que permaneció en su departamento de origen aumentó en comparación con 2019, «afrontamos el desafío institucional de mantenerlos conectados en un contexto en el que estamos retomando la presencialidad», indicó. En este sentido, añadió que la demanda de becas se incrementa año a año y el número de solicitantes superó los 5500; cumplen con los requisitos y no se les puede otorgar por falta de recursos, 568 estudiantes no pudieron acceder a becas este año.

Por último, explicó que hay una innovación que se votó en la Cámara de Diputados que no estaba en el proyecto original de Rendición de Cuentas que presentó el Poder Ejecutivo y que preocupa a la Universidad de la República: el artículo N° 16.  De aprobarse la norma proyectada, cuando se celebren contratos de obras con personas físicas, se requerirá «informe previo y favorable» de la OPP o Contaduría General de la Nación, según corresponda. La Universidad entiende, por un lado, que este cambio es anticonstitucional, porque los entes autónomos de enseñanza no pueden estar sujetos a este control según la Constitución, y por otro lado, no corresponde que un ente de enseñanza que analiza la contratación, por ejemplo de docentes para brindar cursos, tenga una intervención de esta naturaleza.

Intercambio con los senadores

Tras la presentación, varios senadores consultaron al rector sobre la posibilidad y los recursos que implicaría incorporar la virtualidad en simultáneo a la enseñanza presencial, una vez que la pandemia permita a los estudiantes retornar a los espacios presenciales. Ante la consulta, Arim indicó que en cada servicio universitario se está analizando qué trayectorias podrían sostenerse en plataformas digitales de una manera «razonable». «Nos preocupan las transiciones, diseñar con claridad cuáles son los espacios presenciales que requiere cada formación, pero esto requiere algunos fondos, y en esto quiero ser particularmente sincero: nosotros hemos sostenido todo lo que hemos hecho con ahorros de la presencialidad, porque no prendimos la luz en los locales», ejemplificó. Y añadió que el problema «no es de discusión si vamos a mantener canales virtuales o no, el problema es que no tenemos los recursos para hacerlo; lo que tenemos hoy, lo estamos sosteniendo con ahorros».

Asimismo, el rector aclaró que si al retornar la presencialidad se quiere mantener algún canal digital para evitar, por ejemplo, que los estudiantes que no puedan migrar hacia las sedes del interior o Montevideo dejen sus estudios, «necesitamos no solamente tener la plataforma digital, que ya nos sale dinero, sino contratar horas docentes adicionales, porque ese docente que hoy está dando clase en plataforma digital no está dando presencial. Cuando vuelva la presencialidad, tengo que tener a ese docente dando clase en forma presencial y también en la plataforma virtual». «Estamos volviendo a tener esos gastos propios de la presencialidad, pero tenemos que buscar una base presupuestal mínima que nos permita sostener la enseñanza virtual como complemento; no tenemos recursos para la enseñanza virtual en 2022, si habilitamos los locales universitarios, hay un montón de estas plataformas digitales que se nos caen, porque no tenemos presupuesto específico para esto», enfatizó. 

La delegación de la Udelar también fue consultada por estudios de impacto educativo en los estudiantes que ingresaron a la Universidad durante la pandemia y la modalidad virtual. Arim explicó que no es la virtualidad el único factor influyente para el aumento de la matrícula, sino la coordinación dentro del sistema de educación pública. Recordó que junto a ANEP se incorporó un período más de exámenes en marzo para la generación que egresó de secundaria en 2020 en un contexto tan particular. Además, algunas facultades postergaron el inicio de los cursos del primer año para esperar a esos estudiantes. «Estamos haciendo un seguimiento, una encuesta a los estudiantes para estudiar estas cuestiones, al igual que a los directores de carreras para ver cómo está culminando el 2021», señaló.

Por su parte, la senadora Silvia Nane (Frente Amplio) se refirió a las reasignaciones presupuestales dentro del sistema de ciencia, tecnología, innovación e investigación nacional, integrado en gran parte por la Udelar. Sobre esto, Arim dijo que preocupan «ciertos movimientos espasmódicos. La ciencia y la tecnología en la educación superior requieren ciertas certezas; no podemos estar cada tres o cuatro meses discutiendo si el PEDECIBA tiene recursos o no, si tenemos becas, o si tenemos valores para cubrir algunos programas de los llamados que hace la ANII». Explicó que esto «le hace daño» al cuerpo científico, genera señales equívocas hacia los jóvenes investigadores.

En este sentido, Arim dijo que es una buena noticia para el país que no solamente se anotaron casi 22.000 estudiantes de generación de ingreso en la Udelar, sino que 1000 lo hicieron en la Facultad de Ciencias, aumentando un 51% la inscripción en esa Facultad. Esto quiere decir que «los jóvenes cuando toman decisiones, sí reaccionan a las señales que reciben, y claramente la ciencia estuvo en el centro del universo social en los últimos dos años. Los estudiantes reaccionan al contexto y a la información que se les aporta», sostuvo. Sin embargo, destacó que en nuestro país los jóvenes científicos tienen espacios de inserción nacional «muy acotados» y es necesario revertirlo.

 
 
 
 
 
 
 
 

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