Educación Permanente busca destinatarios fuera de la Udelar

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Noticia publicada en el Portal de la Universidad (http://www.universidad.edu.uy/) el 25 de octubre de 2013

Este viernes se realizó en la Facultad de Odontología una jornada de trabajo organizada por el Programa de Educación Permanente. Representantes de los servicios de la Udelar participaron en charlas y talleres para compartir experiencias y con el objetivo de pensar y proyectar su labor en el área de la educación permanente dirigida a personas que no egresaron de la Universidad.La jornada se denominó «Nuevos caminos en educación permanente»; el prorrector de Enseñanza Luis Calegari la presentó como un espacio de reflexión «siempre necesario», para «imponer de alguna manera, con el acuerdo y la discusión entre todos, los nuevos objetivos en la educación permanente (EP)», porque «la realidad nos dice que como Universidad y sobre todo como universidad pública tenemos que abrir otros frentes, en esa meta de enseñanza superior para toda la vida, vinculada al trabajo y a la misma vida».

Calegari subrayó que las nuevas metas no comprometen de ninguna manera «la imprescindible formación del profesional, del técnico, del egresado universitario», sino que es necesario considerar que en el ámbito laboral no se encuentran solos, y «la calidad de su trabajo depende también de la calidad del trabajo de los otros, en un quehacer cada vez más colectivo». Agregó que «ese es el concepto que nosotros tenemos que adquirir para la educación», sabiendo que «el profesional universitario va a estar siempre presente para nosotros pero en un entorno, rodeado de otras personas con otros saberes, con otras posiciones desde el punto de vista laboral y social».

El Programa de Educación Permanente (PEP) fue creado en 1994 con el fin de organizar la oferta de formación continua dirigida a egresados de la Udelar y a personas con alta capacitación. Desde el año pasado el programa se reformuló para extenderlo a «trabajadores, al mundo de la producción y a la población en general», explicó Mario Jaso, director de la Unidad Central de Educación Permanente.

Derecho para toda la vida

La EP busca satisfacer la necesidad de adquirir conocimientos que se multiplican de forma cada vez más rápida, y que no pueden ser incorporados al ritmo en que se producen ni «únicamente a través de la enseñanza formal», indicó Jaso. Agregó que la educación para todos durante toda la vida «es un derecho de las personas, las comunidades y las sociedades» y es necesario «generar espacios abiertos con posibilidades de entrar y salir de los sistemas educativos».

Este tipo de formación está dirigida a los adultos, que en general presentan disposición a aprender, eligen las temáticas y buscan la aplicación práctica de lo que aprenden; en definitiva son «los principales protagonistas de su formación sostenida permanente», indicó Jaso. A la vez la EP genera «formación en valores, desarrollo cultural y democrático y formación de ciudadanía».

Jaso enumeró las ventajas del programa: es flexible y abierto a los cambios, permite formas muy diversas de capacitación y de públicos objetivos, e incorpora fácilmente novedades en investigación, cambios sociales o normativos, avances culturales, científicos y tecnológicos; en este sentido promueve transformaciones en la Udelar y reafirma los fundamentos de la reforma universitaria, explicó. Por otra parte planteó que por el momento la EP «no es habilitante en términos de acreditación del conocimiento». y que la CSEP está trabajando para generar mecanismos que acrediten las trayectorias laborales junto con las actividades de capacitación.

A medida que la Universidad se desarrolla las actividades de EP suelen superponerse en forma parcial con la enseñanza de grado —porque los estudiantes avanzados son usuarios de estos cursos—, con la de posgrado y con las actividades de extensión —por ejemplo, cuando se dirige a trabajadores o al sector productivo—, explicó. Consideró que es necesario delimitar esas «zonas grises» para optimizar la EP y diferenciarla de otras ofertas de enseñanza.

El PEP funciona en red y tanto servicios como docentes y estudiantes participan voluntariamente. Las actividades involucran todas las áreas académicas y alcanzan a todas las sedes universitarias del interior. Se realizan cursos en diferentes modalidades: presenciales, semipresenciales y a distancia, de corta duración (20 a 30 horas) o a medida. En el último año 15.283 personas participaron en 672 actividades de EP; de estas 39 fueron dirigidas a nuevos destinatarios. Al respecto Jaso expresó que antes esos cursos «se hacían como iniciativas docentes, o sea que tenemos docentes que tienen experiencia de enseñanza con trabajadores, con sector productivo, con público en general. Ahora la vamos a poder aprovechar, capitalizar, sistematizar y por supuesto hacer crecer y apoyar». Además de impulsar esta línea de trabajo, el programa tiene como objetivo incrementar la cantidad de actividades interservicios: en 2012 solamente se realizaron ocho.

Jaso sostuvo que el desarrollo de la EP en los diferentes servicios de la Udelar es desigual: «no todos los Consejos tiene clara su importancia». Explicó que para fortalecerla es necesario acentuar el respaldo a los docentes involucrados con más jornadas de trabajo y capacitación, y también apoyar a los destinatarios. En este sentido mencionó la necesidad de realizar cambios en el Sistema de Gestión de Bedelías, para que opere en función del estudiante y no de cada servicio.

Saberes para la acción

El encuentro contó con la participación del profesor Ernesto Gore (Universidad de San Andrés, Ar-gentina), licenciado en Ciencias de la Educación y especializado en la capacitación y el aprendizaje en contextos organizativos. En su presentación planteó que la formación continua tiene como fundamento «aprender a usar el potencial educativo de la realidad», explicó Gore. En la sociedad y en las organizaciones diferentes grupos construyen saberes diversos, por tanto el conocimiento circula a través de la práctica, «juntando los grupos», y su calidad fluctúa con los vínculos.

Se refirió a las diferencias y puntos de contacto entre la educación para el trabajo y la que se realiza en el trabajo. Mientras que la primera, de tipo formal y dirigida a «novatos», brinda conocimientos sin tener en cuenta contexto en el que se van a usar, la educación en el trabajo se dirige a expertos y enseña para un lugar y un tiempo determinado. En ambos casos es necesario que los saberes modifiquen la acción, sin embargo «el conocimiento es elusivo», afirmó, todos lo poseemos, pero en estado inerte, «no sabemos qué hacer con él» y muchas veces no recurrimos a lo que sabemos en los momentos adecuados. En tanto la formación continua provee conocimiento operativo, para ser usado en el trabajo.

La educación informal se genera en organizaciones no especializadas en la enseñanza, como por ejemplo las empresas. No obstante las características de la educación formal —generalmente desarrollada en aulas, estructurada en cursos, sujeta a programas y sistemas de evaluación— pueden siempre combinarse con las modalidades del tipo no formal: fuera de las aulas, basada en la participación y en el contacto entre pares. «A veces nuestras propias ideas sobre cómo se aprende nos impiden enseñar», afirmó, actuamos «como si la educación fuera una vacuna e ignoramos el protagonismo del que aprende». Añadió que es necesario ver al conocimiento «como un desempeño, y no como una posesión».

Gore subrayó que el aprendizaje es colectivo y «para que el conocimiento se convierta en acción necesita de otros». Para desarrollar EP para el trabajo aconsejó «desconfiar del aula», porque dentro de ella se pueden hacer cosas que afuera no, pensar más en los grupos de destinatarios que en los temas, y tener en mente el contexto organizativo que estamos interviniendo, porque cada actividad de formación cambia el statu quo del ámbito laboral. En cuanto a la acreditación de la formación continua indicó que está todo por hacer y es necesario investigar mucho para lograr los mecanismos adecuados.

Las universidades argentinas brindan capacitación en los lugares de trabajo, usualmente a partir de las demandas generadas por empresas u organizaciones, en la modalidad de «consultorías» y en virtud de las necesidades que surgen del mercado laboral y de la «elegibilidad para el trabajo», posiblemente no se trata de una EP «tan abierta» como la que está planteando la Universidad de la República, indicó Gore.

La jornada continuó con la presentación de experiencias de EP en diferentes servicios de la Udelar (ver nota) y la realización de talleres de trabajo. Tras el encuentro Marcos Supervielle, presidente de la Comisión Sectorial de Educación Permanente (CSEP), calificó la jornada como «excelente». Sostuvo que se pudo comprobar que «hay un piso de trabajo en un área bastante poco conocida por la Universidad pero que de alguna forma está despegando y permite nuevas comunicaciones al interior con sus egresados y también con los no egresados; es un programa que está creciendo mucho». Acerca de la EP para nuevos destinatarios señaló que «implica empezar a trabajar mucho más sobre demandas concretas que están haciendo las instituciones, los grupos y demás, más allá de seguir manteniendo la libertad, la iniciativa de los docentes de la Universidad de seguir brindando cursos, también agregar todas estas demandas a las cuales hay que darles una respuesta efectiva, en tiempo y forma». En este sentido mencionó el el esfuerzo de la CSEP durante el último año, que ha logrado establecer convenios con el Banco de Previsión Social y el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional.

Publicado el viernes 25 de octubre de 2013